Mike Forero

Mike Forero: Un testimonio de vida

Dedicó todos sus esfuerzos al desarrollo de los deportes. Quería que el deportista colombiano perdiera el miedo de ser el mejor.

Por Rodolfo Rodríguez Calderón (Virginia Beach, VA, USA).

MIKE FORERO
La muerte de los amigos, así sea por alguna enfermedad terminal o porque este cargado de años, siempre duele. Hay personas que se hacen de un espacio en la historia sin proponérselo, por su estilo de vida o por sus ganas de lograr metas que se imponen en su día a día.

Mike Forero Nougués, era un hombre bueno, que generaba grandes ideas y grandes polémicas; un hombre cuyo Si era siempre si  y su No era siempre no; no había variación en sus convicciones. Tenía muchos amigos, esos que lo llamábamos Mike, pero en algunos momentos aún con la confianza que nos teníamos nos dirigíamos a él como “don Mike”, sólo por demostrarle cuanto lo admirábamos.

Me precio de haber sido su amigo y de haber vivido etapas hermosas y momentos inolvidables; compartiendo ideas, discutiendo, en ocasiones airadamente, pero siempre dentro de los límites del respeto mutuo. De esos encuentros resultaban grandes ideas que Mike utilizaba para hacer crónicas o para avanzar un paso más dentro de la estructura de ”El Espectador, lugar en el que pasábamos la mayor parte de nuestro tiempo, el periódico que marcó la vida de los que trabajamos en ese período de 1970 a 1991.

Mike Forero Nougués era un hombre de  grandes ideas y muy inquieto, vivía siempre en función de sus planes las 24 horas del día. La muerte le llegó antes de tiempo, pues pocos meses más tarde, hubiéramos podido haber celebrado su centenario de nacido, cargado de años, de una vida agitada, llena de viajes, de planes y proyectos, pensando en el mañana que parecía no tener final y  sobre todo, en una juventud colombiana practicando todos los deportes y llegando a ser los mejores. Mike decía que “la gloria de los jóvenes es su fuerza y la hermosura de los ancianos es su vejez”.

Su pasión por los deportes

Cuando empecé a trabajar en el  periódico en Junio de 1977, ya Forero Nougués, era el director de la sección deportiva de El Espectador, la cual llamaban “La república independiente”. Llegué a diseñar, estructurar y dirigir la edición de la Costa, la cual no existía en aquel tiempo; El Espectador tenía a la edición de Antioquia, dirigida por Álvaro Monroy Caicedo. Al mes de estar allí conocí a don Mike Forero Nougués, quien se dirigió a mi: oye costeño ¿cómo estás, ya estás listo para comenzar? Me senté junto a su escritorio y doña Aurita nos dio una humeante taza de tinto que disfrutamos mientras hablábamos. Me comento que “la mejor forma de organizar tu edición es practicar con la edición de Antioquia” y fue así como le pedí a don Guillermo que me dejara practicar en la edición de Antioquia para adquirir experiencia, y un mes después arrancar con éxito y buen diseño la edición para la Costa que cubría los siete departamentos y la isla de San Andrés y Providencia. Mike me ayudó mucho con sus instrucciones y consejos, y desde ese momento se convirtió en un buen amigo y  mentor.

Muchas veces, cuando entregaba a imprenta la edición de la Costa me iba al sector de los deportes y atentamente veía como manejaba todo con gran facilidad. Había convertido esa sección en un “poder” donde con mucho compromiso y disciplina trabajaba un grupo de redactores y cronistas que eran expertos en los deportes. El coordinador era Rufino Acosta Rodríguez, un maestro en todo lo referente al fútbol y el atletismo,  no  era simplemente un  conocedor de esos deportes, era el mejor en la materia.

También formaba parte de la sección, Antonio Andraus Burgos, quien aun sigue siendo una eminencia en boxeo y en béisbol. No había un boxeador colombiano que no conociera Antonio Andraus Burgos y siempre estaba no solo en sus peleas importantes sino que viajaba una semana antes y nos hacia disfrutar de sus crónicas, lo mismo hacia con los partidos de béisbol que se jugaban en el país y a nivel internacional. Siempre acudíamos a sus crónicas para conocer a los mejores peloteros de las ligas mayores.

Sin duda Mike Forero Nougués, fue quien inspiró ese carácter en cada uno de los reporteros y cronistas, pero llegó aún más lejos, ya que tuvo dos periodistas especializados en ciclismo: Carlos Tapia y Rafael Mendoza, quienes en sus noticias y crónicas nos mostraban a cada uno de los ciclistas y cada una de la competencias nacionales e internacionales, haciéndonos vivir el desarrollo de ese importante deporte que tantas alegrías le ha dado a Colombia.

Teníamos el mejor cubrimiento de los deportes con los más autorizados periodistas que daban lo mejor y la más completa información para satisfacer a los lectores y mantener al “hombre de la calle” pegado siempre al El Espectador.

Todas las mañanas y las tardes antes del cierre, Mike se reunía con sus reporteros y cronistas para comentar todo lo que estaba pendiente y cada fin de semana estructuraban lo de la siguiente. A Mike no se le pasaba nada, tenía una red de amigos y conocidos que le informaban todo lo relativo a los deportes y algunas veces “chivas” políticas y económicas que él daba a los respectivos reporteros de dichas disciplinas. Mike no perdía el tiempo, siempre estaba en función de la noticia y animaba cada día a sus  compañeros de sección con quienes tenía una estrecha amistad.

Forero Nougués era amigable, amable pero directo en la confrontación positiva, no era de muchos amigos, tenía un círculo íntimo con el cual trabajaba. Fue amigo personal, muy cercano, de don Guillermo Cano Isaza, quien trabajo con él. Gabriel Cano Villegas fue quien lo llevó al periódico y quien estableció la sección  deportiva como una “República independiente”. En sus manos Mike llevó a El Espectador a alcanzar lugares altos, como cuando organizó el evento “ El Deportista del Año de El Espectador” .

Impulso al deporte
FORERO NOUGUES

Nacido en Piedecuesta, Santander, de una familia acomodada, era  bacteriólogo, pero después estudió Educación Física, convirtiéndose entonces en un apasionado de los deportes. Aprendió las reglas de todos los deportes y cómo se practicaban. Nunca se apartó de ellos, los comentaba con su amigos intelectuales como Eduardo Zalamea Borda, Darío Bautista e incluso con Gabriel García Márquez. Todos los lunes por las mañanas tenían cita obligatoria los reporteros de la sección de deportes para comentar el futbol español, el inglés y el nacional. Allí llegábamos los apasionados del  deporte, siendo el primero don Guillermo Cano.

Siempre que hablábamos con Mike Forero, aprendíamos algo. Algunas veces nos divertíamos discutiendo sobre música clásica y libros de importantes escritores latinoamericanos, ya que además de los deportes, su “hobby” era la música y los libros. Mike en su casa apartaba el momento para leer libros (novelas) de grandes escritores  y escuchar buena música clásica; era un devorador de libros y un melómano.

Fue director de Coldeportes, pero mucho antes estaba metido en ayudar a los jóvenes a ser exitosos deportistas. Decía que los jóvenes debían cambiar su mente para ser  buenos deportistas tanto en las escuelas como a nivel nacional. Afirmaba que debían romper con el miedo y convertirse también en los mejores a nivel internacional. Vio a Helmut Bellingrodt ganar la medalla de plata, en la modalidad de tiro en los Juegos Olímpicos de 1984.

Una vez me tocó viajar a Cali con él, nos bajamos en el mismo hotel y compartimos habitación; allí conocí un lado diferente de la vida de Mike Forero Nougués; tenía sus rituales antes de acostarse, hacia ejercicios para  los músculos y especialmente  los de la cara, esa noche frente al espejo del baño forzaba una sonrisa para ejercitar los músculos de la cara, los movía todos y cada uno, por eso se mantenía joven; era muy “coqueto”. Nunca estaba despeinado, ni mal vestido, siempre se veía impecable además de ser un caballero a carta cabal.

Un día comentando sobre la selección del  Pibe Valderrama y  Rincón me dijo “tenemos que ayudar a nuestros deportistas a prepararse mentalmente para llegar a una final. Colombia – decía – no está preparada para llegar, sus futbolistas se llenarían de miedo, y siendo de los mejores  perderían por no creer en sus capacidades”, terminó diciendo.

Siempre estaba dando conferencias a los jóvenes estimulándolos a practicar deportes. Acompañaba a las jóvenes promesas y se convertía en su mentor. Quería que Colombia se desarrollara en los deportes, que perdiera el miedo a ganar. Este periodista santandereano se ha ganado un lugar importante en la historia de Colombia por ser un  honesto defensor de los deportistas colombianos y por la fe que tuvo en ellos.

Sobre Rodolfo Rodriguez

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