El español sin la ñ

En el supuesto de que el predominio del Primer Mundo, así con mayúscula, que es una entelequia difícil de definir, pero que, en gracia a la discusión, vamos a asignar a los Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia, Rusia (…sin Putin?) y algún otro Estado que se mantenga en la puja por pertenecer al grupito de “the happy few”, tenemos que aceptar que si estos señores, que son quienes producen los computadores, deciden masacrarnos, despojándonos de nuestra querida Ñ (léase eñe, como en francés “mignon”) nos vamos a enfrentar a una tragedia multinacional, tan devastadora como el calentamiento global, las sequías aterradoras, las inundaciones igualmente impredecibles, la escasez de alimentos, las pandemias y los conflictos internos, que con esto de la globalización hacen metástasis transnacionales. Me perdonan la China y el Japón

por no incluírlos dentro de “the happy few”, pero es que ellos están empeñados en llevar su tecnología hasta las últimas consecuencias, para lograr ponerle un sombrerito a la ene, producir los computadores que necesitamos y convertirse con su sonrisa de “ió-no-juí” en “the happy huge”. Así las cosas, tenemos que mantenernos en una posición inamovible, ni un paso atrás. Tenemos que decir con Unamuno, “que inventen ellos”. Tienen que ponerse a trabajar en el “descubrimiento” o el invento del siglo XXI, el sombrerito que adorna la N y que, oh maravilla de la fonética romance, o mejor, romántica, es ése sonido dulce, melodioso, incomparable, que nos hace sentir independientes, únicos, distintos a los técnicos, a los productivos, a los prácticos que reclaman que “el tiempo es oro”; a los áulicos del “progreso”. Los cofrades de la tecnología que no le han podido poner el sombrerito a la N para hacer del nuevo carácter (la tilde es cortesía de Google, gracias) un Rambo, que se imponga en todos los dominios, un Vengador Anónimo que recupere las colonias perdidas, ganadas por Colón, sin olvidar que colonia viene de Colón. Que Florida y California son ex-colonias donde hay avisos que dicen “English spoken”. La Ñ puede ser el arma vengadora que nos permita la Reconquista.

Mientras tanto, ¿quién nos puede reemplazar una solicitud como “trátame con cariño”?, o una declaración tan natural y nuestra como “añoro tus regaños”, o una luz de esperanza que te haga decir “aún sueño con tu guiño”. Pues yo les digo que una Ñ vale más que mil “eses haches” (sh), “te zetas” (tz), o la problemática “te hache” (th), que tanto problema les crea a nuestros hermanos hispanos en Norteamérica. Confunden pensar (think) con lavamanos (sink), o piden un beso en la mouth (boca) y por no poner la lengua donde toca interdentalmente para tal efecto, (mouth), piden que los/las besen “in the mouse” (en el ratón!!). Por eso es bueno hacer notar la imprescindible necesidad de que los científicos de la computación no sean tan ñoños y se pongan a trabajar en la consolidación de la eñe, en el campo de la fabricación de nuevos computadores u ordenadores (como dicen los españoles).  Hagamos un ejercicio para ver si nos entienden. ¿Qué sería de nosotros sin nuestra irreemplazable Ñ (eñe)? Veámos algunos ejemplos:

“¡Cono, si me sigues molestando, te voy a dar un puno en las natas!”

“Desde cuando te fuiste hace un ano, la anoranza me acompana, a veces lloro como un nino, y se me irritan los párpados y hasta se me caen las pestanas”.

“El candidato a Presidente hace ya dos anos está en campana muy renida y ya conoce, por si triunfa en la rina, todas las manas!”

NO!!! Como diría otra vez Unamuno. “Que me arrebatan mi YO!!!”

No soporto la vida sin la Ñ. Me sentiría ñato, por no decir ñoco,sin esa ñapa, que me dio España con tanto cariño. Es decir, huérfano como un niño sin madre ni niñera. Tan vacío como un gran ossobucco sin unos buenos ñoquis.

hernandojimenez@etb.net.co

Bogotá, D.C. mayo de 2008

Nota: Ojo a la fecha y eso que en política internacional soy bisoño. HJ

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