¡Es todo contra todos!

Con el nuevo sistema para la temporada de las Grandes Ligas, adoptadas desde este 2023, se evidencia que la Liga Americana supera a la Liga Nacional. Una mirada a los novatos.

Rayas de Tampa. (Imagen: archivo internacional – VBM).

¿Cuántos equipos podrán sumar 100 o más victorias en la temporada de las Grandes Ligas de este año? ¿Cuántas de esas novenas, con los 100 ganados, pueden llegar a la Serie Mundial?

¿Cómo se puede equiparar la clasificación de un ganador de zona con menos triunfos que un ganador de cupo para la postemporada? ¿Se debe cambiar el formato de clasificación para la postemporada?

Esas inquietudes, mas que preguntas, se están haciendo los aficionados en estos momentos, cuando apenas se han jugado, en promedio, los primeros 55 partidos de los 162 del calendario.

Lo que ocurre desde esta campaña, es que los equipos van a jugar todos contra todos, por lo que se hace interesante cada resultado de cada jornada, aun cuando se puede evidenciar, como efectivamente está ocurriendo hasta el momento, que las franquicias de la Liga Americana están superando a las de la Liga Nacional; y que las dos zonas Este de ambos circuitos, por lo menos hasta ahora, son las más equilibradas.

Para muestra un botón. Los cinco equipos del Este de la Liga Americana, están por encima de los 500 en juegos ganados y perdidos; y tres de los cinco de la Liga Nacional, igualmente superan ese guarismo.

¿Y en dónde aparece, entonces, la inquietud, para pensar en modificar la clasificación para la postemporada?

Simple lógica

Si la temporada regular concluyera con las estadísticas de este 30 de mayo de este 2023, los clasificados por la Liga Americana para la postemporada serían los Rayas de Tampa, por ganador de la zona Este (39-18); los Mellizos de Minnesota, por el sector Central (28-27), y los Vigilantes de Texas, por el grupo Oeste (35-20); mientras que los Orioles de Baltimore (35-20), los Yanquis de Nueva York (34-23) y los Astros de Houston (32-22), arribarían a la jornada de octubre, en el plan de los comodines.

¿Qué salta a la vista? Algo de simple lógica. Los Mellizos llegan a la jornada de la postemporada teniendo una tabla de 28 ganados y 27 perdidos, pero se quedan por fuera, por ejemplo, los Azulejos de Toronto (29-26), y los Angelinos de California (29-27).

La pregunta es clara: ¿es justo eso?

En el Viejo Circuito no hay ese dilema a estas alturas de la campaña. Los Bravos de Atlanta obtendrían su pasaporte para la postemporada por ser ganador del Este de la liga (32-23); los Cerveceros de Milwaukee, por adjudicarse la zona Central del circuito (28-26), y los Dodgers de Los Ángeles, por ganar el Oeste (34-22). Y llegarían a la vuelta de octubre, con los comodines, los Marlins de Miami (28-27), los Cascabeles de Arizona (32-23) y los Gigantes de San Francisco y los Mets de Nueva York empatados (28-27), para definir una casilla.

Mellizos de Minnesota. (Imagen: archivo internacional – VBM).

Lo que todos nos preguntamos, y es la inquietud que ronda entre los aficionados, y tal vez, entre muchos críticos, periodistas y entendidos, es por qué no se cambia el formato, y simple y llanamente para la postemporada clasifican los seis mejores equipos de cada liga; para que los cuatros clubes con guarismos inferiores hagan la ronda de eliminación, de 3 partidos de los comodines; y los ganadores de esa vuelta, van a la disputa de las Series Divisionales frente a los dos mejores del circuito, a los 5 desafíos previstos; y, finalmente, los dos ganadores de esa ronda, van a la disputa del título de la liga, en la Serie por el Campeonato, a 7 partidos.

Y luego, sí, la Serie Mundial. ¿Parece más sensato, más lógico, deportivamente hablando, o no? Porque en la modalidad actual se está premiando a un equipo que, con resultados inferiores a algún eliminado, clasifica a la postemporada, sencillamente porque ganó la zona.

De los novatos

Uno de los codiciados trofeos en el béisbol de las Grandes Ligas, es el que se disputan los novatos que llegan con tanto entusiasmo a conquistar una posición dentro de su organización, nada fácil, si tenemos en cuenta que por cada una de ellas, en cada equipo hay por lo menos 20 aspirantes.

Suele decirse, que cuando un novato llega y se establece, tiene asegurado su futuro en el concierto del béisbol. Pero es mejor cuando gana la corona de Novato del Año de su liga. Una apuesta nada fácil.

Y este 2023 no se queda atrás en materia de novatos. Si el año pasado, el dominicano de los Marineros de Seattle, Julio Rodríguez, en la Liga Americana; y el norteamericano Michael Harris II, de los Bravos de Atlanta, en la Liga Nacional, cargaron con los honores frente a cotizados competidores como Spencer Strider, el derecho lanzador también de los Bravos en el Viejo Circuito, y Jeremy Peña, el también dominicano que recibió los elogios por su actuación con los Astros de Houston, todo parece indicar que este no va estar nada fácil.

Veamos, a ojo de buen cubero, lo que hay de primera mano, sobre los peloteros que llegan a la nómina grande de su novena.

Empecemos diciendo que Japón tiene presencia en ambas ligas, con dos dignos representantes: el lanzador derecho, Kodai Senga, con los Mets de Nueva York, en la Nacional; y el guardabosques Masataka Yoshida, de los Medias Rojas de Boston, en la Americana.

Próximo a cumplir sus 30 años, Yoshida tiene una vasta experiencia en la Liga Profesional del Japón, y está respondiendo en las Grandes Ligas, por lo menos, en sus dos primeros meses con el uniforme de los ‘Pati-Rojos’ de Boston. Batea para 313, con 6 cuadrangulares y 30 carreras impulsadas.

Y el lanzador Senga, también caminando a los 30 años, con buenos registros en su país, tiene 5 ganados y 3 perdidos, en 10 apariciones, con 3.44 de efectividad y 70 abanicados en 55 entradas laboradas.

Vigilantes de Texas. (Imagen: archivo internacional – VBM).

Atractivos de casa

Hunter Brown, el lanzador derecho de los Astros de Houston; Corbin Carroll, del jardinero de los Cascabeles de Arizona; Josh Jung, el antesalista de los Vigilantes de Texas; Bryce Miller, lanzador derecho de los Marineros de Seattle; Gunnar Henderson, guarda-bases de los Orioles de Baltimore; Taj Bradley, lanzador derecho de los Rayas de Tampa; y desde luego, el torpedero Anthony Volpe, de los Yanquis de Nueva York, hacen parte del ramillete de candidatos para el título de Novato de este 2023.

Brown, con 24 años, tiene 5 ganados, 1 perdido, en 10 aperturas; con 3.12 de efectividad, y 66 ponches recetados en 57.2 de entradas. Su brazo es potente y no abusa de sus serpentinas.

Carroll, de 22 años, con 9 ‘bambinazos’ y 34 anotadas, 20 remolcadas y 14 bases estafadas, está luciendo muy bien, con  ofensiva de 285. Tiene con qué rendir mucho más, si se logra mantener en el ritmo que viene.

Jung, de 25 años, suma 12 estacazos de circuito completo, con 37 impulsadas, 40 anotadas para los Vigilantes, con promedio de 291 con el bate, y su poder no es nada despreciable.

Miller, con 24 años, 3 ganados y 2 perdidos, 3.00 de efectividad, con 31 ponches recetados en 36 episodios laborados, se le augura muchos éxitos.

A sus 21 años, Henderson está probando que su talento, puede llevarlo muy lejos. Tiene 5 tablazos de circuito completo, con 14 impulsadas y 27 anotadas, pero apenas batea para 204.

Bradley, con 22 años, muestra solidez desde la lomita y su repertorio es respetable. Marca 3 ganados, 2 perdidos, efectividad de 3.60 en 6 aperturas, con 42 ponches propinados en 30 episodios laborados.

Volpe, de 22 años, no es un clásico chocador de pelotas, pero tiene 8 batazos de vuelta completa, con 24 carreras remolcadas, 23 anotadas y 13 bases estafadas. Su ofensiva es de 198.

Los latinos

En el grupo de los latinos, sobresalen el lanzador derecho dominicano, Eury Pérez, de los Marlins de Miami; el guarda-bases cubano, Miguel Vargas, de los Dodgers de Los Ángeles; el torpedero venezolano de los Rockies de Colorado, Ezequiel Tovar; el dominicano Esteury Ruiz, jardinero de los Atléticos de Oakland; y el receptor venezolano, Francisco Alvarez, de los Mets de Nueva York.

Eury, de 20 años, con mas de 2 metros de estatura y variedad de lanzamientos, ya marca 2 ganados y 1 perdido, en 4 apariciones, con 2.84 de efectividad y 19 abanicados en igual número de episodios laborados. Su porvenir lo empieza a labrar con bastante acierto.

Vargas, con 23 años y 1.92 de estatura, registra 5 tablazos de vuelta completa, 25 remolcadas y 26 anotadas, con 225 a la ofensiva. Se espera mucho más de él, y un compás de espera no le sobra.

Ezequiel, con 21 años, 1.80 de estatura, con 15 dobles, 3 jonrones, 22 impulsadas y 25 anotadas, con 244 al bate, está despertando mucho interés, por la forma en que está encarando el juego.

Esteury, con 24 años y 1.80 de estatura, es la sensación viéndolo correr entre las almohadillas, marcando 27 bases estafadas, 24 carreras impulsadas y 24 anotadas. Está para formidables actuaciones en el inmediato futuro.

Finalmente, Alvarez, con 21 años, 1.78 de estatura, con 6 dobles, 8 cuadrangulares, 19 empujadas, 14 anotadas y ofensiva de 259, en los 34 partidos en donde ha actuado, necesita mejorar un poco su actuación detrás del plato y ser mas paciente a la hora de consumir sus turnos al bate: tiene 28 ponches recibidos en 108 turnos al bate.

Desde luego, aquí hacen falta muchos nombres, y a lo mejor, en esta grupo no está el ganador del trofeo Novato del Año de la Liga Americana o de la Liga Nacional, pero por lo menos, en los dos primeros meses de temporada, estas puntadas sobre los novatos, abren el horizonte de lo que puede ser la disputa de los codiciados galardones.

Por ahora, la temporada va viento en popa y el regreso de la afición a los estadios es un hecho indiscutible.

Sobre Antonio Andraus

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