¡A once triunfos de la gloria!

¿Serán trece las victorias para el nuevo campeón de la Serie Mundial? Los Astros, los Guardianes, los Marineros y los Yanquis, los cuatro de la Liga Americana. Los Bravos, los Dodgers, los Filis y los Padres, los cuatro de la Liga Nacional.

Guardianes de Cleveland. (Imagen: Union Tribuna -VBM).

Definidos el paso de los Comodines tanto de la Liga Americana como de la Liga Nacional, hay una pregunta que, por el momento, hace parte de la nueva historia que tiene el béisbol de las Grandes Ligas, en lo que concierne a la fase final de las temporadas.

El ganador de la Serie Mundial 2022, ¿tendrá que contar con once triunfos? O ¿serán trece las victorias que han de ser contabilizadas para el campeón? La pregunta surge porque con el cambio del formato para definir el cuarto clasificado por ambas ligas para ingresar a la postemporada a partir de este año, ese ganador de la serie de su respectivo circuito, llega con dos triunfos más antes de disputar la serie Divisional.

Es el caso, por ejemplo, de los Guardianes de Cleveland, que como los Marineros de Seattle, los Filis de Filadelfia y los Padres de San Diego, se clasificaron a la ronda divisional de su liga, ganando dos juegos en los comodines, hecho que no ocurría con el formato anterior, pues todo se decidía con un partido de “vida o muerte” y punto.

Si se suman esos dos triunfos, y si una de esas novenas alcanza la gloria con la conquista del título de la Serie Mundial, pues ya no serían once los triunfos sino trece las victorias para el equipo que capture el codiciado trofeo de la Cita de Octubre.

No ha sido en una sola oportunidad sino en varias, en que uno de los clubes ganadores de la Tarjeta de Invitación o Comodín carga con los honores de alzarse con el máximo trofeo del béisbol de las Grandes Ligas. ¡Hagan memoria!

De los Comodines

Quienes se vinieron lanza en ristre porque los Comodines fueron ampliados a serie de tres juegos para que el ganador de dos fuese a las series divisionales de sus circuitos, y que los mejores clasificados por juegos ganados y perdidos, jugaran con aparente ventaja por ser sede de los tres compromisos, en la práctica no hubo dicha ventaja.

Sólo una de las novenas consiguió ganar en casa y pasar a la divisional de su liga. Fueron los Guardianes de Cleveland, que pudieron deshacerse de los Rayas de Tampa en dos partidos, el primero con formidable actuación de Shane Bieber y del cuadrangular del dominicano José Ramírez con uno en la ruta, para ganar 2-1; y en el segundo, con el tablazo de circuito completo del novato dominicano Oscar González, para dar por terminado el desafío en 15 sensacionales episodios, 1-0, uno de los partidos más cerrados en los últimos tiempos en las Grandes Ligas.

Las otras series de comodines, fueron ganadas por los visitantes, de tal manera que, en principio, queda desvirtuado que ser equipo de casa da ventaja. Es posible que anímicamente sea así, pero sobre los diamantes las cosas son a otro precio.

Vean: los Marineros de Seattle vencieron a los Azulejos en su casa en Toronto, 4 por 0, en el primer choque, con sensacional faena del derecho dominicano Luis Castillo y el jonrón de Cal Raleigh con uno en la ruta; y en el segundo, en juego de toma y daca, viniendo de atrás hacia adelante, cuando estaban perdiendo en 5 actos completos 8 a 1, ganaron 10-9 en un cierre sencillamente espectacular, incluyendo un cuadrangular del dominicano Carlos Santana, con dos compañeros en la ruta, en la sexta entrada, que le cambió la faz al partido.

Eso en cuanto a la Liga Americana. Y en la Nacional, los dos clubes visitantes fueron los triunfadores de los comodines, para comprobarse una vez más que en el béisbol, como en todos los deportes, no se gana antes de que concluyan los compromisos.

Los Cardenales eran inmensos favoritos para ganar en su casa frente a los Filis de Filadelfia, pero cayeron en dos juegos.

En el primero, ganaban los “pajarracos” 2-0 en 8 entradas, y perdieron 6-3 en 9 episodios, gracias a un racimo de 6 carreras en la parte alta de la novena entrada, con 3 sencillos, incluyendo uno del dominicano Jean Segura que empujó 2 carreras con las bases llenas; 2 bases por bolas, un elevado de sacrificio, un bateador golpeado, que produjo una carrera “a caballito”, en fin, y todo comenzó con un out colgado en la pizarra. En ese choque, vale la pena resaltar la excelente actuación del lanzador zurdo colombiano, José Quintana, el abridor en 5 entradas y un tercio, con 2 indiscutibles permitidos; ninguna carrera; una base por bolas otorgada y 3 bateadores ponchados. 

Astros de Houston. (Imagen: ESPN-VBM).

En el segundo, un tablazo de Bryce Harper y otra remolcada con sacrificio de Kyle Schwarber, más una actuación fenomenal de Aaron Nola en 6 y 2 tercios, de apenas 4 indiscutibles, 1 base por bolas y 6 abanicados, le ofrecieron el boleto a la ronda divisional y el cierre de una etapa brillante de los Cardenales con peloteros como el receptor boricua Yadier Molina, el derecho Adam Wainwright, y el ilustre dominicano, Albert Pujols, y el resto de la corte de San Luis.

Y en la otra serie, eran los Mets los favoritos para imponerse a los Padres de San Diego, jugando en el “Citi Field” de Nueva York, pero el “bache” ofensivo de los pupilos de Buck Showalter se evidenció desde cuando perdieron la serie de tres partidos en la última semana de la temporada frente a los Bravos, en Atlanta, y de paso cedieron el liderazgo del Este de la Liga Nacional, y tuvieron que ir a la disputa del Comodín.

Con una nómina de US$248 millones, la más alta de la campaña, los Mets perdieron en el primer choque gracias a la formidable actuación del derecho japonés Yu Darvish, quien los “amarró” en 7 actos, con 6 indiscutibles, incluyendo un jonrón del venezolano Eduardo Escobar para la única carrera del juego, sin bases por bolas y ponchando a 4, mientras que Josh Bell, Trent Grisham, el curazaleño Jurickson Profar y el dominicano Manny Machado se volaban la cerca para la victoria, todos frente a las ofertas del estelar Max Scherzer, para ganar 7 carreras por 1.

En el segundo, fue Jacob DeGrom el hombre que sacó la cara por los Mets, con una soberbia actuación de 6 episodios, y una acertada decisión del estratega Buck Showalter, en traer a su taponero boricua, Edwin Diaz, cuando apenas ganaban 3-2, en el séptimo, para asegurar el juego; mientras que Francisco Lindor y Pete Alonso se volaban la cerca, para vencer a los Padres por pizarra de 7 a 3.

Pero en el tercer juego, fue Joe Musgrove el hombre de la noche, con un concierto de serpentinas de 7 entradas, de 1 indiscutible, 0 carreras, 1 base por bolas y 5 abanicados, mientras que Chris Bassitt aceptaba 3 carreras con 3 indiscutibles y cedía 3 bases por bolas en 4 entradas. El dominicano Juan Soto y Austin Nola remolcaron 2 carreras cada uno, y el surcoreano Ha-Seong Kim anotó 3 en el juego, en un partido de pocas alternativas para los Mets, que quedaron en un imparable en todo el partido, para que los Padres vencieran 6 por 0 en Nueva York, y pasar a la ronda divisional.

El venezolano Robert Suárez en el octavo y el taponero zurdo Josh Hader, en el noveno, cerraron el compromiso de los Padres frente a los Mets, manteniendo a la artillería metropolitana a raya.

Musgrove, a solicitud del capataz de los Mets, fue sometido a chequeo en sus manos y sus orejas, y parte del cuello, antes de iniciar su labor en la sexta entrada, en busca de sustancias extrañas para hacer sus envíos. Salió incólume, y a la vez se convirtió en el primer lanzador en la Gran Carpa en trabajar 7 actos en juego de eliminación de postemporada, aceptando apenas 1 imparable en ese trayecto.  

Sobre el tapete

En la Liga Americana no todos los pronósticos resultaron ciertos  de acuerdo con la realidad de los hechos, arrojados en las dos Series de Comodines, para definir a los dos finalistas para las Series Divisionales del circuito.

Bravos de Atlanta. (Imagen; La Vision Noticias-VBM).

Los Azulejos de Toronto eran los favoritos para ganarle a los Marineros de Seattle por su bateo, por su defensiva, por su cuerpo de lanzadores, por sus resultados en la temporada regular, y porque, además, como señalaba el reglamento, jugaba en su casa todos los compromisos.

Pero los Marineros no estaban pensando en nada diferente a ser finalista de la liga, y sus pretensiones, en este momento, es dar el paso para llegar a disputar la corona del circuito. Si juegan como lo hicieron frente a los Azulejos, que se tengan los Astros, sus contrincantes de la ronda divisional.

Los Astros de Houston dirigidos por el afamado Dusty Baker, saben que no tienen nada ganado hasta cuando no cuelguen el último out de la última entrada de cada juego, pero por la forma en que han jugado y por su combinación defensiva, con buena rotación y una ofensiva de quilates, tiene abonado un buen terreno para esperar una buena cosecha en esta ronda divisional.

Los Guardianes de Cleveland, por su lado, remontaron una cuesta difícil en la campaña regular, y antes los Rayas de Tampa exhibieron la calidad de juego que todos esperan de una novena de las Grandes Ligas.

Los Yanquis de Nueva York, con todos los altibajos que han tenido desde agosto pasado, han logrado mantenerse como digno rival para cualquier contienda en lo que resta del año, y su calidad y capacidad de juego estará a prueba en la serie divisional frente a los Guardianes.

Cuando estábamos terminando de escribir esta nota, los Yanquis informan que han dejado por fuera de la serie al taponero cubano, Aroldis Chapman, por su ausencia en los campos de entrenamientos cuando estaba convocado por el club, hecho que ha sido calificado como indisciplina, que podría tener más consecuencias.

Los abridores

Las series divisionales de las dos ligas, se juegan a cinco desafíos, para clasificar a la siguiente vuelta al ganador de tres.

Los dos primeros partidos se juegan en casa del mejor equipo en juegos ganados y perdidos; luego, los otros dos, en casa de la novena que está disputando la serie; y si se necesita el quinto partido, se regresa a casa del equipo en donde se inició la serie.

Para la Serie Divisional, los Yanquis han anunciado a Gerrit Cole, para el primer juego, con marca de 13 y 8, y 3.50 de efectividad; al zurdo cubano Néstor Cortés Jr., para el segundo, con 12 y 4, y 2.44, que jugaran en el “Yankee Stadium” de Nueva York; y al derecho dominicano Luis Severino para el tercero, con 7 y 3, y 3.18, que se jugará en casa de los Guardianes.

Por los Guardianes, Call Quantrill abrirá el primer partido en Nueva York, con tarjeta de 15 y 5, y 3.38 de efectividad; Shane Bieber, saldrá en el segundo, con 13 y 8, y 2.88; y en Cleveland, está anunciado Triston McKenzie, para el tercero, con 11 y 11, y 2.96 de efectividad.

Los Yanquis son buenos ganadores en casa. Tuvieron marca de 57-24 en la campaña, y 42-39 como visitantes. Los Guardianes 46-35 en casa y 46-35 como visitantes. En los juegos entre dichas novenas en la temporada, los Yanquis ganaron 5 de 6 partidos.

Para la serie entre los Astros y los Marineros, Dusty Baker indicó que el veterano Justin Verlander, abrirá el primero, quien tuvo registro de 18 y 4, y el raquítico guarismo de 1.75 carreras limpias por juego; y el zurdo dominicano Framber Valdez, lo hará en el segundo. Para el tercero, que se jugará en Seattle, Lance McCullers Jr., ha sido anunciado como abridor.

Logan Gilbert será el abridor del primer juego de los Marineros en Houston, quien tiene registro de 13 y 6, 3.20 de efectividad. Los abridores para el segundo y tercer desafío, no han sido señalados por Scott Servais, el capataz de Seattle.

Los Astros tienen 55-26 en casa y 51-30 en plan de visitantes. Los Marineros sumaron 46-35 en casa y 44-37 como visitantes. Y en los encuentros de la temporada, los Astros ganaron 12 de los 19 desafíos ante los Marineros.

Scott Servais y su tropa regresan a la jornada grande del mejor béisbol del mundo, después de dos décadas de ausencia. Por todo lo que han hecho y han exhibido, derrotarlos no será fácil.

Padres de San Diego. (Imagen: Forbes-VBM).

Para los entendidos, una final entre los Astros y los Yanquis por el título de la Liga Americana, sería lógico. Pero otra cosa pueden decir los Guardianes y los Marineros al momento de decidir los juegos dentro de los diamantes.

En el Viejo Circuito

En el primer juego de la Serie Divisional entre los Filis de Filadelfia y los Bravos, en Atlanta, se verá a dos zurdos desde la lomita: el venezolano Ranger Suárez, por los Filis, con labor de 10 y 7, y 3.65 de efectividad; y Max Fried, por los Bravos, con tarjeta de 14 y 7m 2.48 de efectividad. Para el segundo, los Filis llevarán a Zack Wheeler a la lomita. Bryan Snitker, el capataz de los Bravos, hasta las 6 de la tarde de hoy lunes, hora del Este de Estados Unidos, no había decidido entre Ian Anderson o Kyle Wright, como abridor para el segundo juego.

Aaron Nola será el abridor del tercer juego de los Filis en Filadelfia y entonces los Bravos se la jugarán con el veterano Charlie Morton o con el novato de gran brazo Spencer Strider, si alcanza a estar listo de sus dolencias antes de la fecha del partido.

Los Bravos tuvieron marca de 55 ganados en casa y 26 perdidos. Los Filis marcaron 47-34 en la casa y 40-41 como visitantes. Por cierto, los campeones de la Serie Mundial superaron a sus contrincantes divisionales en el torneo regular venciéndolos en 11 de los 19 encuentros.

Los Dodgers contabilizaron 57 victorias y 24 derrotas en casa, mientras que los Padres sumaron 44 y 37 en casa, 45-36 en la ruta. Con las estadísticas de la temporada regular, los “Esquivadores” superaron a los “Frailes” en 14 de los 19 compromisos que tuvieron.

El zurdo mexicano Julio César Urías abrirá por los Dodgers el primer juego en Los Ángeles, quien en la campaña compiló 17 y 7, con 2.16 carreras limpias por juego; mientras que el derecho Mike Clevinger lo hará por los Padres, con tarjeta de 7 y 7, y 4.33 de efectividad.

Para el segundo, el japonés derecho Yu Darvish, con 16 y 8 y 3.10, se enfrentará al zurdo Clayton Kershaw, con 12 y 3, y 2.28 de efectividad.

Si en el béisbol existiera la lógica, se daría por descontado que los Bravos y los Dodgers debieran ser los finalistas de la Liga Nacional. Pero eso no es una matriz en el Rey de los Deportes, y por lo tanto, vale la pena recordar que los Filis vienen en plan ganador y que los Padres han demostrado que tienen con qué dar la lucha en una serie corta. Si no, pregúntenles a los Mets.

Ya estamos en la línea de ganar o ganar. No hay de otra. Y empezar a sumar bien para once victorias, o bien para trece triunfos, pensando en que la corona de la Serie Mundial tendrá que definirse a más tardar el 5 de noviembre venidero.

Para tener en cuenta: los Padres, en la Liga Nacional, y los Marineros, en la Liga Americana, no han ganado el cetro del clásico. Los “Frailes” han estado en dos ocasiones en la gran final, pero han perdido. Los “marinos” nunca han llegado a esa instancia, en su corta vida en el béisbol de las Gran Carpa.

Preguntas que saltan a la vista: ¿Serán los Bravos el primer equipo en conseguir consecutivamente dos títulos de Serie Mundial en este siglo? ¿La corona del Clásico de Otoño quedará en las manos de un club Comodín? ¿Podrán los Yanquis ganar la Cita de Octubre que les ha sido esquiva desde el 2009? ¿Tendrán los Dodgers la capacidad suficiente para cargar con un título que buscan con todas las de la ley desde 1988, después de ganarlo en la atípica campaña del 2020?

Esto apenas comienza. Para ganar la Serie Mundial se necesitan once triunfos más. Para los clubes que llegan vía Comodín, tendrían que sumar esas once victorias y las dos que obtuvieron en la ronda de clasificación.

Este tramo final será difícil para todos, porque todos empiezan de cero y todos tienen que sumar once o trece triunfos, dependiendo del caso, de la novena que llegue a la Serie Mundial.

Sobre Antonio Andraus

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