¡¿Apagar el incendio con gasolina?!

(Imagen: Colombia.com)

Observando los aconteceres de estos últimos días, dan grima las reacciones de sectores, que se sienten protagonistas de las decisiones que han afectado a personajes de la vida nacional.

Desde los extremos atizan la hoguera, como si la tormenta no estuviera en el más alto nivel.

En lo personal, lamento la situación por la que está pasando el señor expresidente Álvaro Uribe y su familia, Dios guíe a sus defensores y a los jueces, para que resalten la luz y la verdad, obrando con rectitud y justicia.

En lo político, es la oportunidad para que los partidos (si todavía quedan), pongan en práctica sus doctrinas y programas. Los líderes para que actúen con altura intelectual, acorde a las circunstancias.

El gobierno, se debe centrar a afrontar el gran desafío que tiene por delante, desarrollando su capacidad y espíritu de servicio, poniendo el timonel hacia programas y proyectos que nos den luz de esperanza para salir de esta crisis. Ya todo está plasmado y de hecho, nos espera un trabajo arduo, coherente y consistente, despojado de odios y rencores politiqueros.

Los Cuerpos Colegiados deben centrarse en hacer sus funciones con altura, legislando, dando herramientas para que el ejecutivo desarrolle sus tareas y en los debates políticos, disintiendo con argumentos sustentados.

El Poder Judicial, recobrando su dignidad, aplicando oportuna y cumplida justicia, enmarcada en la probidad y rectitud. Ajena a circunstancias externas que perturben su ejercicio.

El pueblo debe estar atento: “con los ojos 

abiertos y los oídos  despiertos”, pues, “en río revuelto, ganancia de pescadores”.

Para recordar:

-“La virtud de la prosperidad es la templanza, la virtud de la adversidad es la fortaleza”: Francis Bacon

-“Engrandecerás a tu pueblo no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes”: Epicteto

-“La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz”: Confucio

Sobre Hugo Artunduaga

A esta edad no hay hoja de vida, solo queda un recordatorio.

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