¡El Cy Young se lo llevan brazos diferentes!

La decisión tuvo aceptación general en los nombres de Clayton Kershaw, el zurdo de los Dodgers de Los Ángeles, por la Liga Nacional; y de Max Scherzer, el derecho de los Tigres de Detroit, en la Liga Americana.-

Cy Young

Cy Young

Pocas veces se da la feliz coincidencia que la crítica periodística del béisbol de las Grandes Ligas, tenga casi que una aceptación unánime con la selección de los ganadores del codiciado premio ‘’Cy Young’’, tanto de la Liga Nacional como de la Liga Americana.

Y lo decimos a conciencia, sobre todo, cuando ninguno de los dos alcanzó a figurar en las plantillas de las novenas que disputaron la Serie Mundial de esta temporada, por lo que una vez más, se confirma que el trabajo de la campaña regular pesa mucho a la hora de las votaciones entre los cronistas beisboleros que trabajan en la cobertura de la pelota organizada.

No hay duda alguna de que Clayton Kershaw, el formidable serpentinero zurdo de los Dodgers de Los Ángeles, en la Liga Nacional; y Max Scherzer, el derecho sensación en la justa de este 2013 con el uniforme de los Tigres de Detroit, en la Liga Americana, hicieron méritos más que suficientes para cargar con los honores del premio ‘’Cy Young’’, una distinción que los eleva a la categoría de brazos especiales en las mayores.

Tanto Kershaw como Scherzer mostraron a través de la competencia regular en sus respectivas novenas, que la tarea desarrollada desde la loma de los sustos, tenía el reconocimiento de tirios y troyanos, cuando de evaluar su labor frente a los rivales a los cuales les correspondió enfrentarse en la ardua y extenuante temporada, era parte de la observación que además de sus numeritos, exhibían con su presencia desde el montículo.

Tareas diferentes

Los dos triunfadores con suficiente margen ganador en la nominación de la crónica deportiva, trabajaron denodadamente por sus respectivos clubes, pese a que ninguno de los dos, como seguramente lo querían, pudieran llevar a sus novenas a la disputa de la Serie Mundial, como ya lo habíamos anotado. Pero ciertamente hubo tareas diferentes que cumplir, y muchos de los propósitos que se hicieron, tanto ellos como sus compañeros de divisa, no fueron posibles de alcanzar. Y eso es harina de otro costal.

Decir que Kershaw con  sus Dodgers no aspiraban a por lo menos disputar el Clásico de Otoño de este año, no es nada extraño. Y lo mismo se puede agregar en  Scherzer y sus Tigres que, sin querer queriendo, volvieron a disputar la corona de la Liga Americana, sin que llegaran a la Cita de Octubre. Pero es que el béisbol es así, lleno de sorpresas, en donde cada juego tiene que disputarse como si fuese el primero o el último. De lo contrario, no es posible concebir que el béisbol se juega con pelotas redondas pero vienen en cajitas cuadradas.

Los Dodgers no clasificaron para la Serie Mundial. Fueron los Cardenales de San Luis. Los Tigres tampoco alcanzaron la meta que se habían propuesto, volver a la disputa de la valiosa corona de la gran final de las Grandes Ligas. Fueron los Medias Rojas de Boston. Pero en ambos casos, los dos fueron parte fundamental para por lo menos llegar a la postemporada con pretensiones que finalmente no se alcanzaron.

El zurdo Kershaw

Los Dodgers, la novena angelina que tuvo tropiezos en el comienzo de la campaña, encontró en su as zurdo el camino para acreditarse victorias decisivas y cruciales en el largo recorrido del calendario regular.

kershaw

kershaw

Potencialmente hablando, Kershaw mostró la fortaleza necesaria para dominar con sus envíos a los bateadores rivales, en desafíos en donde los Dodgers se jugaban el todo o el nada. Y si hubo alguien que respondió, ¡y con creces!, fue Clayton, cuyas ejecutorias con 16 triunfos y 9 derrotas, y el registro de 1.83 carreras limpias por juego, son numeritos que respaldan la facilidad con que capturó el acreditado galardón, consiguiendo 29 papeletas el primer lugar de 30, por lo que prácticamente barrió en la votación.

Pero es que Kershaw, con sus profundas curvas, lanzamientos que hacen parte de su fortaleza serpentinera, con la pasmosa tranquilidad con que se trepa a la lomita, y por su manera peculiar de ejecutar cada lanzamiento, hace estragos frente a sus rivales, hasta el punto de estampar en su trabajo del año nada más y nada menos que 232 ponches propinados, contra apenas 52 bases por bolas otorgadas, 2 de ellas, de manera intencional, lo que para un lanzador de brazo equivocado significa, ni más ni menos, que contar un soberbio control y buen  dominio en el conteo de bolas buenas y malas, frente a los bateadores.

Kershaw acumula así su segunda corona en esta modalidad, pues ya lo había conquistado en el 2011, y a sus apenas 25 años de edad, el zurdo de los Dodgers tiene para pensar en que muchas cosas importantes puede tener su carrera deportiva, y para permanecer en la línea de primer plano en el béisbol de las Grandes Ligas, por varias temporadas, solo tiene que pensar en que sus condiciones de salud se mantengan estables y que las lesiones permanezcan alejadas de su cuerpo.

El zurdo nativo de Dallas, Texas, con sus movimientos acompasados cada vez que envía la esférica hacia el pentágono, ya tiene acreditadas 77 triunfos frente a 46 derrotas, con efectividad de 2.60, en sus seis campañas en las mayores.

 

El Cy Young para Kershaw eleva a los Dodgers de Los Ángeles al sitial de honor de contar con once coronas entre sus lanzadores, empezando por el inolvidable zurdo Sandy Koufax, miembro del Salón de la Fama, y uno de los inolvidables serpentineros de la divisa, quien compila tres galardones del Cy Young en su brillantísima carrera.

El derecho Max

Con 29 años, con una recta que se convierte  en ‘’aspirina’’ cuando alcanza su máxima velocidad, con su sorprendente cambio de velocidad y con una curva que sabe utilizar cuando las necesidades lo exigen, Max Scherzer mantuvo en vilo a toda la fanaticada del béisbol de las Grandes Ligas y de la crónica deportiva en la primera fase de la campaña, cuando llegó al registro de 13 victorias sin derrotas, para culminar la temporada con marca de 21 triunfos y 3 reveses, siendo el único lanzador de las mayores en superar los 20 ganados en este 2013.

Max Scherzer

Max Scherzer

Max sumó 240 ponches propinados a sus rivales, con 2.90 carreras limpias por juego, y entregó 56 boletos gratis a sus rivales, para que llegaran caminando a la primera almohadilla, reflejándose de esa manera el control que siempre tuvo sobre sus serpentinas.

Hay que observar a Max cuando sube al montículo: parece que no, pero sí. Su movimiento muestra su capacidad de juego desde el mismo primer lanzamiento que efectúa. Se mueve con paciencia y en cada envío, su brazo exhibe dominio y clase, por lo que verlo estar casi siempre arriba en el conteo de bolas buenas y malas frente a los bateadores rivales, ya es cosa común y corriente.

Scherzer tiene por el momento, si otra cosa no llega a surgir inesperadamente en sus condiciones físicas, un futuro de cuatro o cinco años con guarismos ganadores en cualquiera novena del béisbol de las mayores en donde actúe, y por supuesto, se convierte en un lanzador codiciado, para cualquier equipo que tenga las intenciones de pensar con seriedad en sus aspiraciones de llegar a la postemporada, así no alcance el título de la Serie Mundial, como ya la ha ocurrido al derecho serpentinero en los Tigres de Detroit.

Con 73 triunfos y 45 derrotas en su trabajo de seis campañas en las mayores, dos con los Cascabeles de Arizona y las cuatro últimas con los Tigres, Scherzer acumula un promedio de 3.67 carreras limpias por juego, y con su edad, parece ya estar sentado en la línea de juego de primerísima calidad, a menos que una mala pasada con su salud, lo puedan destronar de la cúspide en donde se encuentra en los actuales momentos, para convertir en una golondrina que no puede hacer verano.

Qué difícil es decirlo pero es más que cierto: en esta ocasión la votación que arrojaron las papeletas depositadas por los cronistas del béisbol que tienen a su cargo la cobertura del béisbol de las Grandes Ligas, muestra la lógica y la evaluación sincera que hicieron los colegas para exaltar a los dos mejores lanzadores de este 2013: Clayton Kershaw, en la Liga Nacional, con el uniforme de los Dodgers de Los Ángeles, y Max Scherzer, con el bombacho de los Tigres de Detroit, en la Liga Americana.

¡Otros, sinceramente, no podían ser!

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