¡A jugar béisbol … y del bueno!

El comodín de la Liga Americana lo ganaron los Medias Rojas al derrotar a los Yanquis, en Boston, 6-2. Ahora sí está listo el menú: Medias Blancas ante los Astros; y los Medias Rojas frente a los Rayas, en busca de la final del circuito.

Medias Rojas de Boston (Imagen: Union Tribune-VBM).

¡No se llamen a engaño!

Ni la maldición del ‘Bambino’’ ni brujería alguna de cualquier parte del mundo, tuvo que ver con la derrota de los Yanquis de Nueva York frente a los Medias Rojas, en el “Fenway Park” de Boston, que tuvo un lleno a reventar, con 38.324 espectadores ocupando sillas en el vetusto pero representativo e icónico parque de pelota.

Los “Pati-Rojos” simplemente jugaron mejor, aprovecharon todas las oportunidades, vapulearon al astro derecho Gerrit Cole en un poco más de tres episodios, con par de cuadrangulares para tres carreras —uno de Xander Bogaerts con uno en la ruta en el primer episodio y otro solitario de Kyle Schwarber en el tercero—, empezaron a diseñar lo que sería un poco más tarde, la victoria 6 carreras por 2 frente a sus eternos rivales y la captura del Comodín de la Liga Americana, para jugar la fase divisional de la postemporada frente al hoy ya bien cotizado equipo de los Rayas de Tampa, el mejor del circuito en la temporada que está agonizando.

Los que saben siempre han dicho que lo peor para un lanzador es otorgar una base por bolas. Y eso le ocurrió a Cole frente al zurdo dominicano Rafael Devers en la primera entrada, con dos outs colgados en la pizarra. Después vino el tablazo de Bogaerts para poner la pizarra 2-0 en favor de los “Pati-Rojos”.

Y más adelante, el cuadrangular de Schwarber en la tercera entrada, y luego par de indiscutibles frente a Gerrit, quien tuvo que abandonar la lomita dejando a dos hombres en circulación y con la pizarra 3-0 en favor de los Medias Rojas. Clay Holmes se hizo cargo de la situación para conjurar el peligro.

Arriesgada pero discutible

Con un out colgado en el tablero, Anthony Rizzo la sacó del parque en la sexta entrada; y seguidamente, Aaron Judge despachó otro sencillo y Giancarlo Stanton — el mejor de la noche con el bate sobre los hombros por los Yanquis, con 3 indiscutibles, incluyendo un jonrón que fue la segunda y última carrera —, metió un batazo para que la bola se estrellara contra el “Monstruo Verde”, entre el bosque izquierdo y el central, sobre una oferta de Ryan Brasier, relevista por el abridor Nathan Eovaldi, quien tenía dominada la apagada batería de los “Mulos”, la que aparentemente nunca se encendió en esta campaña, con la sola excepción de la cadena de 13 victorias al hilo en agosto pasado.

Judge venía a toda marcha desde la primera base y siguió de largo cuando pisó la tercera almohadilla, obedeciendo la orden que el asistente de la “esquina caliente” de los Yanquis, Phil Nevin, le había dado, poniendo el semáforo en verde.

Rayas de Tampa (Imagen: El Fildeo-VBM).

El boricua Kike Hernández recogió la pelota despachada por Stanton, la soltó al guante del torpedero Bogaerts, quien tiró un metrallazo al plato y Kevin Plawecki, en ese momento, receptor de los Medias Rojas, puso out a Judge de manera inobjetable.

Es la jugada de la controversia. Para unos, no se equivocó Nevin; para otros, arriesgó demasiado, porque pudo haber cortado un posible racimo de carreras de los Yanquis con 2 hombres en circulación —tercera y segunda ocupadas — con apenas un out en la entrada.

En ese tipo de jugadas, es muy difícil atinar en lo que es mejor. Detener al corredor o enviarlo a riesgo para descontar en la pizarra. Se conjugan una serie de factores que nadie puede predecir. En nuestra opinión, por la clase de corredor y por la forma en que se desarrolló la jugada, era mejor dejar al corredor en la tercera, antes de arriesgar. Pero bueno, la jugada se hizo y ya está en la historia.

Aquí hay que señalar, porque las estadísticas lo demuestran, que Nevin no fue acertado durante toda la temporada, enviando a los corredores hasta el pentágono, pues en 22 ocasiones —el registro de los Yanquis así lo dice, que iguala con los Reales de Kansas City, como el máximo en dichas arriesgadas decisiones — los intentos de los ‘Mulos’ fueron un fracaso: 22 outs les fabricaron. Les dejo esa anotación para que sean ustedes, amables lectores, los encargados de decidir.

Todo lo demás ya está en los anales de las Grandes Ligas.

Las dos series

Empecemos con decir que el favoritismo, de acuerdo con los expertos, le da una ligera ventaja a los Rayas de Tampa sobre los Medias Rojas de Boston, y a los Astros de Houston sobre los Medias Blancas de Chicago, en las dos series divisionales de la Liga Americana, que se disputarán a partir de mañana jueves en el “Tropicana Field” de Tampa, y en el “Minute Maid Park”, de Houston.

Las razones son más que suficientes. Los Rayas fue el mejor equipo de esta campaña en la Liga Americana, y puede serlo también, en esta postemporada, bajo la conducción de una manera distinta de dirigir en el béisbol, como la que aplica Kevin Cash. Y los Astros, por todo lo que han hecho de la mano de Dusty Baker, tienen con qué ser finalista.

Otra cosa es que Alex Cora, el boricua que comanda la tropa de los Medias Rojas, encuentre la manera de contener el ataque de los Rayas en los momentos más complicados de los juegos, en donde, créanlo o no, hay cinco latinos en la alineación, que en el menor parpadeo del mejor lanzador rival que esté en el montículo, todo puede cambiar.

Ahora, Alex Cora ha conseguido que sus ‘Pati-Rojos’ se unten de la alegría y el entusiasmo del béisbol latino, que él les transmite en cada oportunidad  que puede. Todo dependerá, y los décimos desde ahora, que los serpentineros de su club respondan a las exigencias. De lo contrario, no habrá nada qué hacer con esa “guerrilla” ofensiva que tienen los Rayas.

Y en cuanto a los Medias Blancas, vale la pena acotar, que están dirigidos por uno de los capataces más conocedores del juego, como lo es ya el inmortal Tony La Russa, cuya semblanza y capacidad de estratega en el equipo de los “Pati-Pálidos”, ha sido una constante en esta campaña.

La Russa sabe lo que tiene entre manos: un puñado de peloteros que están dispuestos a todo con el fin de llegar a la Serie Mundial. Los Astros no se quedan atrás y por lo tanto, se avizora una serie bien reñida que puede irse a los cinco desafíos pactados, para conocer al otro gran finalista por el título de la Liga Americana.

Los lanzadores

Kevin Cash, el estratega de los Rayas, se la va a jugar con el novato zurdo de 24 años, Shane McClanahan, quien muestra una tarjeta de 10 ganados y 6 perdidos, con 3.43 carreras limpias por juego, con más de 123 episodios laborados en 25 aperturas, con 9 partidos sin decisión, en su primera temporada en la Gran Carpa,  para el primer encuentro frente a los Medias Rojas.

Shane McClanahan (Imagen: Bay Times-VBM).

Pero para el segundo juego, Cash vuelve a sorprender, llevando a la lomita de los sustos al derecho novato de 22 años, Shane Baz, quien tiene apenas 2 victorias sin derrotas en las Grandes Ligas, con 13 episodios y un tercio laborados, en 3 aperturas del año, y 2.03 carreras limpias por juego.

¡Se las trae Kevin con ese par de lanzadores para los dos primeros juegos de la serie divisional!

Por su parte, Alex Cora tiene decidido que el zurdo venezolano Eduardo Rodríguez, abrirá el primer juego, quien tiene registro de 13 ganados y 8 perdidos, en 31 aperturas, más de 152 episodios lanzados y efectividad de 4.74.

Pero para el segundo, Cora bajará tres nombres, a cuál más de interesante. Nick Piveta puede ser su abridor en casa de los Rayas, quien tuvo 9 ganados, 8 perdidos, en 30 juegos abriendo, con 155 actos laborados y 4.53 de efectividad.

Detrás de Piveta están el veterano zurdo Chris Sale, que regresando a la Gran Carpa este año, con tiene marca de 5 triunfos y 1 derrota, en algo más de 42 entradas trabajadas, en la apertura de 89 desafíos y efectividad de 3.16; o de Garrett Richards, con 7 victorias y 8 derrotas, en 136 actos trabajados en sus 22 juegos abriendo, y 4.87 carreras limpias por juego.

¿Cuándo decidirá Cora los nombres de su segundo abridor en Tampa? Probablemente unas pocas horas del juego. Por lo menos, hasta el momento de escribir esta nota, 5:30 de la tarde del miércoles 6 de octubre, hora del Este de los Estados Unidos, Alex no ha dado a conocer el nombre del serpentinero que utilizará en segundo compromiso frente a los Rayas.

Tony La Russa, por su lado, enviará al cotizado derecho y veterano Lance Lynn, quien tuvo registro de 11 victorias y 6 derrotas, en 28 aperturas en el año, con 157 entradas laboradas y 2.69 carreras limpias por juego, para buscar el primer triunfo en Houston.

Dusty Baker, por su parte, anunció que utilizará los servicios del derecho Lance McCullers Jr., quien muestra una tarjeta con 13 triunfos y 5 reveses, en más de 162 entradas trabajadas, en las 28 aperturas que tuvo en la campaña.

Para el segundo compromiso, las Medias Blancas tendrán al valioso derecho Lucas Giolito en la lomita, quien tuvo 11 ganados y 9 perdidos, en algo más de 178 episodios desde la lomita, en los 31 encuentros que inició, con 3.53 carreras limpias por juego, en la temporada regular de este año.

Los Astros han anunciado para el segundo compromiso que utilizarán los servicios del zurdo dominicano Framber Valdez, con 11 triunfos y 6 perdidos, en mas de 134 actos lanzados en sus 22 aperturas del año, con 3.14 carreras limpias por juego.

Las aparentes ventajas de los Rayas y los Astros sobre los Medias Rojas y los Medias Blancas, se dan por la forma en que juegan dichos equipos en casa. Tampa ganó 52 partidos y apenas perdió 29, lo que sin duda alguna, es una diferencia considerable. Houston tuvo 51 victorias y 30 derrotas. Más claro no puede ser.

Pero si los Medias Rojas y los Medias Blancas logran un triunfo en plan de visitantes, harán un buen negocio. No les quepa duda alguna.

La mesa está servida, el menú es apetitoso y los comensales están listos …

¡A jugar béisbol … y del bueno!

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