¡Dos juegos de infarto o de muerte súbita!

Por: Antonio Andraus

Los Astros de Houston contra los Yanquis de Nueva York, por el cupo del comodín de la Liga Americana. Y los Cachorros de Chicago frente a los Piratas de Pittsburgh, por la tarjeta de invitación de la Liga Nacional.-

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En un partido de béisbol, todo puede suceder. Cualquier cosa que pase, por inverosímil que sea, hace parte del juego. Y los dos partidos del todo o nada para definir las dos novenas que ganarán el comodín para ir a la postemporada del béisbol de las Grandes Ligas, parecen llenar todos los requisitos necesarios e indispensables para que sean, ciertamente, ‘’dos juegos de infarto´´. El que gane pasa a la ronda de la disputa divisional de su circuito y el que pierde, a recomponer sus piezas en el receso del invierno, para la próxima campaña.

Los Yanquis de Nueva York ausentes en los dos últimos años de esa fase de la contienda de las Mayores, se mide en el desafío del todo o nada, frente a los Astros de Houston, novena que ha rendido como muy pocos esperaban en esta temporada, en un juego de quilates dentro del béisbol, ambos en procura de quedarse con el cupo del comodín de la Liga Americana.

Los Cachorros de Chicago, la divisa que sorprendió este año a propios y extraños, llega a la disputa del pasaporte por invitación, frente a la temible novena de los Piratas de Pittsburgh, club que ha estado acariciando muy buenas posibilidades de ir hasta la final en la Liga Nacional, en las últimas tres campañas.

De los cuatro de esta cita del todo o nada, o lo que es lo mismo, ‘’de muerte súbita’’, los Piratas es la única representación que desde el comienzo de la campaña, por allá el pasado mes de abril de este 2015, fue calificada por los entendidos para estar en la lucha por un cupo en la postemporada, desde el propio arranque; inclusive se le otorgó la premisa de digno rival por la corona divisional de la zona Central frente a los encopetados Cardenales de San Luis, que nunca lo dejaron de ser hasta el último instante.

La sentencia bíblica es que los últimos serán los primeros. Y por cierto, ello ha ocurrido en varias ocasiones, cuando en el béisbol de la Gran Carpa se trata de estar en la competencia a estas alturas de la jornada. En más de una oportunidad, los equipos que llegaron a la postemporada utilizando el pasaporte de invitados, se clasificaron para disputar la Serie Mundial. Recuerden lo que ocurrió hace apenas un año. Los Gigantes de San Francisco, por la Liga Nacional, y los Reales de Kansas City, por la Liga Americana, fueron los protagonistas del Clásico de Otoño, y ambos llegaron a través de la formula del comodín. De modo que en esta nueva oportunidad, nadie puede descartar esa posibilidad.

Clásico de verdad

cachorros-piratasPara los entendidos, los dos choques por el comodín, que define esa casilla en un abrir y cerrar de ojos, son auténticos clásicos del Béisbol Organizado. Pero muchos se anticipan a confesar que el clásico de verdad estará a cargo de los Cachorros y los Piratas, los dos equipos que convirtieron la zona Central del Viejo Circuito, en un toma y daca desde el segundo mes de esta campaña.

Y tienen razón quienes argumentan de esa manera. Descartados los Rojos de Cincinnati, equipo que obtuvo un buen respaldo de la crítica cuando se cerraron los campos de entrenamientos de este año y cuyo proyección, lentamente se fue desdibujando por muchos factores, todos válidos dentro del béisbol, fueron los Cachorros de la mano de Joe Maddon, los que le cambiaron la cara al grupo sectorial y a la propia afición del Wrigley Field, que están tan entusiasmados que desde ahora aceptan, que si por esas circunstancias del béisbol no cruzan la línea para la seguir en la contienda de este 2015, auguran una lucha sensacional por la corona divisional para el 2016. Sus razones tendrán.

Los Astros de Houston que cambiaron por completo su semblante luego de cinco campañas con más derrotas que victorias, tienen frente a los Yanquis la verdadera opción de probar que el sacrificio y trabajo efectuado por todos sus integrantes, bien merece dar otro gran paso este año, como es, por lo menos, llegar a la disputa de la serie divisional.

Otra cosa piensan los Yanquis, club que desde el propio inicio de la temporada se ganó con facilidad la acreditación de un equipo que tendría muchos altibajos, especialmente porque su cuerpo de lanzadores abridores era una interrogante del tamaño del Yankee Stadium, y pese todos los malabares que aplicó su capataz, Joe Girardi, para que la novena caminara por buenos senderos, al final la lucha casi se esfuma, cuando en las últimas 10 presentaciones, en 7 vieron llegar la acumulación de las derrotas para un final de jornada hasta el extremo con inestabilidad, especialmente, por su rotación de inicio. Los Astros, en cambio, sumaron 6 victorias frente a 4 derrotas, tres de ellas decisivas, en las últimas 10 presentaciones

Pero bueno. En todo caso los Yanquis aparecen ahora disputando el comodín frente a los Astros, un club que se hace respetar y que tiene ambiciones.

Ventaja en casa

Para los Yanquis la única aparente ventaja para el choque que definirá el comodín frente a los Astros es que se jugará en su parque de pelota, por lo que ser equipo de casa, en determinados momentos puede pesar más de lo que el común y corriente de la gente lo pueda apreciar.

El zurdo Dallas Keuchel será el abridor de los Astros, quien con hoja de 20-8 y 2.48 carreras limpias por juego, tiene medida la ofensiva de los Yanquis, que dejan por fuera a muchos de sus titulares, cuando de enfrentarse a lanzadores de brazo equivocado se refiere; mientras que por los Yanquis lo hará el japonés Masahiro Tanaka, con marca de 12-7 y 3.51 de efectividad, quien pese a sus problemas de salud en la campaña, ofrece los ingredientes necesarios para intentar llevar a puerto seguro el barco de los Mulos del Bronx.

Los Astros que venían de 4 campañas con marcas negativas, al registrar 106, 107, 111 y 92 derrotas, entre el 2011 y el 2014, levantaron vuelo armonizando el talento de sus peloteros con los deseos de cambiar la forma de juego de la novena, de la mano de su nuevo estratega, A.H. Hinch, quien condujo, sin muchas estrellas, a un grupo de peloteros que, saliendo de su base y con el apoyo de jugadores adquiridos, como Evan Gattis, por ejemplo, se lanzaron a la tarea de desarrollar el juego que sabían hacer, motivados y apoyados con la calidad del venezolano José Altuve y de Chris Carter, en donde surgieron el boricua Carlos Correa, George Springer, y el formidable zurdo y estrella de las serpentinas, Dallas Keuchel.

Los Yanquis mezclan experiencia en su plantilla, como Alex Rodríguez, Brett Garner, Jacoby Ellsbury, Carlos Beltrán y Brian McCann, dejando por fuera de esta cita a Mark Teixeira, el formidable primera base, ausente del grupo por lesión, con novatos que tienen mucho futuro, como Didi Gregoruis, Greg Bird, Rob Refsnyder, Austin Ackley y Luis Severino, vuelven para pensar en grande en busca del título de la liga.

Nada fácil hay para ninguno de los dos abridores, y anótenlo desde ahora, así como los Yanquis tienen la ventaja de jugar en casa y de ser una novena experimentada para esta clase de partidos en extra temporada, la calidad de los Astros y el dominio del zurdo Keuchel, que limita muy bien a la ofensiva de los bateadores zurdos de sus rivales, si sale por la línea de juego que ha mostrado en todo el 2015, puede constituirse en la gran diferencia para la divisa de Houston.

El partido está previsto para jugarse desde las 8 de la noche de este martes 6 de octubre, hora del Este de los Estados Unidos, en el ‘’Yanqui Stadium’’ de Nueva York, cuya boletería se agotó dos horas después de haberse puesto a la venta.

Arrieta vs Cole

Pero si el juego Yanquis vs Astros mantiene en expectativa al béisbol de las Grandes Ligas, y en especial, a los seguidores de la Liga Americana, los de la Liga Nacional no pueden sentirse más que entusiasmados para el choque entre los Cachorros y los Piratas, que se cumplirá este miércoles 7 de octubre, a partir de la 8 de la noche, hora del Este de los Estados Unidos, en el parque pelota de los filibusteros.

¿Y saben por qué? Sencillamente porque sobre la loma de los sustos aparecerán dos verdaderos artistas de las serpentinas: el uno, Jake Arrieta, el as de los Cachorros, que compila 22-6, el máximo ganador de juegos en las Grandes Ligas, y serio aspirante al trofeo Cy Young de este año, y efectividad de 1.77; y el otro, Garret Cole, el crédito de los Piratas, con el formidable registro de 19-8 y 2.60 carreras limpias por juego, cuyo nombre seguramente aparecerá como finalista del Cy Young de la Liga Nacional.

Si los numeritos se dieran exactamente sobre el diamante de juego, los Cachorros tienen la ventaja por lo que ofrece Arrieta desde la loma de los sustos. Pero como los Piratas saben cómo jugar el béisbol, estando en casa y con Cole en la colina de los suspiros, las apreciaciones de los críticos y de los entendidos, se inclinan por considerar que será muy difícil derrotar a los muchachos de Clint Hurdle en su patio.

Joe Maddon moverá con el tino de siempre al pelotón que comanda Anthony Rizo, Khris Bryan, Jorge Soler, Starling Castro, Chris Denorfia y Miguel Montero, entre otros, para buscar una feliz terminación de temporada; mientras que Hurdle con Andrew McCutchen a la cabeza, Michael Morse, Travis Isakawa, Francisco Cervelli, Pedro Álvarez, Starling Marte y desde luego, el apoyo de Aramis Ramírez, esperan volver a ser contendientes por la corona del Viejo Circuito.

Los Piratas tienen sobre el papel, una doble ventaja: jugar en casa y más experiencia acumulada en las últimas campañas en esta clase de definiciones. Pero los ímpetus de los Cachorros pueden hacer cambiar la ruta ganadora y ser la novena de las grandes sorpresas en este final del 2015.

Los dos desafíos por los comodines revelan que los cambios efectuados para el  béisbol por el hoy retirado Comisionado de Béisbol, Bud Selig, fueron sencillamente un verdadero acierto, más si se tiene en consideración que faltando 72 horas para que concluyeran los partidos del calendario oficial de juegos, todo estaba por definirse para más de una novena en contienda.

¡Bienvenida pues la postemporada en el béisbol de las Grandes Ligas, con dos sensacionales clásicos!

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