El Rey Midas del Boxeo

@ruffinoacosta

(rufinoa42@hotmail.com)

El hombre tiene sus detractores. Algunos puristas del boxeo creen que es huidizo y poco serio en ciertas ocasiones. Que se trata solo de  un correlón. Pero esa imagen distorsionada, producto más de la subjetividad propia del ser humano y de las emociones que provoca el boxeador, se va para el cuarto de San Alejo cuando se confronta con la realidad. Floyd Mayweather es, fuera de toda duda, uno de los legítimos y grandes campeones de la época, un pugilista genial.

Floyd Mayweather

Floyd Mayweather

Ante el argentino Marcos Maidana acaba de ratificar su talento sobre el ensogado. Fue paciente y poco a poco supo neutralizar la feroz arremetida del Chino, quien quería imponer su recia pegada y se mandó a un ataque implacable. Mayweather se movió como siempre lo hace, rápido e inteligente, no se dejó arrinconar y nunca cesó de lanzar sus efectivos golpes que por lo mismo también hacen daño, porque aterrizan dónde duele. Después del  sexto asalto del combate en Las Vegas, Nevada, ya se intuía, por su desarrollo, para dónde iba el agua. Los esfuerzos de Maidana resultaban inútiles ante la sólida defensa de Mayweather, estilo zurdo, y al mismo tiempo éste daba señales de dominio casi matemático sobre su rival. Maidana, como dijo el comentarista y narrador de Space, “hizo lo que pudo”, pero no le alcanzó, así al final haya reclamado la victoria o por lo menos un empate.

Los jueces dieron decisión mayoritaria para Floyd, quien unifica los títulos del peso welter CMB y AMB.  La votación fue de 1114-114, 117-111 y 116-112. El voto de empate sorprendió porque se esperaba  una opinión unánime en esa materia. El funcionario que se apartó de la corriente tal vez quiso premiar la indiscutible valentía de Maidana y su espíritu de lucha, aunque en el boxeo lo que pesa son los golpes conectados. En medio del calor de los acontecimientos se habló de un posible desquite para dentro de 6 meses. Maidana quiere y  el monarca dio a entender que no le disgustaría, desde luego con sumas exorbitantes sobre la mesa. Floyd Mayweather consolida su reinado, se lleva una bolsa fija de 32 millones y queda a la expectativa de otros ingresos que podrían llegar a los 90 millones por derechos publicitarios, venta de boletería de pague por ver y asistencia al escenario.

Floyd Mayweather

Floyd Mayweather

Maidana apenas recibe un millón y medio de dólares, sin embargo la recompensa más elevada de su carrera, pero también se beneficiará de entradas adicionales por diversos conceptos. A los 30 años y sin mayores señales de castigo, el santafecino aún posee reservas y fortaleza para figurar en el mundo de los mejores. Mayweather, de 37 años de edad (sus rivales casi siempre son menores), tiene ya firmadas tres nuevas peleas y se dice que sus entradas pasarán de los 200 millones de dólares.  De hecho, cada presentación suya  es una mina de oro. Le podrían decir que es un moderno Rey Midas. En su carrera tiene duelos contra 20 campeones mundiales y cinco títulos de categorías diferentes, como lo recuerdan los expertos y lo confirman las estadísticas.

En esa estela solo faltaría la del filipino Manny Pacquiao, con quien nunca quiso enfrentarse por distintas razones, entre las cuales no creo que figurara el miedo o cosa parecida. La de Maidana fue su aparición titular número 23 y le significó la victoria número 46. Su propósito sería terminar imbatido, para emular al menos en lo aritmético al legendario Rocky Marciano, quien como campeón de los pesos completos se retiró con 49 triunfos y 0 derrotas.  En cuanto a la cantidad de peleas por la corona, que está en 23, se estima que no tendrá tiempo para superar la hazaña del mexicano Julio César Chávez, quien realizó nada menos que 37, algo colosal, reflejo de su longevidad como uno de los dueños del tinglado. Mayweather, de todas maneras, ya hizo historia. Sale indemne cuando empiezan a compararlo con quienes lo han antecedido en el olimpo de los notables del boxeo, Sugar Ray Leonard a la cabeza. El hombre tiene su nicho asegurado.

Sobre Rufino Acosta

Periodista y abogado. Se inició en el programa Deporte al Día, de La Voz de Santa Marta, en 1960. Trabajó con El Informador de la capital del Magdalena entre 1961 y 1964. Fue corresponsal de El Espectador en 1964 y desde 1965 hizo parte de la redacción deportiva en Bogotá, hasta su retiro en 1998. Estudió Derecho en el Externado de Colombia (1965-1969). Afiliado al CPB y Acord Bogotá.

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