¡De todo un poco, como en botica!

Los tropezones del inicio de la temporada, no disminuyó el entusiasmo por el juego. Aaron Judge y Paul Goldschmidt, valiosos de verdad. Cy Young unánimes: Verlander y Alcántara. Y todos los demás premios.

Aaron Judge. (Imagen: archivo particular-VBM).

Mientras Aaron Judge se alzaba con el trofeo ‘Jugador Más Valioso’ de la Liga Americana; Justin Verlander ganaba su primer juego en Serie Mundial y capturaba su tercer ‘Cy Young’ en su brillante carrera en la Liga Americana con votación unánime y Paul Goldschmidt se llevaba el trofeo ‘Jugador Más Valioso’ de la Liga Nacional, el derecho dominicano, Sandy Alcántara, lograba  el ‘Cy Young’ de la Liga Nacional, adjudicándoselo con todas las papeletas a su favor, para rubricar una excelente campaña en la que evidenció que si se mantiene en salud, se proyecta para cosas importantes dentro del béisbol de las Grandes Ligas.

Esta temporada que ya terminó, dejó muchas lecciones para el juego, para los peloteros, para las organizaciones y para los aficionados, pues pese a todos los tropiezos que hubo al comienzo, tuvo un final feliz, con el triunfo de los Astros de Houston, su segunda corona de Serie Mundial de las manos del dirigente Dusty Baker Jr., cuya carrera, tanto como pelotero como capataz, ha sido de ejemplo en el mundo del béisbol, frente a unos Filis de Filadelfia que inspirados en una campaña difícil de repetir, llegaron con la Tarjeta del Comodín a la postemporada, y superaron a todos sus rivales para disputar el Clásico de Otoño.

Para la historia

El cuarto juego de la Serie Mundial ya ingresó a los anales de la historia en la Gran Carpa, cuando por segunda vez, un partido del clásico concluye sin indiscutibles ni carreras, y en esta ocasión, con el poderoso trabajo de cuatro lanzadores, encabezados por un latino, el dominicano Cristian Javier, cuando los Astros vencieron a los Filis en el ‘Citizens Bank Park’ de Filadelfia, 5 carreras por 0, después de aquél célebre e inolvidable Juego Perfecto de Don Larsen, con los Yanquis de Nueva York, el 8 de octubre de 1956 ante los Dodgers de Brooklyn, 2 carrera por 0, en el quinto partido de la Cita de Octubre.

Claro, el desafío de Larsen de Juego Perfecto es el único que se ha reseñado hasta hoy en la historia de las Series Mundiales, porque nadie llegó a pisar la primera almohadilla y los 27 bateadores del compromiso fueron puestos outs uno detrás del otro; pero el encuentro del 2 de noviembre de este año, sin imparables ni carreras de Cristian Javier, en 6 actos; con la preservación del juego por sus compatriotas Bryan Abreu y Rafael Montero, un episodio cada uno; y el cierre en el brazo del taponero Ryan Pressly, se otorgaron 3 bases por bolas y por lo tanto, los lanzadores trabajaron frente a 30 bateadores y no ante 27, como fue el caso de Don 66 años antes, en el ‘Yankee Stadium’.

Larsen contó con el apoyo de un ‘bambinazo’ de Mickey Mantle en la cuarta entrada y de otra carrera en las piernas de Andy Carey con sencillo remolcador de Hank Bauer, en la sexta, ambas anotaciones frente al estelar Sal Maglie, para ganar el compromiso.

El juego fue presenciado por 64.519 aficionados y se desarrolló en 2 horas y 6 minutos.

Cristian con los brazos de Abreu, Montero y Pressly, encontraron el respaldo ofensivo de sus compañeros en la quinta entrada, fabricando racimo de 5 carreras, con 5 indiscutibles, incluyendo un doble y un bateador golpeado, en las piernas de Chas McCormick, el venezolano José Altuve, el dominicano Jeremy Peña, el cubano Yordan Alvarez y Alex Bregman, anotaciones conseguidas ante las ofertas del abridor derecho Aaron Nola y del relevista zurdo venezolano, José Alvarado.

El partido fue presenciado por 45.712 espectadores y se prolongó por espacio de 3 horas y 8 minutos.

Los Más Valiosos

Lo que hizo ‘el juez’ Aaron Judge este año, lo elevan a la categoría de pelotero grande entre los grandes, y por eso, la obtención del galardón como ‘Jugador Más Valioso’ de la Liga Americana, no sorprendió a nadie.

Con una OPS de 1.111, que evidencia la calidad de bateador realmente completo en la campaña, Judge rompió la marca de Roger Maris, de 61 jonrones, establecida en 1961, al implantar el registro de 62 ‘bambinazos’ este año, 61 años después de que Maris superara el tablero de 60 tablazos de circuito completo, implantada por el inolvidable Babe Ruth.

Paul Goldschmidt. (archivo particular-VBM).

Judge compiló una ofensiva de 311, con 177 imparables en 570 turnos, con los 62 tablazos de circuito completo, 131 carreras impulsadas y 133 anotadas; negoció 111 boletos gratis en los 157 partidos donde participó.

Ruth, Maris y Judge alcanzaron los registros con los Yanquis de Nueva York; pero Aaron se une a una nómina excelsa que ha ganado la codiciada distinción de valiosos como Babe Ruth, Lou Gehrig, Phil Rizzuto, Joe DiMaggio, Mickey Mantle, Yogi Berra, Roger Maris, Joe Gordon, Spud Chandler, Elston Howard, Thurman Munson, Don Mattingly y Alex Rodríguez.

Aaron Judge se impuso en las votaciones sobre otros dos grandes finalistas, como lo fueron el astro japonés del montículo y del bateo, Shohei Ohtani, de los Angelinos de California, y el toletero zurdo cubano, Yordan Alvarez, de los Astros de Houston.

Paul Goldschmidt estuvo acariciando la Triple Corona de la Liga Nacional en un buen trayecto de la campaña, pero finalmente no le alcanzó para conquistar la distinción.

Goldschmidt capturó el trofeo de ‘Jugador Más Valioso’ del circuito, tras una soberbia temporada con los Cardenales de San Luis, terminando con una OPS de 982, empalmando 35 cuadrangulares, con 115 remolcadas y 106 anotadas, y una ofensiva de 317, producto de 178 indiscutibles en 561 turnos al bate.

El cubano-americano Nolan Arenado, su compañero de equipo, y el dominicano Manny Machado, de los Padres de San Diego, fueron los otros dos grandes finalistas para el premio.

Los Cy Young

Para los lanzadores, el premio ‘Cy Young’ es alcanzar uno de los premios más codiciados en el béisbol de las Grandes Ligas.

Este año, el dominicano Sandy Alcántara, de los Marlins de Miami, con sus cambios de velocidad y su recta de 4 costuras, hizo estragos frente a los bateadores, ganando 14 partidos y perdiendo 9, con 2.28 de efectividad, abanicando a 207 bateadores en 228.2 episodios, con apenas 54 carreras limpias permitidas.

Lo más importante para el derecho Alcántara es que obtuvo el galardón por votación unánime, redondeando de esta manera una fantástica temporada, y superando en las votaciones al zurdo Max Fried, de los Bravos de Atlanta y al zurdo mexicano de los Dodgers de Los Ángeles, Julio César Urías.

El curtido Justo Verlander, de los Astros de Houston, se llevó para su casa el tercer ‘Cy Young’ en su brillante carrera en la Gran Carpa, en esta oportunidad, obteniendo el trofeo de manera unánime.

Justin con sus dos lanzamientos dominantes, la recta de 4 costuras y su slider, tuvo marca de 18 triunfos y 4 derrotas, la microscópica efectividad de 1.75 en la temporada, con 185 abanicados en 175 episodios laborados, con 34 carreras limpias, en la campaña, superando a Dylan Cease, de los Medias Blancas de Chicago, y a Alek Manoah, de los Azulejos de Toronto.

De los capataces

Las discusiones se han centrado en los últimos días, en la elección de los capataces del año que recayeron en los nombres de Terry Francona, el dirigente de los Guardianes de Cleveland, en la Liga Americana; y de Buck Showalter, de los Mets de Nueva York, en la Liga Nacional.

Ambos desarrollaron un estupendo trabajo con sus muchachos. Francona cambiándole el estilo de juego a los Guardianes, más agresivo, más juego pequeño, más pimienta en el campo; y Showalter intentando que sus pupilos ejecutaran el juego de acuerdo con sus condiciones pero exigiéndoles todo su talento y capacidad en cada partido.

Para muchos, la tarea de Brandon Hyde, con los Orioles de Baltimore, en la Liga Americana, y la de Rob Thomson, con los Filis de Filadelfia, en la Liga Nacional, fueron tan importantes o mejores que las de Terry y Buck en sus respectivas novenas.

Justin Verlander. (Imagen: Staff Phothographer-VBM).

Hyde con una nómina apenas aceptable, dio batalla de primera línea y se mantuvo en busca de un cupo para la postemporada que, finalmente, no alcanzó. Pero fue sensacional su trabajo con el puñado de peloteros con que jugó la temporada.

Y Thomson, desde que asumió el mando como encargado, el pasado 3 de junio, con dos decepcionantes meses de los Filis, bajo la dirección de Joe Girardi, quien fue despedido ese día, la novena empezó a ganar y ganar; llegó vía Comodín a la postemporada, terminando con un nada despreciable tablero de 87 triunfos y 75 derrotas, después de recibirlo con 22 ganados y 29 perdidos.

Todo lo demás que hizo Thomson y su tropa, hasta llegar a la disputa de la Serie Mundial, para los efectos de la elección, no se tiene en cuenta, porque sólo se incluye lo que es la temporada regular. ¡Pero fue espectacular la tarea con los Filis!

Francona superó en la votación a Hyde, quien fue segundo en la votación, y a Scott Servais, de los Marineros de Seattle, quien fue tercero.

Showalter aventajó a Dave Roberts, de los Dodgers de Los Ángeles, y a Brian Snitker, de los Bravos de Atlanta, y es su cuarta distinción como estratega en las Grandes Ligas; la primera con la Liga Nacional y tres con la Liga Americana. Y para los Mets, es el primer estratega en conseguir el galardón para la franquicia. Thomson no apareció por ningún lado.

Los novatos

El dominicano Julio Rodríguez, jardinero central de los Marineros de Seattle, ganó el premio ‘Novato del Año’ de la Liga Americana.

Rodríguez bateó para 284, con 145 indiscutibles en 511 turnos; con 28 tablazos de circuito completo; 75 carreras remolcadas y 84 anotadas, y se estafó 25 almohadillas en la campaña.

Michel Harris II, guarda-bosques central de los Bravos de Atlanta, se llevó la distinción de ‘Novato del Año’ en la Liga Nacional.

Harris compiló ofensiva de 297, al conectar 123 imparables en 414 turnos: con 19 ‘bambinazos’; 64 carreras impulsadas y 75 anotadas; estafándose 20 almohadillas en la temporada.

Hubo de todo como en botica en esta temporada de las Grandes Ligas y con los cambios que se avecinan, todos ya anunciados, el juego en la Gran Carpa tomará una fisonomía diferente pero seguramente que se mantendrá la esencia y el creciente interés por ver el espectáculo con entusiasmo como ha ocurrido en los últimos meses, pese a la pandemia, a los vientos de huelga, y a los tropiezos que nunca faltan.

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