¡Y llegó la hora de la gran final!

Rayas de Tampa contra Rancheros de Texas; Yanquis de Nueva York frente a Mellizos de Minnesota, por la Liga Americana; y Rojos de Cincinnati ante Filis de Filadelfia, y Bravos de Atlanta midiéndose a los Gigantes de San Francisco, por la Liga Nacional.

Sí, ciertamente es una lástima que los Padres de San Diego estén por fuera de la disputa de la gran final por el título de la Liga Nacional. Sobre todo, por lo que la novena había conseguido en la segunda parte de la temporada regular, con una fabulosa campaña en donde tuvo muchos éxitos, con excepción de las tres últimas semanas de contienda, cuando cedió finalmente el espacio vital que eliminó a la divisa de la gran final.

Esa final que tanto anhelaba el equipo de los Padres, pero que vio frustrada ante el ímpetu de los Gigantes de San Francisco, que nunca se entregaron y que, derrotándolos en la serie final del calendario regular de la campaña, dejaron sentado que están decididos a disputar el título del Viejo Circuito, que ahora tiene todas las posibilidades para llegar a la gran Cita de Otoño.

Lo mismo podría decirse de los Medias Rojas de Boston y los Medias Blancas de Chicago, cuyas actuaciones en la Liga Americana abrigaban las esperanzas, por lo menos para sus seguidores, de poder obtener el pasaporte que los llevara a la finalísima del circuito, en una formidable capacidad de juego que se vio diezmada, en ambas divisas, por la lesión de muchos de sus peloteros de jerarquía, y cuando ello sucede, obviamente, nada se puede hacer.

Volviendo a la gran final de las dos ligas, vale la pena resaltar que, por el momento, pocos son los argumentos técnicos, defensivos o ofensivos que se pueden esgrimir, a favor o en contra de los ocho clubes participantes, porque si se analiza fríamente lo que fue para cada una de las novenas la temporada regular, todas sin duda alguna, tienen el respaldo de valiosas presentaciones frente a cada uno de sus contrincantes.

Quienes sostienen que la Serie Mundial 2010 volverá a ser de la Costa Este de los Estados Unidos, que por cierto tiene bastante inclinación entre los expertos, pueden estar aventurándose a quedar mal de un momento de un día para otro, si se tiene en cuenta la jerarquía de los equipos que representan a las zonas Central y Oeste de ambas ligas. De modo que, sinceramente, los pronósticos que se puedan dar son, por el momento, una manera de darle sabor a la finalísima del béisbol de las Grandes Ligas, pero en donde los aciertos pueden fallar estruendosamente.

Los que de una u otra manera seguimos muy de cerca el béisbol de las mayores, tenemos que concluir forzosamente, que el 2010 fue una campaña llena de altibajos, muy cerrada y con la presencia de nuevos valores, hasta el punto que la clasificación de los cuatro últimos de los ocho clubes clasificados, apenas se pudo decidir en la última semana.

Si ello no es cierto, que le pregunten a los Bravos, a los Padres y a los Gigantes; a los Yanquis y a los Rayas. Estos equipos vivieron en ‘carne propia’ y jugando su propio destino, las respectivas casillas seriamente disputadas de principio a fin. Los Yanquis cayendo frente a sus rivales de siempre, los Medias Rojas, en el último compromiso del calendario regular; y los Rayas derrotando en cerradísimo compromiso a los aparentemente débiles Reales de Kansas City, en choque con episodios extras, para alcanzar el título de la división Este, dejando a los Yanquis con el ‘comodín’ entre sus manos. Y los Padres perdiendo ante los Gigantes en el último compromiso, para que éstos aseguraran el título de la división Oeste, mientras que los Bravos se aseguraban el ‘comodín’, venciendo en sensacional juego a los actuales campeones, los Filis de Filadelfia.

Las finales

Serán los Rojos de Cincinnati contra los Filis, y los Bravos frente a los Gigantes, los encargados de abrir la fase final por la disputa de la corona de la Liga Nacional, jugándose a cinco partidos para clasificar a la finalísima al ganador de tres encuentros en cada una de las series, para definir al campeón del Viejo Circuito, en donde los dos primeros compromisos se jugarán en casa de los Filis y de los Gigantes, y los dos siguientes, en patio de los Rojos y de los Bravos. Si es necesario el quinto compromiso para poder conocer al ganador del pasaporte a la gran final, se volverá a los estadios de los Filis y de los Gigantes.

Sostienen los expertos que los Filis, orientados por el apacible Charlie Manuel, deben superar a los Rojos, dirigidos por Dusty Baker, porque la efectividad de la rotación de su cuerpo de lanzadores les ofrece una pequeña ventaja frente a los rivales de turno.

Y que los Bravos, pese a que inician la controversia frente a los Gigantes en San Francisco, es precisamente por su grupo de serpentineros abridores en donde tienen una aparente y ligera ventaja del grupo que comanda Bobby Cox ante la novena orientada por Bruce Bochy.

De todas maneras, la cosecha de los ganadores del primer desafío en casa, puede ser la brújula que indique hacia donde se puede inclinar la balanza para esperar a los dos grandes clasificados que se disputarán la corona de la Liga Nacional.

Y en la Liga Americana, los Rancheros de Texas, estratégicamente dirigidos por Ron Washington, se juegan sus dos primeras cartas frente a los Rayas de Tampa, cuyo capataz, Joe Maddon, sabe que dependerá de sus actuaciones en el campo de Texas lo que le puede abrir el camino para esperar una vez más, estar en la final del circuito.

Lo mismo sucederá en la serie entre los Yanquis de Nueva York, capitaneados por Joe Girardi, ante los Mellizos de Minnesota, cuyo capataz Ron Gardenhire, sabe que cualquier ventaja que le otorgue a los actuales campeones mundiales, será el paso inicial para quedar por fuera de la disputa de la corona del Nuevo Circuito, dado que el ganador de tres de los cinco juegos se clasificará para la final de la Liga.

Los dos primeros en casa de los Rancheros y de los Mellizos. Los dos siguientes, en los parques de pelota de los Rayas y de los Yanquis. Y si es necesario el quinto desafío, se volverá a los campos de los Rancheros y de los Mellizos.

¿Serán los Filis y los Bravos los encargados de llegar a la final de la Liga Nacional?
¿Serán los Yanquis y los Rayas los llamados a disputar el título de la Liga Americana?

Los críticos creen que esas dos pueden las finales de ambas ligas, pero nosotros no nos atrevemos a sentenciar que sean exactamente esas las novenas que puedan clasificarse a la disputa de la respectiva corona en cada una de las ligas, dado que si bien los expertos los dan como favoritos, nadie puede olvidar lo que han hecho los Gigantes y los Rojos para estar en la fase final de la campaña; y lo mismo sucede con los Rancheros y los Mellizos, cuyas formidables actuaciones desde cualquier punto de vista por donde se les mire en esta temporada, pueden romper con los esquemas dado a conocer por los vaticinios de los entendidos, habida cuenta que en una serie tan corta, cualquier cosa puede suceder, especialmente si los lanzadores abridores exhiben la solidez, talento y sapiencia que han ofrecido durante la campaña regular en sus respectivas novenas.

Por lo menos, ya estamos en la hora de la final, en donde cada triunfo será el mejor terreno abonado para todo lo que se consiguió, en medio de titánicos esfuerzos y mejor béisbol, en la temporada, pero que como casi siempre sucede, son los ganadores los que gozan… y paremos de contar por el momento, pues las series en ambos circuitos empezó el miércoles 6 de octubre.

Sobre Antonio Andraus

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