La tarea del congreso

Le corresponde al legislativo evacuar una ardua tarea para actualizar las normas que rijan aspectos primordiales para la transformación y modernización de temas palpitantes en la vida nacional. El ejecutivo, a través de sus ministros, ha anunciado los proyectos de ley para su estudio, dentro de una sana política de concertación que parece abrirse camino para su aprobación.

El Congreso ya ha manifestado su interés de colaborar para el buen desarrollo de los proyectos no sin antes advertir que su aprobación no será a pupitrazo limpio sino con estudio y debate, para tratar de acertar.

El tema de regalías acredita una discusión amplia, pues si bien es cierto que ha habido desgreño y despilfarro, no ajeno a malos manejos, no conviene centralizar los recursos pues se podría llegar a cometer injusticias con apartadas regiones que carecen de los más elementales servicios. El mecanismo de distribución debe y tiene que ser muy cuidadoso, para no caer en los vicios del pasado y del presente reciente. Se podría pensar que a través del Ministerio de Minas se orientara su manejo, pero eso sí, con ojo avizor por parte de los entes de control y veeduría ciudadana.

La buena hora que estamos pasando, con el esperanzador anhelo de mejorar nuestro estándar de vida, tratando de cerrar la brecha a la pobreza, merece un esfuerzo común.

Con ministros visionarios y estructurados se obliga al Congreso a emplearse a fondo, para estar acorde con las exigencias del momento. Lo que tiene quedar muy claro es que el debate debe realizarse con altura y conocimiento, dentro de los parámetros de respeto mutuo de los poderes que intervengan.

Como los temas son tantos, hay necesidad de priorizar los que sean de mayor urgencia.

Un tema que ha despertado gran controversia y alboroto es el de la regionalización, especialmente en los departamentos de la costa Caribe, pues se escuchan voces de federalismo e independencia –como razón arguyen–, el centralismo que impide el desarrollo de ese vasto sector de nuestra geografía. Es bueno sentarse a discutir con cabeza fría y de una vez por todas, determinar si vamos a darle la cara a nuestros males, si es que de verdad queremos meternos en la globalización.

En nuestro parlamento hay senadores y representantes serios y responsables que       están interesados en servirle bien a sus regiones, que serán un gran soporte para avanzar con paso firme en la entrega de las herramientas jurídicas idóneas para el buen suceso en que está empeñado el gobierno del presidente Santos. Manos a la obra, ilustres congresistas.

P.D.

Atroz, por decir lo menos, la acción de los salvajes guerrilleros que masacraron a 14 policías, obrando con sevicia demencial. Hoy, más que nunca, tenemos que rodear al gobierno y a nuestras fuerzas armadas para que lleguen donde esos monstruos, poseídos de todos los males. Mientras tanto los secuestrados siguen pudriéndose en la selva.

Sobre Hugo Artunduaga

A esta edad no hay hoja de vida, solo queda un recordatorio.

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