El cartel de la justicia más grande de lo que se cree

JusticiaLa inmensa corrupción de la justicia es un secreto a voces, y  no es un problema de ahora, viene de muchos años atrás. Delincuentes peligrosos que reciben casa por cárcel y luego se fugan,  o ante la sorpresa de todos, quedan en libertad, después del inmenso esfuerzo realizado por la policía para capturarlos. Pero este problema tiene tanto de ancho como de largo, porque la corrupción no está solamente a nivel de los jueces y del rango más bajo de los funcionarios de la justicia. También está a nivel de las altas cortes y tribunales; es un cáncer que corroe a la justicia desde la base y en cada una de sus ramas; y desde ese punto, afecta grandemente al país, a sus habitantes y al desarrollo de una soberanía y de una identidad propia, porque la justicia, que es considerada un derecho y un servicio público, no le brinda seguridad a los ciudadanos que bajo esta circunstancia tampoco la obedecen, no creen en ella y la toman por su propia mano. Esta inseguridad, en esa justicia que esta corrompida, genera más violencia, porque ese espíritu universal de protección y soberanía que genera es oscuro o está perdido.

Es por eso que esta acción, que en buena hora se inicia, –no por iniciativa de las mismas autoridades, sino un funcionario valiente la que no se dejó sobornar-, debe seguir y llegar hasta sus últimas consecuencias. Vaya uno saber si el Fiscal Montealegre tiene suficiente valor para hacerlo, pues parece más un fiscal mediático y de medios que un fiscalizador, valga la redundancia, que sabe que en cualquier momento las altas cortes lo pueden contra investigar y eso quizá hace que cualquier  acción sobre lo que está ocurriendo con la justicia, que debe ser limpiada , resulte poco efectiva.

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