Colombia vuela hacia Rio…la espera Uruguay

Por: Rufino Acosta Rodríguez

Selección Colombia

Selección Colombia

No podía ser de otra manera. Colombia tenía que terminar la serie con una demostración como la que brindó ante Japón. Una goleada de 4-1 y el cupo directo de primera clase para el vuelo hacia el mítico Maracaná de Rio en Janeiro, donde el sábado jugará contra Uruguay por octavos de final.  Lo hizo con un equipo renovado. A la postre fueron nueve cambios, incluidos los ocho minutos de Faryd Mondragón, quien a los 43 años entra a la leyenda como el portero de mayor edad de Brasil 2014 y el colombiano más longevo en un Mundial. También desfilaron Eder Álvarez Balanta, Carlos Valdés,  Carlos Carbonero, Adrián Ramos y otros como Jackson, Alex Mejía y Santiago Arias que ya habían alternado.  Afuera se quedaron Camilo Zúñiga, Carlos Sánchez, Abel Aguilar, Mario Alberto Yepes, Cristian Zapata, Teófilo Gutiérrez, Víctor Ibarbo y James Rodríguez (el primer tiempo).  Al principio parecía haber algún desajuste. El transcurrir de los minutos  sirvió para conseguir el ensamble deseado. Colombia conserva su andamiaje estructural,  el mismo orden.  Si Jackson Martínez no sabía cómo resolver sus diferencias con el arco rival,  volvió a encontrar la luz y recuperar la confianza. Por partida doble. Si a James Rodríguez le faltaba algo para dar la vuelta al ruedo como una de las estrellas del torneo, el gesto para el cuarto gol llenó el último requisito. Qué elegancia, precisión y clase. Sacó al último defensa y escogió la esquina para elevarle el balón al asombrado e impotente Eiji Kawashima.  No se crean. A Colombia no le resultó cómodo el comienzo.  El equipo nipón es veloz, preciso en el pase corto y tiene movimientos desequilibrantes. Por eso, el primer tanto se demoró 17 minutos y llegó por la vía del penalti. Yasuyaki Konno no pudo frenar a Adrián Ramos y acudió la falta que el árbitro portugués Pedro Proenza sancionó sin dilación. Japón logró nivelar las cargas en el primer minuto de adición, sobre los 46. Shinji Okazaki le ganó en el salto a Valdés y sacó réditos de un centro de Honda. Después se le cayó la noche al rival asiático y vino el vendaval. Poco a poco, Colombia  aplicó la brújula del talento y el norte empezó a vislumbrarse sin sombra alguna. James había entrado por Cuadrado y Carbonero por Juan Fernando Quintero. El centrocampista de River Plate estuvo cerca de anotar tras un tiro libre de Guarín.  El que no falló fue Jackson Martínez, cuando a los 54 minutos recibió de James en el área y la cruzó con la pierna izquierda. En la jugada colectiva también habían participado Guarín y Arias. Colombia se entona, Japón insiste y hay momentos de angustia en ambos arcos. Okubo es una pesadilla. La defensa responde y Colombia retoma el control. La fórmula del contragolpe parece irresistible. James hace una corrida y por último se la entrega a Jackson, quien cambia de perfil y con la zurda la pone en el fondo de la red. Ya faltaba poco. Apenas unos doce minutos. Pekerman le rinde homenaje a Faryd Mondragón y Ospina le da un abrazo al producirse el relevo. Vino la jugada cumbre, la perla del día en Cuiabá, algo para poner en vitrina: James queda frente al su marcador, lo elude y cuando el portero sale lo burla con balón impulsado como con mano de voleibolista. Una clásica pintura. Para el salón de la fama. Cuatro a uno, dominio absoluto del grupo y la euforia colectiva. Los jugadores agradecen a la tribuna y Pekerman dice que esto es el producto del trabajo, la paciencia y el esfuerzo delos jugadores.  Limpia campaña, por primera vez tres triunfos consecutivos en un Mundial. Pero la batalla continúa y el sábado será contra Uruguay en los duelos sin retorno. Será el cuarto partido, como en Italia 1990. El quinto sigue en la escala. Ahí va Colombia.

Sobre Rufino Acosta

Periodista y abogado. Se inició en el programa Deporte al Día, de La Voz de Santa Marta, en 1960. Trabajó con El Informador de la capital del Magdalena entre 1961 y 1964. Fue corresponsal de El Espectador en 1964 y desde 1965 hizo parte de la redacción deportiva en Bogotá, hasta su retiro en 1998. Estudió Derecho en el Externado de Colombia (1965-1969). Afiliado al CPB y Acord Bogotá.

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