Educación olímpica

Baltazar Medina, Presidente del COC.(Tomado de El Espectador.com)

La construcción de nuevas sociedades de carácter nacional es, hoy por hoy, una de las grandes inquietudes en los países democráticos que ya no piensan en gobiernos exclusivistas de reyes, emperadores y en conjuntos o cuerpos de los nobles de una región o de un Estado. Los mandos ya no son hereditarios sino en muy pocos países que conservan ese sistema de anticuado uso.

Todos los ciudadanos tienen, o debieran tener, iguales derechos a la educación y no regirse por viejas tradiciones monárquicas. Sin embargo, el desequilibrio de los ingresos económicos de los ciudadanos sigue siendo un tropiezo para las clases menos favorecidas.

La democracia ha comprobado que el deporte puede ser una de sus más eficaces herramientas para romper esos desequilibrios no sólo económicos sino educativos y paralelamente los deportistas deben entender que, al lado de su afición deportiva como aficionados o como profesionales, pueden seguir otra carrera con miras a su futuro cuando al cabo de unos años ese primer paso de fuerzas físicas empiece a declinar. Como decía el escritor y literato español Ramón Gómez de la Serna, «las violetas son las ojeras del jardín».

El Comité Olímpico Colombiano (COC) se ha distinguido por tener ilustrados dirigentes en el pasado, en el presente y, ojalá, también en el futuro. Está presidido por el Licenciado Baltazar Medina, quien a lo largo de toda su vida ha sido un baluarte de la cultura física y fue recientemente designado Presidente del COC.

La entidad demostró en días pasados, de manera perentoria, su propósito de educar y reeducar a los ilustres dirigentes deportivos del país quienes, por regla general, han contribuido a la planificación 4e las diversas disciplinas deportivas pero sin haber tenido, previamente, un conocimiento suficiente. Nunca es tarde para aprender.

La formación integral de los deportistas también debe dirigirse a los dirigentes, a los periodistas y a los funcionarios públicos y privados. No sigamos encomendando las ovejas al lobo como por ya largos años lo hemos venido haciendo para favorecer la corrupción administrativa del país.

Las reglas de los juegos y deportes que se aprenden desde las escuelas primarias y secundarias deben posteriormente aplicarse en el resto de la vida. Esa es la cuestión.

Un campeón y un filósofo

Baltazar Medina y sus más cercanos colegas de oficina, invitaron en días pasados a un célebre deportista colombiano, el ciclista Santiago Botero para que diera a conocer sus experiencias nacionales e internacionales. En palabras sencillas, el buen corredor antioqueño hizo gala de su conocimiento de los valores del deporte para el futuro.

También fue invitado el ciudadano japonés (colombo-japones) Yokoi Kenji para que diera a conocer los «Mitos y verdades de Japón», una filosofía en marcha que ahora, precisamente en sus descalabros generados por la naturaleza, han demostrado el gran valor de estas enseñanzas. Tras guardar un minuto de silencio todos de pié, empezamos a escuchar con gran entusiasmo las palabras de este filósofo japonés:

Empezó diciendo, recordando una vieja canción, «todos siempre mirando al cielo» vivimos en este mundo automático para agilizar la vida» pero no hay un buen libro para aprender a ser un buen padre o un buen hijo. Tampoco para el amor que es la semilla de una flor. Esa flor es un milagro verdadero.»

El amor es un gran desafío para mejor vivir en este mundo que está al revés, al contrario o invertido el orden regular, fueron las palabras que le entendimos al conferencista: «Todo para amar a Dios. Amor al llegar el tiempo frío. Espera al sol que nos trae la primavera. Conocer la verdad a medias es una mentira. Son mitos que hacen daño. Se dice que el japonés come ratas y culebras. No hay tal cosa. Ni ratas ni culebras ni matando cucarachas como se dice de los colombianos. Se habla de niñas que descienden de una flor según la mentalidad latina. Hablar de una raza superior es también un mito.»

Tratamos de interpretar, de memoria, las palabras del japonés Yokoi Kenji y esperamos aproximarnos a su pensamiento, tarea difícil para un latino pero…analicemos estas frases que le escuchamos: «La disciplina vencerá la inteligencia. ¡He ahí el éxito! (el secreto) El colombiano es increíble: Uno le dice: Súbase, trépese a esa pared. Se queda quieto. Pero si le dicen en tono de pregunta ¿Es usted capaz de subirse? Entonces corre y se trepa venciendo todos los peligros…»

«El japonés no es indisciplinado. Tampoco es un ser superior. Simplemente es disciplinado».

Y añade con énfasis: «El talento sin disciplina es un desperdicio. Ahí está el problema del fútbol colombiano.»

«En el Japón descubrimos la disciplina y ese es nuestro estilo de vida que lo aplicamos desde la escuela.»

Por ahora, esto es parte de lo que le oímos a este japonés. También especialista en artes marciales.

Su presencia en esta reunión fue todo un acierto del Presidente del COC, el licenciado antioqueño Baltazar Medina. Ojala que este tipo de reuniones sea más frecuente con la también colaboración que pueda ofrecer la Academia Olímpica, de la entidad y que preside el Sr. General ® Manuel José Bonett, actual Gobernador del Magdalena.

Ya es hora de cambiar. Colombia necesita ciencia. Claro que sí. Pero por encima de todo se requiere disciplina, disciplina, disciplina…

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