Pensar, para obrar y no obrar, para pensar.

Por: Hugo Artunduaga Salas

La dinámica del acontecer diario, en todos los órdenes, pero en especial, el político, nos lleva a reflexionar sobre nuestro comportamiento, en temas como:  somos conscientes de lo que hacemos, de lo que afirmamos?,  asumimos con responsabilidad las funciones de liderazgo  y de dirección?,  somos a portantes o solo usufructúan tés del devenir y el manejo de la cosa pública?.
Es frecuente encontrar en los tertuliaderos, gentes de todos los órdenes » pontificando «,  sobre lo divino y lo humano, pero sin aportar nada positivo y practicable, solo especulación y chisme.
Creo, que llegó la hora de actuar, poniendo en práctica los valores, que nos aportaron nuestros padres y maestros, de manera sustancial, especial y particular, quienes han asumido posiciones de dirección y liderazgo y/o de los que creen tener condiciones, para afrontar estos y venideros retos.
Nuestro país, es un país en desarrollo, por lo tanto vive en un permanente accionar, amén de los problemas y vicios que se han convertido en crónicos y críticos, que amerita un manejo racional, generoso, inteligente y corporativo de las personas e instituciones públicas, privadas y políticas.
Por ende,  es desde ya un imperativo, que asumamos con responsabilidad, sensatez, análisis, objetividad, nuestras opiniones y mucho más, cuando estás van dirigidas a una ciudadanía, ávida de orientación y dirigencia, que nos lleve a salir de la gran crisis que estamos atravesando todos los colombianos. Es tiempo de reflexión y acción.

Pensamientos, para pensar!.

El hombre superior piensa siempre en la virtud; el vulgar, en la comodidad.
Confucio 
La perfección moral consiste en vivir cada día como si fuera el último, sin temor, sin engaño, el ánimo sereno.

Marco Aurelio.

Hay dos miradas: la mirada del cuerpo, puede olvidar a veces; pero la del alma, recuerda siempre.
Alejandro Dumas.
El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es la más dulce de todas las pasiones.
Rene Descartes.

Sobre Hugo Artunduaga

A esta edad no hay hoja de vida, solo queda un recordatorio.

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