Los contrastes que nos deparan nuestros dirigentes

En el diario vivir de este país amado, pero disparatado, nuestros dirigentes nos otorgan variados interrogantes. El partido Verde de Mokcus, Peñalosa, Lucho, Fajardo y Londoño, (El verdadero creador del partido), que alcanzo el segundo guarismo electoral para las pasadas elecciones presidenciales con más de 3.000.000 de votos, hoy, se desintegra. Tuvo una vida efímera y una gran frustración para esa franja inconforme, que creyó que  era esta la opción para salir de la encrucijada politiquera ue nos ha tocado soportar. Lastima de verdad, semejante desperdicio. La inteligencia de Mokcus terminó en demencia infantil. No tuvieron los Verdes, ni coherencia y mucho menos consistencia.

Por otra parte el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, está sufriendo el síndrome de poder y de persecución. Sus últimas actuaciones son muy dicientes, el show que efectuó antes, en y después de la frustrada sesión de la comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes (con manifestación callejera) aunado al rifirrafe de circo gallero, con los ministros, especialmente con Germán Vargas Lleras, deja mucho que desear, exponiendo su dignidad de exprimer mandatario. No hay derecho que un hombre con el talante de Uribe, con méritos y reconocimientos se convierta en pendenciero, como cualquier Moreno de Caro.

Hablando de moreno, que final tan dramático, triste y oscuro, se presagia para la era de Los Moreno Rojas. Cometieron toda clase de trapisondas, irregularidades y violación de las normas, lindando con todos los códigos. “Iván el terrible” o el «Jefe», como inocentemente lo llamaba el “moreno” Inocencio, dando órdenes, en su otra “Alcaldía”, dejando al menso del “Sami”, en la irremediable situación de un monumental encarte jurídico, dando como resultado, un espacio muy reducido en las picotas «la pública y el centro carcelario». Principio y fin de una era, iniciada por la combatiente «Capitana» María Eugenia. Paganinis: los Bogotanos, paga impuestos.

Los contrastes gracias a Dios, nos los prodiga, el Presidente Santos, con actos como, su postura erguida, frente a las determinaciones de la justicia Ecuatoriana, cuando aclara que él era la autoridad más alta, después del presidente y cuya responsabilidad la asume en cuanto se refiere a las órdenes que llevaron a la acción donde cayó Raúl Reyes y sus secuaces. Santos, se está proyectando como un estadista integral en todos sus órdenes. Creemos que con unos pequeños ajustes en la nomina de su equipo de gobierno, llevara al país en promisorias ejecutorias. Que nuestro Dios, lo siga guiando por este camino, para bien de todos.

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Pd.

Que tal el desfase presupuesta! y de tesorería, que encontró la Contraloría General, al contratista del ya «inaugurado» pero crudo túnel de la línea, ¿qué dirá el presidente Uribe se su encartado Ministro Andrés «Carriel”?

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Muy difícil, se la pusieron al ex presidente Uribe los dirigentes de Antioquia, pues como van las cosas se vaticina una estruendosa derrota, para sus candidatos en las elecciones de Gobernador y de Alcaldes, se le vino, la época de vacas flacas.

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Y hablando de Antioquia , los goditos se le rebelaron a las directrices del Directorio Nacional, que preside el popayanejo José Darío Salazar. La protesta la encabeza el Presidente de la Cámara Carlos H. Zuluaga, quien le cantó la tabla y  recalcó que desde Bogotá no se puede «pontificar», de cómo y con quién se hace la política en provincia. Hay vientos «huracanados», desde todos los puntos cardinales, sobre el mismo tema.

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El Ministro de Transporte, debe organizar y poner en marcha un plan de emergencia con varios frentes para la recuperación de la malla vial. No nos puede sorprender nuevamente un invierno, sin haber tomaado las precauciones necesarias, para evitar la crisis que atravesamos en el pasado.

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Se nos fue Augusto Ramírez Ocampo, egregio hijo del «Leopardo» Augusto Ramírez Moreno. Caballero en toda la expresión de la palabra. Hombre de Parido. Embajador de la paz y conciliación. ¡Paz en su tumba!

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Seguimos y seguiremos, clamando por la libertad de todos los secuestrados, no desmayemos.

Sobre Hugo Artunduaga

A esta edad no hay hoja de vida, solo queda un recordatorio.

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