TV y radio en Brasil 2014

Por: Rufino Acosta Rodríguez

Hay diversas maneras de medir la audiencia en televisión, los escuchas  en la radio o los lectores en los diarios. Eso lo saben los especialistas. Lo complicado es establecer  con grado de exactitud qué es lo que encierra alguna calidad. Se sabe que no siempre lo más visto es lo mejor ni  popularidad es sinónimo de calidad. Todavía no parecen haberse inventado el sistema para resolver ese dilema. Cada quien tiene uno propio y lo usa a placer. El comentarista de medios Omar Rincón, ejemplo, dice en El Tiempo (23-06-14)que el espacio “De Zurda”, que se transmite por Telesur, es “el mejor programa de Brasil 2014”, con la presencia irreverente y desabrochada de Diego Armando Maradona, quien tiene licencia para decir cuánta barbaridad se le ocurra y hace de la diatriba contra FIFA uno de sus fuertes, y el locutor uruguayo Víctor Hugo Morales, a quien declara (Rincón) ni más ni menos que el mejor del mundo, sin agregar que alguien haya hecho una medición para confirmarlo. Es decir, como en las arbitrarias listas de libros, artistas y bellezas,  porque si y punto. Para seguir en la tónica, digamos que a mí me ha gustado la narración que hace en Caracol radio John Jairo Agudelo, a quien le dicen Tolú, con el apoyo de Hernán Peláez en los comentarios. También me parece ameno el estilo de  Carlos Alberto Morales en Blu y Caracol Tv, como no me atraen los gritos de William Vinasco en RCN Tv  ni la euforia apasionada de argentinos y chilenos en Directv Sports. No veo debates en la Polémica del Mundial (Win y Caracol radio) y en Planeta Futbol Mundial (RCN) abusan del tablero (cansón) y desaprovechan a los técnicos Juan Carlos Osorio y Juan Manuel Lillo. Claro que hay para elegir o desechar. A muchos les agrada el estilo histriónico y delirante.Nada qué hacer. Son gustos, obvio, y en eso no hay disgustos.  Con el debido respeto, el Mundial da para todo.

Sobre Rufino Acosta

Periodista y abogado. Se inició en el programa Deporte al Día, de La Voz de Santa Marta, en 1960. Trabajó con El Informador de la capital del Magdalena entre 1961 y 1964. Fue corresponsal de El Espectador en 1964 y desde 1965 hizo parte de la redacción deportiva en Bogotá, hasta su retiro en 1998. Estudió Derecho en el Externado de Colombia (1965-1969). Afiliado al CPB y Acord Bogotá.

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