¡Todos los factores alteran el producto!

 Por: Antonio Andraus Burgos

En el béisbol la suma de todos los factores hacen parte del buen producto. La marca de Alfonso Soriano es, sencillamente, valiosa. Aumentan sanciones a quienes violen las normas del dopaje.

Los aficionados al béisbol, especialmente los que siguen las actuaciones de las 30 novenas de las Grandes Ligas, se han venido preguntando sobre los últimos días, por qué la lógica de los numeritos que obtienen los equipos de sus amores, no se reflejan en la tabla de posiciones de esa divisas a las cuales siguen.

De manera concreta se refieren, por ejemplo, a la formidable actuación de la representación de los Padres de San Diego, en la división Oeste de la Liga Nacional, en cuanto a su cuerpo de lanzadores abridores, pero no está dentro de lo normal en esos parámetros, que el equipo ande por debajo de las estadísticas que debieran reflejarse mejor en la temporada que apenas anda en su segundo mes de competencia.

Y los aficionados seguidores de los ‘’frailes’’ tienen en parte razón. Si los serpentineros de la novena están adueñados de la segunda casilla en el registro general de la campaña, a 15 de mayo, con 2.98 carreras limpias por juego, ¿cómo es posible que su rendimiento en juegos ganados y perdidos esté con más derrotas que victorias?

Dentro del análisis normal para el club, se puede indicar que los esfuerzos de los lanzadores no está siendo respaldado por la ofensiva y en buena parte, por la propia acción defensiva, porque si bien es cierto que son segundos en carreras limpias, detrás de los Bravos de Atlanta, que muestran una tarjeta con 2.76 carreras, también es cierto que ocupan la última casilla con el uso del madero, con apenas 221 de promedio colectivo; y que defensivamente apenas superan la media normal, con 981 puntos, en el puesto 21 de la tabla general.

En otros equipos

Lo mismo está ocurriendo con los Indios de Cleveland, cuyos errores sobre el campo de juego, que en la mayoría de ocasiones, han sido fatales, ocupando al frío sótano en este departamento, con 974 puntos, dejando escapar muchas opciones de victorias para convertirlas en derrotas, y estar alejados, por el momento, del lugar privilegiado en la zona Central de la Liga Americana, aun cuando se mantienen, por el momento, con la aprobación de los expertos de que tienen con qué disputar peldaños más arriba de donde se encuentran colocados en los actuales momentos.

Bueno, y ni qué decir de los Rockies de Colorado, en la Liga Nacional, los grandes líderes a la ofensiva de la temporada, con 296 colectivamente, cuyos resultados sobre el terreno debieran ofrecer mejor conteo de triunfos y derrotas; y de los Rancheros de Texas, en la Liga Americana, cuartos con el uso del bate, con promedio de 263, mientras sus lanzadores hacen agua, ocupando la casilla 26, con 4.57 carreras limpias por juegos, con 20 ganados y 21 perdidos.

En cambio, nadie explica con argumentos fundamentados, del por qué los Medias Rojas de Boston andan de capa caída, cuando se esperaba muchos más de la divisa, tanto a la defensiva como a la ofensiva, y desde luego, de su cuerpo de serpentineros; mientras que los Yanquis de Nueva York sustentan sus altibajos, por las elevadas cifras de lesionados que señala la nómina, casi convertidos, de la noche a la mañana, en un ‘’hospital’’ que tiene por fuera de la alineación regular a varios de sus titulares, y de su rotación abridora, pues más de uno de sus cotizados lanzadores, andan por el cuarto de San Alejo.

Iván Nova no va más este año; C.C. Sabathia, está pasando por un mal momento y adicionalmente, está lesionado; Michael Pineda, quien apenas se acaba de integrar a la nómina en este 2014 desde cuando fue firmado en el 2012, además de una suspensión de 10 partidos por usar resina en su cuello, también está lesionado; Shawn Kelley, otro lanzador fuera de competencia; Francisco Cervelli y Carlos Beltrán, están en la nómina de lesionados, y el japonés Ichiro Suzuki está superando molestias musculares y vigilado día a día, cuando apenas acaba de salir de esa nómina, Mark Teixeira. En fin.

Por eso se dice que en el béisbol todo suma a la hora del arqueo en caja de ganados y perdidos, de bateo oportuno y ofensiva continua, de una defensiva a la altura de las exigencias del juego y de las jugadas de campo, mental y físicamente, siempre encaminadas a acertar en el juego. Empero, nadie puede olvidar que las lesiones hacen parte del deporte, las cuales pueden presentarse en cualquier momento, probablemente, en circunstancias inesperadas.

Lo demás son especulaciones: si todos esos factores no se combinan de manera eficiente, no es posible que un equipo de béisbol pueda salir adelante. No estamos descubriendo el agua tibia, pero a los aficionados se les olvida por completo que en el béisbol todos los factores hacen parte del producto.

La marca de Soriano

La llegada de Masahiro Tanaka, el derecho lanzador japonés que está mostrando que sus 155 millones de dólares están bien invertidos, cuando suma 6 victorias sin derrotas en siete aperturas desde la loma de los sustos desde cuando apareció en el firmamento de las mayores; y el retiro de Derek Jeter al concluir la campaña del presente año del béisbol competitivo con los Yanquis de Nueva York, han dejado un poco al lado la marca que acaba de imponer el dominicano Alfonso Soriano, en el béisbol de las Grandes Ligas.

Soriano se acaba de convertir en el séptimo pelotero de todos los tiempos en despachar más de 1.000 indiscutibles tanto en la Liga Americana como en la Liga Nacional, de sumar más de 500 carreras impulsadas y 500 anotadas, en ambos circuitos; de compilar más de 100 cuadrangulares en las dos rondas competitivas, y en compilar más de 100 bases estafadas en las dos ligas de las mayores.

El dominicano que debutó con el uniforme de los Yanquis, en aquel final de verano de 1999, y quien acaba de cumplir los 38 años, se une a un selecto grupo de media docena jugadores que alcanzaron a acumular en sus registros, más de 1.000 inatrapables en las dos ligas, dos de ellos, miembros del Salón de la Fama.

Con Soriano y los 1.000 batazos a terreno de nadie en los dos circuitos, están los miembros del Salón de la Fama, Frank Robinson y Dave Winfield;  Fred McGriff, el dominicano Vladimir Guerrero, el panameño Carlos Lee y el colombiano, Orlando Cabrera.

De los 1.000 incogibles de Soriano en la Liga Americana, 341 fueron cosechados cuando vistió el uniforme de los Vigilantes de Texas, y los demás, han sido con los Yanquis, en su primera etapa, desde el 14 de septiembre de 1999, cuando debutó, hasta el final de la campaña del 2003, y luego, desde agosto del 2013 hasta la fecha, y probablemente, en donde concluirá sus actuaciones en la Gran Carpa.

En la Liga Nacional, los más de 1.000 indiscutibles fueron colectados con los uniformes de los Cachorros de Chicago, con 898 y 179 con los Nacionales de Washington, para compilar 1.077 inatrapables en el Viejo Circuito.

A 15 de mayo de este 2014, Soriano muestra en su trayectoria en las Grandes Ligas, 2.081 indiscutibles despachados, 1.152 carreras impulsadas, 1.147 anotadas; 411 ‘’bambinazos’’ y 288 bases estafadas.

Difícil es predecir en estos momentos, si Soriano tiene un terreno abonado para aspirar,  por lo menos, ir al Salón de la Fama. Sus numeritos le avalan esa posibilidad: pertenecer al grupo de los nominados en ser ciudadanos de Cooperstown.

Se aumentan las penas

Otras sanciones más dura enfrentaran los peloteros que rompan los cánones de utilizar sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento en la pelota organizada.

Por lo menos eso se desprende de las nuevas disposiciones, a través de las cuales se aumentan las penas para cualquier jugador que pertenezca al béisbol de las Grandes Ligas, bien sea jugando en la Gran Carpa, bien desempeñándose en las divisiones menores.

En la primera oportunidad, en vez de 50 juegos de suspensión, le serán aplicados 80 partidos por fuera de competencia, y en la segunda ocasión, en vez de 100 juegos, el pelotero será sancionado con 160 desafíos, es decir, se mantendrá alejado por una temporada completa en las Mayores, y en el caso de las menores, esa suspensión alcanzará a casi campaña y media con la novena.

Si a ello le agregamos que también se han mejorado los sistemas de recolección de pruebas, así como la inclusión de otras formas para detectar la violación de la regla de sustancias prohibidas, hay que aceptar, por principio no más, que el béisbol quiere alejar en todas las formas legales posibles, que el dopaje sea material de tentaciones entre los jugadores.

Las nuevas sanciones están vigentes desde el primero de abril pasado, por lo que, no hay atenuante que valga para los infractores.

Y como bien dice la ley, la ignorancia de la misma no servirá de excusa.

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