La proeza histórica de los Nacionales!

Derrotando a los Astros de Houston en siete sensacionales desafíos, los Nacionales de Washington cumplieron con su cometido, y dejan para la historia una Serie Mundial jamás jugada.

Por Antonio Andraus Burgos
Nacionales de Washington (Foto: archivo Diario La Pensa).

Nacionales de Washington (Foto: archivo Diario La Pensa).

El béisbol es impredecible. El béisbol es inexplicable. El béisbol es generoso. El béisbol es dramático de principio a fin. El béisbol ofrece tantas alternativas, que en muchas ocasiones, en un solo  partido, cualquier cosa puede suceder. Eso es lo que acaba de ocurrir en el Clásico de Otoño de este año.

En más de un siglo de Series Mundiales, pocas, muy pocas por cierto, había ofrecido un espectáculo tan grande, tan enigmático, tan sorpresivo, pero a la vez, tan histórico: la única conquistada por el campeón ganando todos los partidos en plan de visitante.

Eran los Dodgers de Los Ángeles y los Yanquis de Nueva York las dos novenas cotizadas, en el ambiente crítico y beisbolero, para ir a la Serie Mundial de este año. Y ambas novenas, dieron todo de sí para llegar al Clásico de Otoño. Pero esos dos equipos, al final, fueron desalojados de las posibilidades, cuando enfrentaron a los dos grandes finalistas de la contienda.

Los Nacionales de Washington nunca estuvieron en la mira de nadie: de los técnicos, de los críticos, de los entendidos, y mucho menos, quizás, de sus propios aficionados, que lentamente han vuelto a llenar las graderías del parque de pelota de la capital estadounidense.

Los Astros de Houston, en cambio, acaparaban titulares, pronósticos a su favor, y obtenían sobre los diamantes, los triunfos esperados, incluyendo, su paso a la Cita de Octubre. Estaba dentro de los parámetros normales, por su calidad de juego, por la nómina que tiene, por la forma en que se desempeña, luchando a brazo partido, en cada encuentro que disputan.

Las verdades son verdades

Los Dodgers perdieron su camino para volver a la Serie Mundial, cuando todos los pronósticos estaban a su favor, precisamente frente a los Nacionales de Washington, que se clasificaron agónicamente para disputar, primero, el juego de ‘’vida o muerte’’ para conquistar la tarjeta del Comodín, al ser la mejor segunda novena de la Liga Nacional; y luego, para hacer de las suyas en la postemporada.

¿Recuerdan el error del guardabosques derecho de los Cerveceros de Milwaukee, el novato Trent Grisham, en la octava entrada, aquél pasado martes 1o. de octubre en Washington, cuando los Nacionales fabricaron racimo de 3 carreras, estando las bases congestionadas y el sensacional zurdo dominicano Juan Soto despachó imparable hacia esa zona del diamante, para ganar el juego en la disputa de la tarjeta de invitación 4 carreras por 3?

Los Cerveceros estaban ganando 3-1 en siete entradas completas, y el error de Grisham cambió por completo el desarrollo de ese juego. Todo el mundo sostiene que si el afamado Christian Yelich hubiese estado patrullando el jardín derecho, otra cosa hubiese sido el desarrollo del encuentro. Pero bueno, Yelich no jugó porque estaba lesionado, y punto.

Fue una de esas victorias que abren las puertas del triunfo, de par en par, para esperar mejores cosas que, indiscutiblemente, llegaron más adelante para los Nacionales.

Frente a los Dodgers

Los Nacionales tomaron ruta para la Serie Divisional disputándola frente a los encopetados Dodgers de los Ángeles, el mejor equipo de la Liga Nacional, ampliamente favoritos para llegar a la final por el banderín del Viejo Circuito.

Pero los Nacionales otra vez jugaron una pelota de jerarquía, y cuando nadie lo pensó, derrotaron a los ‘’Esquivadores’’ en su propio patio, en Los Ángeles, en aquél sensacional quinto juego de la contienda, en 10 espectaculares episodios, luego de empatar el desafío a 3 carreras, con cuadrangulares de Anthony Rendon y del dominicano Juan Soto, uno detrás de otro, abriendo el octavo episodio, frente a lanzamientos de Clayton Kershaw, en plan de relevista; y luego, rematar con el ‘’bambinazo’’ con las bases llenas en la apertura del décimo acto de Howie Kendrick frente a una oferta del relevista Joe Kelly.

Perdieron el primer juego en Los Ángeles por blanqueada de 6-0 con una estupenda actuación de Mark Buehler, el jueves 3 de octubre; pero luego ganan el segundo, el viernes 4, también jugado en casa de los Dodgers, por tablero de 4-2, con espectacular actuación del derecho Stephen Strasburg.

Van a Washington, para el partido tres de la Serie Divisional, efectuado el lunes 6 de octubre, y caen ante los Dodgers y frente a su público, por pizarra de 10-4, con una actuación de quilates del zurdo surcoreano, Hyun-Jin Ryu. Pero al día siguiente, los Nacionales igualan la final, a dos victorias por equipo, al triunfar 6-1, con Max Scherzer en la lomita de los sustos.

Y el quinto y definitivo partido en Los Ángeles, bueno ya lo saben, los Nacionales lo ganaron por pizarra de 7 carreras por 3, como visitantes.

La crítica le cae encima al estratega de los Dodgers porque debió sacar del juego a Kershaw una vez colgó el último out del séptimo y dejarle el trabajo a su cuerpo de relevistas a partir del octavo. Pero es que Dave Roberts estaba echando mano de su estelar lanzador para una tarea de un episodio más. Su ‘’apuesta’’ la pierde con el brazo zurdo de Kershaw, y eso, nadie lo sabe ni lo puede adivinar en el béisbol.

Ante los Cardenales

Los Cardenales de San Luis lucharon para vencer en la Serie Divisional a los Bravos de Atlanta, 7-6 en el primero; cayeron en el segundo, 0-3, ambos jugados en Atlanta; perdieron el tercero 3-1 y ganan el cuarto 5-4, los dos en San Luis; y el quinto y último en casa de los Bravos triunfan con aquél histórico racimo de 10 carreras en el primer episodio, para pizarra final de 13-1.

¿Pero tenían que jugar los Bravos el quinto partido frente a los Cardenales en su casa, cuando el cuarto encuentro, lo tuvieron a su favor hasta la séptima entrada completa 4-3, y Brian Snitker, el piloto de los Bravos permitió que Yadier Molina, el veterano receptor boricua de los Cardenales, bateara con un hombre en segunda, la primera desocupada y dos outs colgados en la pizarra?

El ‘’librito’’ que no existe pero que se aplica, indica que Yadier debió ser enviado a la base por cuatro bolas malas y buscar out con el siguiente bateador, Matt Carpenter, en cualquiera base. No lo hizo, se le olvidó la aplicación del juego practico. Yadier dio sencillo por el bosque derecho, una pelota que tropezó con la punta del guante de Freddie Freeman en la inicial, que finalmente no pudo capturar.

Y luego, Snitker se ‘’duerme’’ en el noveno, cuando Ronald Acuña Jr. abre con doblete, y no ordena el toque de bola para avanzar el corredor a la antesala, siendo que Ozzie Albies, bateador zurdo, es hábil en esas jugadas, y con el roletazo bien movido que posteriormente despacha Freddie Freeman, Acuña hubiese podido anotar la quinta carrera de los Bravos.

Para rematar, es Yadier Molina quien impulsa la carrera ganadora con elevado de sacrificio en el cierre del décimo, con Kolten Wong en la antesala y un out en la pizarra, cuando los Bravos no pudieron fabricar jugada de doble-out con batazo de Marcell Ozuna al lanzador colombiano, Julio Teherán.

Pero ante los Cardenales, los Nacionales se crecieron, ¡y de qué manera!, al ‘’barrerlos’’ en los 4 primeros desafíos de los 7 programados, por tableros de 2-0 en el primero, jugado en San Luis, con una formidable actuación del venezolano Aníbal Sánchez; el segundo, 3-1, también en casa de los Cardenales, con sensacional trabajo de Max Scherzer; el tercero, 8-1, con Stephen Strasburg en la lomita y el cuarto, 7-4, con el zurdo Patrick Corbin lanzando, ambos en Washington.

¿Quién esperaba esas fáciles victorias de los Nacionales sobre los Cardenales, en cuatro partidos consecutivos, para ganar el banderín de la Liga Nacional?

Por fuera los Yanquis

A los Yanquis de Nueva York para la Serie por el Campeonato de la Liga Americana, les hizo falta, sin duda alguna, el brazo derecho del dominicano, Domingo German. Pero eso es capítulo aparte.

Los ‘’Bombarderos’’ del Bronx ganan el primero 7-0 con Masahiro Tanaka, jugando en Houston; pero pierden el segundo 3-2, con A.J. Happ en la loma.

En Nueva York, los Astros ganan el primero de los tres a jugarse en casa de los Yanquis, 4-1 con Gerrit Cole como triunfador; repiten en el segundo 8-3, luego del descanso obligado por lluvia en la Gran Manzana, para tomar ventaja en la serie 3-1. Y en el tercer juego en Nueva York, los Astros caen 4-1, para forzar el sexto desafío, que se juega en Houston, con victoria para los Astros 6-4, en donde los Yanquis igualan la pizarra a 4 carreras en el noveno, pero en el cierre del episodio, el taponero cubano Aroldis Chapman, permite par de carreras con cuadrangular del pequeño gigante venezolano, José Altuve, con un compañero en circulación, para que los ‘’Bombarderos’’ se quedaran con las manillas puestas sobre el terreno de juego.

Todo es histórico

Y llega la Serie Mundial en donde todo lo que sucede es simplemente dramático, inexplicable e histórico.

Los Nacionales tienen descanso de 6 días, presagiándose que eso puede afectar el ritmo de juego de los campeones de la Liga Nacional, mientras que los Astros estaban en completo apogeo con la final disputada ante los Yanquis.

Nunca antes en los Clásicos de Otoño, los ganadores de todos los partidos fueron los equipos que jugaron en plan de visitantes, incluyendo el séptimo desafío que declara campeón a los Nacionales de Washington frente a los cotizados Astros de Houston.

Los Nacionales triunfan en el primer juego en Houston frente a los Astros 5-4, con trabajo excepcional de Max Scherzer y derrota para Gerrit Cole. En el segundo, también en Houston, los Astros caen por amplio tablero de 12-3, con victoria para Stephen Strasburg y derrota para Justin Verlander.

Las dos victorias de los Nacionales frente a los Astros en Houston, ante los dos más cotizados lanzadores de la Liga Americana en el 2019, Cole y Verlander, colocan a los campeones de la Liga Nacional en franca posición triunfadora, cuando tenían que jugar los 3 siguientes compromisos en  Washington.

Pero el béisbol es enigmático. Los Astros ganan los tres juegos en la capital de los Estados Unidos, el primero 4-1; el segundo

8-1 y el tercero 7-1.

Los Nacionales que fabricaron 17 carreras en dos partidos en Houston, apenas consiguieron 3 en su casa, frente a 19 rayitas de los Astros. ¿Quién podría pensar en esos tableros?

En el sexto, en Houston, los Nacionales se imponen 7-2, triunfando Strasburg y perdiendo, ¡otra vez!, Verlander.

El último juego

Y llega el juego de ‘’vida o muerte’’ para decidir la Serie Mundial, el séptimo y último de la gran final.

Zack Greinke desarrolla una estupenda labor en 6 episodios completos, mientras que Max Scherzer se va del montículo, luego de 5 trabajados actos, dejando el partido perdido 2-0, por cuadrangular del cubano Yuli Gurriel, en el segundo acto; y sencillo remolcador del boricua Carlos Correa para fletar a Gurriel, quien estaba en la segunda almohadilla, en la quinta entrada.

Pero abriendo el séptimo, Greinke se complica cuando nadie lo esperaba, porque su dominio era completo sobre la ofensiva de los Nacionales, permitiéndoles apenas un imparable, cero carreras, abanicando a 3 bateadores y otorgando apenas 1 base por bolas.

Adam Eaton sale del campo corto a la inicial, para el primer out de la séptima entrada. Pero Anthony Rendon la saca del parque de pelota, y coloca el tablero 2-1, y Greinke entrega pasaporte al dominicano Juan Soto.

¿Era el momento para sacar del juego a Greinke? ¿Se le podría otorgar una dosis de confianza frente al veterano Howie Kendrick para buscar una jugada de doble-out? Si no había esa confianza, ¿Por qué A.J. Hinck, el estratega de los Astros, no trajo a la lomita a Gerrit Cole para cerrar el episodio o utilizó los servicios del mexicano José Urquidy, quien hizo estupenda faena en el cuarto compromiso frente a los Nacionales?

Con Soto en la inicial, Kendrick despacha cuadrangular por todo el bosque derecho, para silenciar a los más de 43 mil aficionados que estaban sentados en las graderías del ‘’Minute Maid Park’’ de Houston, volteando el tablero 3-2, frente a una oferta del relevista Will Harris.

Los Nacionales fabrican una carrera más en el octavo, con base por bolas para Adam Eaton, quien se roba la intermedia y anota con sencillo del dominicano Juan Soto; y las dos del puntillazo final, en la novena, cuando con dos outs en la pizarra y las bases congestionadas, Adam Eaton conecta sencillo al bosque central, para que anotaran el brasileño Yan Gomes y el dominicano Víctor Robles.

Mientras tanto, el zurdo Patrick Corbin ‘’amarró’’ por completo a la artillería de los Astros, en tres actos completos, permitiendo apenas 2 inatrapables y ponchando a 3 bateadores, acreditándose la victoria; para que Daniel Hudson se hiciera cargo de la novena entrada, que cerró sin mayores complicaciones, con elevado a la intermedia de George Springer, y ponches para el venezolano José Altuve y Michael Brantley.

El béisbol es el béisbol

El béisbol por cada lanzamiento que se hace, hay diez mil jugadas qué se pueden presentar … ¡bueno!, estamos exagerando un poco …

Los Astros en sus tres victorias como visitantes, remolcaron 19 carreras y batearon para 312, con 6 cuadrangulares despachados. En sus cuatro compromisos en casa, fabricaron 11 carreras, bateando para 241 y conectaron 5 jonrones.

Los Nacionales en sus cuatro triunfos, todos como visitante, fabricaron 29 carreras, batearon para 285 y sumaron 10 ‘’bambinazos’’. En casa, en tres partidos, fabricaron lánguidas 3 carreras, batearon para 175 y apenas un sólo cuadrangular.

El Jugador Más Valioso de la Serie Mundial fue el lanzador derecho de los Nacionales de Washington, Stephen Strasburg. Otros pudieron merecer la misma distinción, pero lo de Strasburg fue sencillamente espectacular por su trabajo desde la lomita de los sustos.

¿Quién puede explicar este fenómeno de que todas las victorias de esta Serie Mundial se produjeron con los equipos jugando en plan de visitantes? Nunca antes había ocurrido en el Clásico de Otoño.

Por ahora digamos que la proeza de los Nacionales quedará para una histórica Serie Mundial que se decidió en siete sensacionales partidos de buen béisbol. Que es el primer título para una novena de Washington en todo el largo historial de una franquicia en la capital de los Estados Unidos. Que además, no pudo ofrecerle a su afición, una sola victoria en su casa, a pesar de ganar la Cita de Otoño.

Ya habrá espacio, en las próximas notas, para hablar un poco más de esta gran final del béisbol de las Grandes Ligas de este 2019.

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