Transformación energética

Por: María Victoria Ramírez M.

(Imagen: archivo particular)

The fact that certain bodies, after being rubbed, appear to attract other bodies, was known to the ancients. In modern times, a great variety of other phenomena have been observed, and have been found to be related to these phenomena of attraction. They have been classed under the name of Electric phenomena, amber, having been the substance in which they were first described.

El hecho de que ciertos cuerpos, luego de ser frotados, parecen atraer otros cuerpos, fue conocido desde la antigüedad. En tiempos modernos, una gran variedad de otros fenómenos ha sido observada, y se ha establecido que se relacionan con este fenómeno de atracción. Ellos han sido clasificados bajo el nombre de fenómenos Eléctricos, ámbar, por haber sido ésta la sustancia en la que primero se describieron.

Del libro Un tratado de electricidad y magnetismo de James Clerk Maxwell.*

Energía, electricidad y magnetismo son concepto y una realidad que, aunque no comprendamos, hacen parte de nuestra vida cotidiana. Cuando encendemos la televisión, utilizamos el transporte bien sea movido por combustible o un vehículo eléctrico, cuando nos comunicamos a través de nuestro teléfono celular o tomamos una ducha caliente.

Garantizar la satisfacción de la demanda de energía es, o debiera ser, una preocupación fundamental de cualquier Estado porque de ello depende su desarrollo económico y social.

El gobierno colombiano cuenta dentro del Ministerio de Minas y Energía con la Unidad de Planeamiento Minero Energética (UPME), que tiene por objeto “planear en forma integral, indicativa, permanente y coordinada con los agentes del sector minero energético, el desarrollo y aprovechamiento de los recursos mineros y energéticos; producir y divulgar la información requerida para la formulación de política y toma de decisiones; y apoyar al Ministerio de Minas y Energía en el logro de sus objetivos y metas”.

La política de transformación energética del país para los próximos 30 años, encabezada por la UPME, se está en construcción, teniendo en cuenta compromisos internacionales tales como:

1. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)**. Los objetivos que tienen que ver con la sostenibilidad del planeta desde el punto de vista del medio ambiente son los siguientes:

2. La Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático. París 2015 COP 21 (2015), cuyo objetivo global es mantener el aumento de la Temperatura global por debajo de los 2 ⁰C y con ello, evitar efectos catastróficos en los países más vulnerables.

En su versión, 2019, la conferencia coincidió con la publicación de datos que muestran que la emergencia climática empeora cada día y tiene efectos negativos sobre las vidas de las personas en todos los rincones del globo, sean olas de calor extremo, polución atmosférica, incendios en los bosques, inundaciones o sequías.

3. Los compromisos adquiridos para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta organización internacional tiene como misión, diseñar mejores políticas para una vida mejor. En colaboración con gobiernos, responsables de políticas públicas y ciudadanos, trabajan para establecer estándares internacionales y proponer soluciones basadas en datos empíricos a diversos retos sociales, económicos y medioambientales.

El órgano planeador de la energía en Colombia, como ya dijimos, es la UPME, tiene por objeto “planear en forma integral, indicativa, permanente y coordinada con los agentes del sector minero energético, el desarrollo y aprovechamiento de los recursos mineros y energéticos; producir y divulgar la información requerida para la formulación de política y toma de decisiones; y apoyar al Ministerio de Minas y Energía en el logro de sus objetivos y metas”.

A la cabeza de la elaboración del El PEN 2020 – 2050, se encuentra la UPME. Este plan, que se encuentra en elaboración, tiene como propósito principal definir un modelo energético sostenible al 2050, que impulse la transformación energética para lograr el progreso económico, el mejoramiento de la calidad de vida y el respeto al medio ambiente.

Para la elaboración del PEN se han  identificado cuatro (4) móviles,  agentes impulsores  o motores de cambio, que enumero a continuación:

i.) Oportunidades en el sector energético,

 ii.) Transformaciones en movilidad,

iii.) Políticas ambientales y climáticas y

iv.) Tendencias demográficas, crecimiento económico y dinámica de precios de los energéticos, como ejes fundamentales que permiten analizar cómo será Colombia en el 2050.

Para cumplir con su cometido de planear integralmente el sector minero energético del país, la UPME recolecta datos, información que procesa y analiza. 

Es así como puede determinar, por ejemplo, que en los 43 años comprendidos entre 1975 y 2018, el consumo final de energía se incrementó un 78%, lo que equivale a una tasa de crecimiento promedio anual de 1,81%. Así mismo, estableció que en ese mismo período de tiempo la participación porcentual en términos de consumo energético de los distintos sectores de la economía colombiana cambió, como se muestra en la siguiente ilustración:

De esta figura puede inferirse que el sector que más amplió su participación en el consumo final de energía fue el del transporte, con un crecimiento de 23 puntos porcentuales, pues pasó de 20% a 43%. Los sectores que estuvieron relativamente estables fueron el industrial, agricultura, terciario.  El que sí tuvo una caída fue el residencial, de 24%. Pasó de 46% a 22%.

Una política energética a largo plazo deberá considerar, al menos, los siguientes aspectos:

  1. Garantía en el suministro energético a toda su población. En este sentido, Colombia hoy cuenta con poblaciones ubicadas en los que se denominan zonas no interconectadas (ZNI), puesto que no hacen parte del sistema interconectado de energía eléctrica. Estos grupos humanos tienen pocas horas de energía al día, de mala calidad, o no cuentan en absoluto con ella.  Esa energía es normalmente obtenida de plantas eléctricas cuyo combustible es el diésel.  Aunque porcentualmente, la población de las ZNI e muy baja, el Estado tiene la responsabilidad de incluirlos en sus decisiones sobre desarrollo, especialmente hoy que queda en evidencia que no tener energía, y por ende no tener acceso  las comunicaciones es estar por fuera de la educación y del circuito económico.
  2. Diversificación de la matriz energética. Esto significa que debe incorporar intensivamente otras fuentes de energía renovables distintas a los combustibles fósiles (gas, carbón, diesel, jet oil) o a las centrales hidroeléctricas.  Es decir, incorporar las Fuentes de Energía Renovable No Convencionales (biomasa, sol, viento, mareas, entre otras)
  3. Gestionar el sector energético y minero de modo que sea ambientalmente sostenible, que respete la fauna, la flora, los asentamientos humanos, las zonas dónde hay restos sepultados del conflicto armado colombiano, por respeto y compromiso con las víctimas.
  4. Deberá planear el sector energético pensando en la complementariedad, es decir, dado que Colombia es un país altamente vulnerable a los fenómenos climáticos de La Niña y el Niño, la política pública deberá propender porque si hay escasez de agua en la hidroeléctricas en el sur del país, se aprovechen, por ejemplo, los vientos de la costa para generar en esa época. Invertir en fuentes de almacenamiento de energía, etc.
  5. Finalmente incorporar y difundir de forma masiva en los niveles residencial, industrial y terciario, en el sector público y privado, el concepto de Eficiencia Energética.

Este concepto es considerado uno de los pilares fundamentales de un sistema energético global sostenible porque permite asegurar el abastecimiento energético, contribuye de manera costo efectiva, a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), con la que se comprometió el país al año 2030 en la COP21 y aportar a los ODS.  Para ello, deben adoptarse nuevas y más eficientes tecnologías en motores, en refrigeración, en construcción, en iluminación, etc.

Hoy se exigen a nivel internacional certificaciones tanto de calidad como de eficiencia energética denominados sellos verdes, sellos que hablan de cuánto se consume energéticamente en la producción de un bien o servicio, pero también con qué tipo de energía se fabricó. 

La eficiencia energética se sustenta, también, en buenas prácticas operacionales y hábitos para optimizar el uso de los recursos energéticos disponibles, reduciendo costos, aumentando productividad y competitividad y mejorando calidad de vida de los ciudadanos.

Hoy la frase coloquial dime con quién andas y te diré quién eres, la estoy cambiando por: dime qué energía consumes, cuánta consumes, cuanto CO2 emites, y te diré quién eres”.

Traducción libre de la autora de este artículo.

**Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también conocidos como Objetivos Mundiales, se adoptaron por todos los Estados Miembros en 2015 como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030.

***Durante la versión 21° de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21), celebrada en París en diciembre de 2015, 195 naciones llegaron a un acuerdo universal y vinculante para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), el cual promueve la reconfiguración de los modelos de desarrollo hacia economías bajas en carbono. (Artículo tomado de Pares-Fundación Paz &  Reconciliación).

Sobre Leon Valencia Agudelo

León Valencia Agudelo, politólogo, analista y autor colombiano. Exmiembro del Ejército de Liberación Nacional. Dejó las armas en 1994 tras un proceso de paz con la guerrilla. Fue cofundador y director de la ONG Nuevo Arco Iris. Ha sido columnista de los diarios El Tiempo y El Colombiano. Actualmente participa como columnista de la Revista Semana. Es director y presentador del programa de análisis político La Controversia del Canal Capital. Es miembro y cofundador del portal de periodismo Las2orillas, y escribe para el portal Pares (Fundación Paz y Reconciliación).

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