Hechos los ajustes, ahora a trabajar

Posesión nuevo MinSalud, Fernando Gómez. (Foto: archivo-Prensa Ministerio de Salud).

Posesión nuevo MinSalud Fernando Gómez. (Foto: archivo-Prensa Ministerio de Salud).

Este gobierno se inició inversamente proporcional a lo acostumbrado tradicionalmente. La impopularidad a sido su constante desde sus comienzos.

Pareciera que los gurús, que fungen de sabelotodo, dentro del sanedrín presidencial, fueran los “mayores grandes enemigos” del joven Presidente.
Pero, no hay mal que dure cuatro años, ni cuerpo que lo resista” y el jefe de estado, tomó el toro por los cachos, e inicio su ajuste al equipo de gobierno.
Viene integrando gente, con bagaje y representabilidad política de otros partidos y vertientes, que desde luego, le darán una nueva y exitosa dinámica, para beneficio de todos los colombianos.

¡Corresponde ahora, entrar a trabajar! No más enunciados, ni reuniones interminables, es menester entrar en acción, con decisión y mostrar a la opinión pública, que hay gobierno, con voluntad de hacer y acertar.

Pero el trabajo es de todos, para ello el llamado es incluyente, pues se hace necesario volver a la política sana, con verdadera voluntad de servicio y no para alimentar los bolsillos de los depredadores de la democracia.

Que los empresarios, industriales, comerciantes, que son los creadores y Emprendedores de riqueza de bien, lo hagan sin recurrir a truculentos y oscuros negocios fraudulentos.

Que la Justicia, le haga honor a su nombre, con eficacia, docta y pronta.

Que la juventud, vea, que de verdad, hay voluntad de abrirles oportunidades.

Que al campesino no se le tenga como ciudadano de de segunda, dándole las herramientas y oportunidades de desarrollar sus campos y reconociéndoles su trabajo y el valor de sus productos.

En síntesis, que nos encarrilemos por el camino de hacer las tareas bien, con sentido de pertenencia nacionalista, observando las reglas de oro: Orden, honestidad, respeto y servicio!

¡Amanecerá y veremos!

!Soy optimista!

Para repensar:

-Dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto:
Simón Bolívar

-La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir: Camilo José Cela

Remembranzas con reflexiones

 
Desde hace unos buenos años con un querido y valioso grupo de amigos, encabezado por los maestros del periodismo: Juan Gossaín, Antonio José Caballero (+), Javier Ayala, Gustavo Castro Caicedo, Oscar Alarcón, Isabel Pantoja, Gabriel Ortiz, entre otros, nos reuníamos mensualmente en torno a un almuerzo-tertulia, para ponernos al día, pero por diferentes razones, nos hemos ido desintegrando, perdiéndose la aleccionadora costumbre.

Al inicio del año, tuve la fortuna de ser invitado a un “almuerzo-tertulia”, con la bella y valiosa participación de doña Leyla (María Leyla Álvarez), quien fuera secretaria y escudera, por más de 20 años de Enrique Gómez Hurtado, el filósofo, humanista, escritor y paradigma del periodismo, con el pensamiento conservador, legado de su padre, el ex presidente Laureano Gómez Castro.

Fue muy grato revivir viejos tiempos al re-ojear el álbum con toda una historia del acontecer político de las últimas  décadas de la dinastía Gómez.

Hicimos un breve recorrido de la época de las tertulias de “La Capuchina”, en las instalaciones de El Siglo, invitado por Julio Abril ( Rafael Lugo Porras), mi amigo personal, Goyo (Gregorio) Espinosa, Arturo Abella, Gabrielito Cabrera, con presencia ocasional de Álvaro Gómez, que le imprimía el talante con su sobresaliente inteligencia.

Tuve el privilegio de haber gozado de la generosa amistad de los hermanos Gómez Hurtado (Álvaro y Enrique). Álvaro me abrió sus puertas, en el proceso de unión conservadora en 1.970, cuando me eligieron Secretario del Directorio Nacional Conservador y recorrimos el país, sustentando el mensaje de unidad y con Enrique desde el inicio del presente siglo, con nuestras “espírituosas tertulias- conspiretas” de los sábados, en nuestra casa , en la bella Villa de Leyva y en el Club de Pesca, en la señorial Cartagena, que rematamos, con el pretexto de la llegada a los 92 años, un mes antes de su partida.
Las reflexiones que nos llegan a la mente, luego de revivir parte del legado, son varias: ¿Qué pasó con los principios y valores que nos inculcaron nuestros padres y maestros?; ¿en dónde están los partidos políticos: con doctrina, filosofía y programas?; ¿cuál es el norte que le presentamos a las presentes y futuras generaciones?
Estos y muchos más interrogantes nos hacemos en las horas de develo, pues los que estamos llegando a la “quinta edad “, ya son más, que de sueño.

Tenemos que ser sinceros, no nos preparamos lo suficiente, para recibir el siglo XXI y solo al inicio de su tercera década, nos percatamos que el cambio es prioritario y si no lo hacemos, el caos nos arrastrará y los lamentos no serán suficientes, para recomponer el camino y el costo, será insuperable, en lo que resta del siglo.

El llamado es general, pero en especial, para quienes tenemos responsabilidades por acción y para quienes todavía sentimos dolor de patria, es hora de pasar del enunciado a la acción, todos tenemos que ser aportantes al cambio, que con pasión reclaman las presentes y futuras generaciones, aunque sin la claridad, ni la hoja de ruta definida, que sería lo ideal, para el desarrollo de la tarea.
Todos, somos todos: “los de arriba, los del medio y los de abajo “.
No más enunciados:
! Entremos a la acción !
Despertemos: gobierno, empresarios, academia, campo, ciudad, sindicatos, agremiaciones, iglesia, comercio, industria.
El país y los colombianos, merecemos un mejor vivir.

 

 

Sobre Hugo Artunduaga

A esta edad no hay hoja de vida, solo queda un recordatorio.

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