MUNDIALISIMAS

 Por: Rufino Acosta Rodríguez

Los goles de Bavaria. Dicen en la W radio que a Bavaria les cuestan más de mil millones (hasta ahora) los goles de Colombia. Extras, porque son premios que no hacen parte del global del patrocinio. La empresa cervecera s, según la misma emisora, se arriesgó antes del  Mundial y ofreció 125 millones por cada anotación del equipo tricolor. La cuenta, por lo tanto, ya va en 1.125 millones. Apenas un mordisco menor, dirían algunos.  El desquite lo obtiene en los festejos, aunque la ley seca se atraviesa.  Para bien, desde luego, porque hay que celebrar sin excesos.

Repunta Brasil. El público brasileño respalda cada día más a su selección. Después de los dos primeros juegos Colombia era la más vista, comparada con el dueño de casa, pero las cosas han cambiado en ese rubro.  Brasil ocupa el primer lugar con 191.557 espectadores, para promedio de 63.852 por partido. El equipo tricolor, el de la fiebre amarilla, bajó su cuota porque al encuentro contra Japón solo pagaron su boleta 40.230 aficionados, según los datos de FIFA. Colombia tiene un acumulado de 166.262, lo que le deja saldo de  55.421 por fecha.

Los nervios de Quintero. El juvenil centrocampista colombiano Juan Fernando Quintero está llamado a ser una de las revelaciones del Mundial de Brasil 2014. Tiene talento para lograrlo y la clave radicará en que lo asesoren de la mejor manera, como lo hace el cuerpo técnico, para que no pierda el norte, caiga presa de los nervios o se coma el cuento de que ya alcanzó la gloria. Estuvo genial como relevo frente a Costa de Marfil y marcó un hermoso gol. Ante Japón, en cambio,  debió ser relevado porque estaba en otra onda y era escaso su aporte. Se excedió en el juego individual y casi siempre quiso resolver las cosas por su cuenta.  Por supuesto, está en proceso de crecimiento y cada lección le viene bien.

Borrón y cuenta nueva. La clásica expresión encaja para definir lo que viene en el Mundial… Borrón y cuenta nueva. Todo lo que haya sucedido en la primera fase hay que dejarlo en el baúl de los recuerdos. No importan los 9 puntos ni los 9 goles de Colombia, así queden en la estadística como hechos históricos. De aquí en adelante solo hay mañana para el ganador, hasta el siguiente juego. Por eso, el técnico José Pekerman hace énfasis en la necesidad de cambiar el disco para pensar únicamente en Uruguay, el rival del próximo sábado en el Maracaná. Como quien dice, hasta aquí vamos bien pero hay más y el camino es culebrero.

Temperatura de miedo. No se puede negar que la alta temperatura y la humedad han jugado un papel decisivo en lo que va del Mundial de Brasil 2014. Jugar a más de 32 grados, sometidos a la canícula implacable, hace mella en cualquiera, y los europeos, en particular,  han sufrido el impacto.  Al lado de las deficiencias de orden técnico, el factor físico pesa bastante.  La rápida eliminación de España, Italia e Inglaterra, tres campeones mundiales, brinda un ejemplo demoledor.

El caballo de Troya. Hay que desconfiar de los regalos griegos, dice la sabiduría popular desde los tiempos de Troya. Cuando hacían creer que estaban con las maletas listas para  el regreso,  maquinaban como domar a los elefantes de Costa de Marfil, que eran los preferidos en los pronósticos y para la crítica. Drogba y su manada se encontraron con el dique seco y ahora les toca emigrar. Grecia  no tiene nada, afirman en ciertos sectores de la opinión.  Bueno,  se la tienen que aguantar en octavos, y es mejor que no la descuiden.

Por el botín de oro. El argentino Lionel Messi, el brasileño Neymar y el colombiano James Rodríguez  se perfilan ya como firmes candidatos para el botín de oro de Brasil 2014. Los dos primeros suman 4 tantos cada uno y James los sigue con uno menos.  Todo dependerá  de cuánto puedan avanzar sus equipos y también de lo que no hagan otros valores como Karim Benzema, de Francia, Thomas Müller de Alemania, Robin Van Persie y Arjen Robben de Holanda e inclusive Jackson Martínez y Teófilo Gutiérrez de Colombia, entre varios aspirantes.

Sobre Rufino Acosta

Periodista y abogado. Se inició en el programa Deporte al Día, de La Voz de Santa Marta, en 1960. Trabajó con El Informador de la capital del Magdalena entre 1961 y 1964. Fue corresponsal de El Espectador en 1964 y desde 1965 hizo parte de la redacción deportiva en Bogotá, hasta su retiro en 1998. Estudió Derecho en el Externado de Colombia (1965-1969). Afiliado al CPB y Acord Bogotá.

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