Excentricidades de un dictador.

Para Gadafi el mejor aliado es el botox

(Fotos: archivo particular e internet)

Gadafi con la mirada en su mayor enemigo: las arrugas.

El coronel Gadafi,  presidente de Libia, y quien tiene actualmente al mundo en vilo por su resistencia a dejar el mando, a pesar de los cientos de muertos que ha producido su enfrentamiento  con las fuerzas de los países aliados, cumplió cuatro décadas  como gobernante y es un hombre que,  a pesar de su poder y de sus bruscos y diversos cambios ideológicos, tiene debilidades que lo podrían ubicar como el más débil de los seres humanos.

A Muammar Muhammad Abd as-Salam Abu Minya, como es su verdadero nombre, no solo le gusta mandar sin que lo contradigan, sino que además es presumido  con devaneos  de estrella de Hollywood.  A este respecto, su vanidad raya con excentricidades  que, para quienes lo rodean, resultan ya  naturales dentro de su recia y polémica personalidad.

¿Quién podría  imaginarse  que es uno de los hombres que tiene aires de lo que en estos tiempos se llaman metrosexuales?  En efecto, le teme a las arrugas en su rostro  y por eso su mejor aliado en medio de la sangrienta guerra que vive en su país, es el botox, por el cual dicen quienes lo conocen  de cerca – sus asesores – siente una fuerte atracción. De hecho, ya se ha sometido a  varias operaciones para estirar su piel. Se le agrega además  que recibió trasplante de cabello pero que fue operado de nuevo porque le habría producido reacción alérgica

Los aires de metrosexual de Gadafi incluyen manos perfectas y vestuario impecable.

Ahora, que le gusten las mujeres como a cualquier hombre es normal, pero que llegue  a  extremos de rodearse  de 40 mujeres  -otros hablan de 200- que conforman su cuerpo de seguridad- las llaman “Las Amazonas” y están entrenadas para matar –  no deja de mirarse como una forma de  excentricidad.  Estas féminas, de las que se dice son vírgenes, podrían ser   su motivación para verse “lindo”  y no desentonar  al  lado de ese grupo de coloretes, pestañina y armas letales de gran poder.

Gadafi  tiene  68 años y  dos enemigos grandes: su pueblo y la vejez, y según los expertos analistas internacionales,  parece que contra esos dos factores la batalla la  tiene perdida.  Es precisamente los grandes medios de comunicación del mundo como The New York  Times y WikiLeads, para mencionar tan solo algunos,  los encargados de tratar el tema, al parecer  no pueden evadir esa óptica relacionada con  sus gustos y temores personales por  sus extremos y poco o nada comunes en un militar con un cascarón bélico y tan duro como lo tiene él.

A su ya avanzada edad tiene algunos problemas de salud normales como hipertensión y diabetes, y  por eso las veinticuatro horas del día lo  acompaña una enfermera personal, que por demás es una mujer bellísima, con un alto sueldo. Es más, todos los exámenes médicos a los cuales  se somete son grabados y revisados por su equipo médico con lupa. Eso sin mencionar a fondo que  tiene tendencia a ser hipocondríaco.

No le teme subirse  a uno de los gigantescos  tanques de guerra de su ejército, pero si la da miedo  montarse en un ascensor, por eso prefiere subir por las escaleras  Su pasión por los camellos y las carpas es también algo inocultable, y es así que donde quiera que viaja  lleva una lujosa  tienda y un camello y  lo hace para sentirse como en su propia casa y cerca de sus orígenes pues es descendiente de beduinos.   Volviendo  al  cuento de las mujeres, en una reciente visita a Italia solicitó una dotación de 500 mujeres para hablarles del Corán y sus virtudes, dejando al descubierto que su atracción por ellas no es solo asunto de seguridad.

Atractivas y bien entrenadas son las mujeres que custodian su vida.

Uno de sus sellos muy personales  es su colorida y estrafalaria vestimenta y su fascinación por los lentes oscuros, de los que se comenta tiene una gran cantidad  de marcas y más de dos mil pares.  Desde que asumió el poder prohibió el uso del cabello largo en su país, sin embargo a este respecto y para lucir distinto, el mismo, se toma algunas licencias de vez en cuando y sus uniformes suntuosos son diseñados por modistos de alta costura  y sus condecoraciones están fundidas en oro

Al parecer  la lista de sus excentricidades  tocan a su numerosa familia, ya que ha estado casado dos veces –cifra normal en estos tiempos-  y tiene ocho hijos, siete de los cuales nacieron de su segundo matrimonio

Como  reza un dicho popular,  la sangre “jala” o lo que se hereda no se hurta, y por  ello su  familia no escapa a las exageraciones de Gadaffi  y tampoco sale muy bien librada. Por ejemplo, y según los registros de la prensa seria y rosa, su familia tiene como mayor característica  el despilfarro y no el afecto. De sus ocho hijos el que sale mejor librado es  Seif  al Islam, a quien le atribuyen haberle pagado un millón de dólares a la cantante estadounidense  Mariah Carey  por  interpretar  tan solo cuatro canciones. Esto sucedió, según informes diplomáticos estadounidenses,  en una fiesta de año nuevo en la isla San Bartolomé en el 2009.

Pero hay otro hermano derrochador. Se trata de Muatassim, quien funge como asesor de Seguridad Nacional de Libia. De éste ha salido a la luz pública que también hizo otra senda fiesta en la misma isla con Beyonce y Usher.

La tradición familiar  en materia de excentricidades  y violencia se ha seguido extendiendo.  Otro de los hijos de Gadaffi, Hannibal, huyó de Londrés luego de haber golpeado a su esposa y fue arrestado en Suiza en el 2008  después de  ser acusado de atacar a dos de sus sirvientes.

Su vanidad le exige usar gafas de todo tipo y de todas las marcas.

Así, Gadafi  ocupa  por estos días los principales  titulares y espacios de todos los medios de comunicación del mundo no solo por el enfrentamiento bélico que sostiene con las fuerzas armadas de la OTAN, sino también por esas excentricidades  en su vida personal  y familiar  a la que  describen  como ávida de poder y despilfarro abrumador, según The New York Times y WikiLeaks.

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