Un pasecito…por favor

Colombia se da el lujo de tener al goleador de la Euroliga de simple turista, porque no le dan el balón. Nadie pide que todo sea para Falcao, pero si un poco de espíritu colectivo. Es innegable que hace falta un jugador de ideas en el medio campo. La multinacional de Pekerman tiene casi tres meses para buscar soluciones.

(rufinoa42@hotmail.com)

Falcao

El grueso cuerpo técnico de Colombia, que encabeza el profesor José Pekerman y cuyo volumen podría servir de base para considerarlo una especie de multinacional de la dirección, tendrá que ampliar sus horizontes y conceptos mientras aprovecha el tiempo y busca soluciones ante los problemas que se les plantean.
Pueden seguir en el mutismo, aislados de la prensa, lejos de la afición, eso sería lo de menos, pero no están para andarse por las ramas si pretenden lograr el objetivo de volver al Mundial y de paso hacer un papel decoroso, esto es superar algo más que la segunda ronda. Como se repite en tono poético, la ilusión de un pueblo está en juego.

El aluvión de conceptos positivos que sobrevino después del triunfo sobre México en el amistoso jugado en Estados Unidos, quedó en el cuarto de San Alejo tras los encuentros ante Perú y Ecuador, en vista del deplorable desempeño tanto en el aspecto táctico como técnico y físico. Se perdió el orden, faltaron las ideas y fueron notorios la falta de enlace y el sentido de la solidaridad, el espíritu colectivo, fundamentales a la hora de pelear por algo positivo. Del toque-toque adormecedor se pasó a la nave del olvido con el manejo de la bola.

El triunfo en Lima sobrevino como consecuencia de un hecho afortunado para Colombia, un error defensivo, que supo aprovechar James Rodríguez, pero no fue producto de un esfuerzo sostenido y armónico del grupo, que anduvo errático y casi nunca pudo crear volumen de ataque, al tiempo de pasar por momentos angustiosos frente a un rival disminuido por las lesiones.

La conquista de los tres puntos adquirió calidad de paliativo y desde luego resultó importante desde el punto de vista práctico, sin que tuviera fuerza suficiente para borrar la impresión adversa de un equipo desordenado y carente de cohesión en sus diferentes líneas.

Pekerman y su gente dispusieron de cerca de tres semanas de preparación en Bogotá, y se suponía – porque los trabajos físicos y tácticos siempre fueron lejos de la prensa – que estaban más cerca de lo que se pretendía con el plantel, en cuanto a entendimiento, estilo y estrategias. Por eso fue decepcionante ver lo que ocurrió en la cancha, tanto en Lima como en Quito.

Sin más remedio que vivir con la esperanza, se creyó que en Ecuador las cosas serían distintas y quedaría atrás el fantasma del retroceso. Cara expectativa que se no cumplió, porque al lado de un accionar triste por el ritmo del juego, llegó el fuerte impacto de la derrota.

Colombia siguió con afugias defensivas, a pesar de los esfuerzos de Aquivaldo Mosquera, porque Yepes acusa el paso del tiempo, Perea se resintió y los marcadores Zúñiga y Armero no solo flaquean en la seguridad sino que tampoco ayudan en el ataque.

En el medio campo no basta el aporte incansable de Sánchez, porque Guarín se divorció de la marca y anda errático en su evolución para la ofensiva; James Rodríguez lleva el número diez, pero no es organizador ni hombre vital para el entramado, a pesar del empeño juvenil y de sus innegables condiciones técnicas; y Soto pasó inadvertido en el sector izquierdo, donde debía combinar sacrificio defensivo con luces para los hombres de punta.

Lejos de recibir el balón en la zona de su influencia, donde es un depredador temido y eficaz, Falcao no encontró más remedio que experimentar la frustración y llevarse las manos a la cabeza una y otra vez, mientras veía cómo sus compañeros dilapidaban la oportunidad de un ataque productivo al tomar malas decisiones.

El panorama, en consecuencia, muestra un matiz preocupante. Aunque todavía no se puede hablar de riesgo inminente de eliminación con base en las cifras y las opciones matemáticas, la inquietud se fundamenta en el funcionamiento del equipo, que por ahora no se sabe a qué juega, perdió el contacto con el balón y sigue alejado de las opciones de gol.

La mayoría de los críticos está de acuerdo en que Pekerman tendrá que hacer valer su experiencia y criterio de autoridad, para imponer ciertas condiciones en la conducta táctica y el manejo de los jugadores dentro del campo, de tal manera que, al tiempo de recuperar la cercanía con el balón, realizar siquiera dos pases seguidos y olvidarse de los egoísmos, se acaben los gestos de reclamos y manoteos.

Es posible que sea indispensable una especie de revolcón conceptual y táctico, con la presencia de nuevos protagonistas o asignación de tareas precisas a los actuales. La experiencia reciente indica que se requiere crear juego, y para ello debe llegar un enlace apropiado. Veremos si el estratega decide dar ese paso.

Dura tarea les aguarda a Pekerman y subalternos para los próximos tres meses. Lo bueno es que, a pesar de las dudas, subsiste la convicción de que existe una prometedora base competitiva cuando aun queda un largo camino hacia Brasil 2014. Eso sí, toca enderezar el barco para evitar que naufrague.

Cuando llegue el mes de septiembre es posible que se presente alguna renovación o recambio, y se estima que los jugadores estarán en otras condiciones físico-atléticas, frescos, con pilas recargadas tras el descanso de la intensa temporada. Ese será un aliado importante para los planes del cuerpo técnico en su esfuerzo por lograr un viraje saludable.

Pa´Barranquilla me voy

Luís Bedoya

Primero se enteraron en Chile, por una filtración de la noticia para el diario La Tercera de la Hora. Luís Bedoya, presidente de Col fútbol, le puso misterio al asunto, pero a la postre le tocó confirmar lo que ya era decisión tomada por pedido de Pekerman. Se les chispoteó, al estilo del Chavo del 8.

En fin, Barranquilla será la sede del encuentro frente a Uruguay, señalado en principio para el 7 de septiembre próximo en horas de la tarde, y debe entenderse que se llevaron a cabo las evaluaciones de rigor, deportivas, económicas y de diversa índole, antes de tomar la decisión.

La ciudad capital del Atlántico no se limita a brindar el trato preferencial en el factor impuestos sino que ofrece instalaciones adecuadas para la concentración del equipo, al lado del enorme fervor de la afición que suele colmar el majestuoso estadio Roberto Flaco Meléndez.

Ni más faltaba, los opinadores insisten en señalar que la sede sería lo de menos si el plantel tricolor no recupera su capacidad de juego y vuelve a ser rival de cuidado. Un concepto que tiene sus bemoles, porque la plaza barranquillera impone unas altas exigencias de rendimiento físico por temperatura y humedad.

Cabe recordar que Colombia sintió el coletazo climático durante el pasado juego contra Argentina, que se sobrepuso en el segundo tiempo y terminó con mayores reservas corporales. Pekerman y su equipo ya deben estar al tanto de tal experiencia, y buscarán la forma de mitigar sus efectos negativos. La voz científica señala que no es posible habituarse al calor infernal, pero si existen maneras de manejarlo, y Colombia tiene la obligación de portarse como dueño de casa.

La pérdida de 4 puntos en el mismo escenario entra el recuento obligado como acicate para luchar por la recuperación y el llamado cuadre de caja.

Rueda Ecuador

Reynaldo Rueda

Al vallecaucano Reynaldo Rueda le querían mover el piso, como se dice en la calle, a raiz de la goleada que encajó Ecuador en Buenos Aires. El 4-0 produjo una fuerte reacción y llovieron las críticas.

Rueda dio la cara y les dijo a los periodistas del vecino país que era preciso aceptar la derrota y seguir adelante con mayor determinación, porque la eliminatoria no da tregua. Fue inclusive irónico al expresar que a él le quieren dejar siempre el peso de la derrota, mientras que, cuando llega el triunfo, todos ganan.

“Solo pierdo yo, pero si hay victoria ganamos todos”, repitió ante los medios en una conferencia antes del juego en que Ecuador superó a Colombia.

Los amarillos de la mitad del mundo no deslumbraron, pero les bastó el gol de Christian Benítez para asegurar el partido y completar nueve puntos, todos conseguidos en las alturas de Quito, 2.800 metros sobre el nivel del mar.

Debe tenerse en cuenta que Ecuador ha estado en dos de los últimos tres mundiales apalancado por sus logros caseros. Para Alemania 2006, bajo la dirección del antioqueño Luís Fernando Suárez, de los 28 puntos de la eliminatoria, 23 los obtuvo como local.

Rueda sigue esa misma tendencia y hasta ahora puede cobrar réditos, porque suma nueve de nueve, en tanto que como visitante permanece en blanco. A ese ritmo, sin perder puntos en casa, apenas tendría que arañar dos o tres más afuera para lograr el cupo directo. Se estima que el número mágico estará entre las 25 y las 27 unidades.

Claro, son, apenas, esbozos de tipo numérico. Se entiende que, como fuere, Rueda y su gente saben que hay deficiencias y deben aplicar correctivos. Por el momento pisan los predios de la clasificación.

Europa y su fiesta

Los 16 equipos más destacados de Europa (de acuerdo con el resultado de las clasificaciones eliminatorias) se reúnen en ciudades de Polonia y Ucrania, para enfrentarse por el título de la XIV Copa de la UEFA.

Desde los primeros encuentros, y a pesar del duro trajín de las temporadas de cada país e inclusive los torneos continentales, se ha observado un alto ritmo de juego, con despliegue físico y calidad técnica.

No parecía irle bien a uno de los grandes, Holanda, a punto de quedar eliminado, en tanto que Alemania comenzaba a perfilarse para llegar a la cita cumbre y Croacia se mostraba como otro gallo de pelea. España seguía fiel a su estilo del tiqui-taca que enloquece al rival, en tanto que Italia, Francia,  Inglaterra y Portugal entraban en el lote vanguardista.

Llamaba la atención el colorido y el fervor del público en los diferentes estadios, impecables y funcionales, el control estricto de la entidad organizadora, presidida por el francés Michel Platini, y el espíritu del juego leal predominante.

Al cabo de los primeros partidos, se tenían señales, pero era difícil marcar un rumbo definitivo. Las tendencias ya las hemos enumerado en términos globales.

La Copa de Europa suele recibir el calificativo un tanto audaz de mundial sin brasileños ni y argentinos, y si bien se exagera un poco, es indiscutible que anda por esos terrenos. Al fin y al cabo, aglutina a los países que fuera de Brasil (5), Argentina (2) y Uruguay (2), ostentan el título mundial: Italia (4), Alemania (3), Francia (1), Inglaterra (1) y España (1), además de campeones sin corona como Holanda, tres veces finalista.

El desfile de la mayoría de los jugadores más sobresalientes y costosos del momento, la tradicional rivalidad entre algunos países y la lógica ambición por los honores, convierten la Eurocopa en un plato con amplia proyección internacional. Una gruesa concurrencia en los escenarios y millones de televidentes de las distintas latitudes, así como un colosal movimiento publicitario, contribuyen a darle imagen de espectáculo rico por excelencia.

Tiros cortos

*Un golpe a la credibilidad del deporte de la alta competencia estaría a punto de concretarse, con el caso del ciclista estadounidense Lance Armstrong, acusado en su propio país como tramposo empedernido. La agencia antidopaje de los Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés) dijo en comunicado oficial que reveló a los medios, entre otros The Washington Post, que tiene pruebas fehacientes, sólidas, sobre la situación del siete veces campeón del Tour de Francia. Nacido en Austin Texas el 18 de septiembre de 1971, Armstrong superó un cáncer testicular y se paseó airoso por la emblemática carrera entre 1999 y el 2005. La investigación está en curso y en caso de confirmarse los cargos, el múltiple campeón perdería todos sus logros y sería sancionado de por vida. El afirma que nunca ha violado las normas sobre uso de estimulantes y repite que pasó sin mella por los menos 500 controles. Sería un escándalo y desde luego una vergüenza para el deporte, al lado del drama humano, que Lance Armstrong resultara un farsante de siete suelas.

Los egos de las estrellas. El portugués Cristiano Ronaldo, uno de los jugadores del club de los millonarios del fútbol mundial, tiene fama de soberbio y polémico. Suele adoptar actitudes de artista, con indiscutible habilidad histriónica, mientras cautiva por la vía de los goles a una caudalosa afición y millones de seguidores. Cristiano acaba de sostener una emocionante batalla de artilleros con el argentino Lionel Messi en el campeonato español, y esa competencia a veces la traslada a otros escenarios, cuando le pican la lengua y suelta la piedra. Durante el partido de Portugal ante Dinamarca, por la Copa de Europa, se perdió por lo menos tres ocasiones de gol, y, desde la tribuna no dejaban de gritarle “Messi, Messi, Messi”, algo que por lógica tenía que molestarle. Al acudir a la rueda de prensa, se despachó y mencionó al astro del Barcelona para recordar que hace un año el argentino salía derrotado de la Copa América. ¿Cosas de niño terrible? ¿Pataletas de estrella? ¿Enojo justificado? El hombre siente la espinita, no cabe duda.

*Buena noticia para Luís Amaranto Perea como refuerzo del Cruz Azul de México, uno de los clubes de mayor prestigio en el medio azteca. A los 33 años (nació en Currulao, Turbo, Antioquia, el 30 de enero de 1979), Perea podría recuperar su mejor forma con la continuidad en el juego, y volver renovado a la selección tricolor. El experimentado zaguero dejó las filas del Atlético de Madrid después de siete temporadas, rodeado por el cariño de los dirigentes y aplaudido por sus compañeros. Una insignia de oro y brillantes y una playera especial lo hicieron verter lágrimas en el homenaje de la despedida. Deja una marca excepcional como el extranjero con más partidos en el equipo colchonero, 314, lejos ya del registro que tenía el argentino Jorge Griffa, de 288. Perea ganó dos Euroligas, una Supercopa de Europa y una copa Intertoto. Llegó al Atlético de Madrid en el 2004, procedente de Boca Juniors de Argentina, con el que alcanzó la Copa Libertadores de América y la Copa Intercontinental, remplazada hoy por el Mundialito de Clubes. Tiene en su recorrido tres eliminatorias suramericanas y dos Copas de América. Su nuevo objetivo, clasificar para el mundial de Brasil 2014. Seria un cierre de oro puro.

Sobre Rufino Acosta

Periodista y abogado. Se inició en el programa Deporte al Día, de La Voz de Santa Marta, en 1960. Trabajó con El Informador de la capital del Magdalena entre 1961 y 1964. Fue corresponsal de El Espectador en 1964 y desde 1965 hizo parte de la redacción deportiva en Bogotá, hasta su retiro en 1998. Estudió Derecho en el Externado de Colombia (1965-1969). Afiliado al CPB y Acord Bogotá.

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