Cuba se mueve en otra dirección: El día que el evangelio entró en la isla y le devolvió la esperanza

Por Rodolfo Rodríguez Calderón
Obispo Benito Fonseca

Obispo Benito Fonseca

(HOLGUÍN, CUBA). Cada vez que la gente va a Cuba ve algo diferente. El sentir general se mueve como una ola gigante dejando al descubierto el descontento de un pueblo que no se cansa de buscar salida a sus innumerables problemas.

He visitado varias veces la isla, la última vez fue en 1989, cuando la institución que agrupaba a los artistas de Cuba (Cuba Artistas) nos invitó para presenciar algunas audiciones con jóvenes músicos y cantantes. Mucho tiempo ha pasado desde esa fecha, ahora cuba se ve distinta, la gente tiene nuevos intereses y un nuevo mover.

Llegué con dos amigos para trabajar en una biografía y conocer Holguín, ciudad que no conocía y que está situada cerca al lugar donde nació Fidel Castro. Esta es una ciudad agrícola, pero que tiene un balneario de aguas color esmeralda, limpias y de tranquila corriente llamado Guardalavaca, a 40 minutos de distancia.

Holguín es un pueblo de gente cálida, con un buen sentido del humor y una disponibilidad para ayudar en todo momento. Siempre están listos para apoyar no solo a su gente sino a los extranjeros que llegan al lugar. En este pueblo, por lo que pudimos observar, la gente le ha perdido el miedo a hablar y se les ve alrededor de la plaza principal comentando las acciones del gobierno central con mucha autoridad y conocimiento.

La energía eléctrica se va varias veces en el día y los noticieros de radio y televisión  afirman que pronto se acabarán los cortes de electricidad, lo cual ya nadie les cree; pero la vida en Cuba sigue y diariamente el sol se mete por las ventanas con sus rayos candentes que rápidamente aumentan la temperatura en las casas, porque aunque tienen más de un ventilador, estos  no funcionan durante varias horas en el día por falta del  fluido eléctrico.

Una inversión perdida

Obispo Samuel Ramos

Obispo Samuel Ramos

 El giro de la política de Estados Unidos durante el gobierno del presidente Barac Obama, dio un aire fresco, no solo al gobierno de Cuba sino al ciudadano común de la isla. Se iniciaron inversiones en los principales balnearios, en los hoteles con capital español e italiano, en los muelles, con el fin de acondicionarlos para la llegada de los grandes Cruceros, en la capacitación de personal como meseros, mucamas, cocineros, jardineros, además de técnicos en mantenimiento de equipos para los hoteles y los muelles.

Fue una inversión grande que se quedó esperando a los turistas luego de la de la decisión del gobierno del presidente Donald Trump de echar abajo toda la negociación del Presidente Obama hacia la apertura, para volver atrás con las mismas políticas fallidas de hace casi 60 años. Una de las inversiones que fueron suspendidas fue la modernización del sistema eléctrico del país, lo cual, sumado a la escasez de combustible, ha venido a agravar los problemas de la población que se ve sometida a racionamientos intermitentes hasta de tres horas diarias.

Una de las figuras destacadas en el acercamiento del gobierno de Estados Unidos con Cuba, el cardenal Jaime Ortega, acaba de fallecer a los 82 años en la isla, el viernes 26 de julio. Este líder católico trabajó con una comisión del Vaticano y Estados Unidos para aliviar “el bloqueo” e iniciar una actividad de buena voluntad y de acercamiento entre los dos gobiernos. Con el presidente Obama se hicieron negociaciones para  dar un primer paso  hacia el  mejoramiento de la economía  con el fin de lograr un cambio de la política de Cuba hacia su pueblo. Cuba mostró  buena voluntad y liberó muchos presos políticos. Todo iba bien, el presidente Obama visitó la isla y se hicieron los acuerdos y aunque hubo un porcentaje del país que no estuvo de acuerdo, Estados Unidos abrió las puertas para el acercamiento.

Ahora, a pesar de la  política de hostilidad del gobierno de Donald Trump hacia Cuba, el pueblo guarda la esperanza que nació  durante las conversaciones de apertura con el Presidente Obama, de que sus condiciones de vida puedan cambiar.

El pueblo se mueve

 Hablando con la gente en la plaza de Holguín, en Las Tunas y otros pueblo nos dimos cuenta, y nos agradó, que ya el pueblo no se está quejando, no habla mal del gobierno. En un gobierno como el de Cuba es asombroso que esto suceda. Los jóvenes están estudiando, trabajan y tienen metas; piensan en un futuro mejor. El  responsable de esto es un hombre que trabaja por su pueblo desde hace más de 40 años. No es un activista de derechos humanos, no es líder de una ONG, es solo un hombre que predica el evangelio. Su nombre es Samuel Ramos Sanfiel, un cubano, que obtuvo el pasaporte español porque sus padres son de España.

El doctor Samuel Ramos Sanfiel, es hijo de un pastor evangélico pentecostal, quien fue muy conocido en todo el país que también contaba con el reconocimiento del gobierno de los Castro y que  tenía una gran influencia en el pueblo.

Ramos Sanfiel, luchó para que el gobierno permitiera la celebración de cultos y servicios religiosos y poco a poco ha logrado la aprobación para que el  pueblo pueda   congregarse. Inicialmente lo hicieron en las casas que se llamaban “Casa Culto”, ahora ya les han autorizado la construcción de pequeños templos en terrenos de su propiedad al lado de sus casas. Estos permisos dependen del funcionario que este a cargo y en algunas ocasiones, son restringidos y demorados, limitando la ampliación y construcción de nuevos templos y capillas; además, cuando llegué, en la isla se les había prohibido predicar a los evangelistas extranjeros.

Pero el cubano sabe cantar, tiene en su ADN o sea en su genética la música, tiene ahora nuevas composiciones con las cuáles alaban y adoran el Nombre de Dios.

Cuando entré a una iglesia vi más de 200 personas congregadas y escuché una orquesta con trombones, trompetas, saxos, oboes, pianos, violines, bongoses, batería y flautas, me sentí realmente en Cuba, había esa excelencia musical típica del  cubano, pero lo más importante era que tenían un cántico nuevo para adorar a Dios con todo su corazón y con todas sus fuerzas. No era una música cualquiera, era escrita especialmente para Dios, los músicos leían las partituras y el coro  integrado por un grupo selecto de cantantes entonaban al unísono esos himnos y coros especiales, sacados del libro de los Salmos, los cuales no había escuchado nunca, porque eran composiciones hechas exclusivamente para  Dios, por Su pueblo en Cuba.

Nunca pensé ver un avivamiento como éste. Me gusta mucho la música y la cubana es la mejor para mi. Los boleros de José Antonio Méndez el autor de “La Gloria eres tu” están en mi computador siempre. Cuando hablé con el amigo con quien viajé le dije que quería hacer un paréntesis en este viaje para ir a un lugar donde pudiera escuchar buena música, nunca esperé que esa buena música la iba a escuchar en una iglesia Pentecostal.

El día que entró oficialmente el evangelio

Obispo Víctor Niieves

Obispo Víctor Niieves

 Ramos Sanfiel es actualmente presidente del Concilio de las Iglesias de Dios en Cuba y es obispo ordenado de esa denominación pentecostal con sede en los Estados Unidos. Lidera  más de 424 iglesias y casas culto. Es reconocido por el gobierno de la isla como una autoridad religiosa por lo cual se mueve libremente, aconsejando a los pastores del concilio para trabajar por la unidad y el crecimiento del  evangelio en la isla.

Hablando con él afirmó que “le cree a Dios” por lo que dice en el Salmo 46 versículo 10: “Estad quietos y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”.

Esta forma de predicar le ha llevado paz, fortaleza y esperanza a un pueblo que hasta hace un año sólo pensaban en huir de la isla. Ahora piensan en trabajar juntos para lograr un cambio de gobierno y por eso están quietos esperando que Dios se manifieste para entonces sí marchar por el cambio.

Como una anécdota, Ramos Sanfiel recuerda que un día cualquiera en 1998, meses después de la visita de Juan Pablo II, unos agentes de la inteligencia de Cuba llegaron a su oficina y le comunicaron que al siguiente día debía estar listo para viajar a la Habana, no se asustó pero se preocupó. Llegó el día y lo metieron en un automóvil negro y fue llevado al Palacio Presidencial. Lo hicieron entrar en un salón donde había otros lideres religiosos. Entonces, más se preocupó. Luego salió Caridad la secretaria de Fidel Castro y los hicieron entrar al despacho.

Llegó Fidel Castro, y dirigiéndose a los invitados dijo: “Se que no están descontentos porque le di la plaza al Papa Juan Pablo II y a ustedes no, pero estamos aquí para reparar esa falta, quiero que digan que plazas quieren para que dirijan al pueblo”.

Había representantes de las iglesias Bautista, Metodista, Anglicana, Asambleas de Dios, Iglesias de Dios, entre otras. Unos a otros comentaban que Dios estaba respondiendo sus oraciones y que esa era una apertura para que entrara el evangelio en el pueblo cubano.

Después de llegar a un acuerdo y escoger cada uno una plaza principal y estadios, Fidel Castro llamó a los líderes a su escritorio y dijo “este es el titulo que tendrá mañana el Granma”, y escribió en un papel: “Fidel se reúne con lideres religiosos”. Tomó la palabra el obispo Samuel Ramos Sanfiel y dijo “no estoy de acuerdo”. Fidel preguntó: “¿Qué está mal Ramos?”. El obispo dijo “no somos líderes religiosos, somos líderes evangélicos”. Fidel se dirigió a Caridad, su secretaria y le preguntó: “¿él tiene razón?” a lo cual ella dijo: “si el obispo Ramos tiene razón”. Entonces Fidel dijo: “no hay más que hablar que se haga lo que acordamos; me metieron un jonrón”. Y escribió “Fidel se reúne con líderes evangélicos”. Antes de terminar Fidel le dijo al obispo Ramos, “no llenarás el estadio de Holguín”, pero según cuenta el obispo Ramos Sanfiel y algunos cubanos de ese tiempo, el estadio no sólo se llenó sino mucha gente siguió el servicio desde afuera. También llenaron la plaza de la Revolución. Ese día comenzó oficialmente el evangelio en Cuba.

Misioneros en cuba

 En la oficina del concilio de las Iglesias de Dios en Holguín se encontraban dos líderes que habían llegado también de Estados Unidos, uno nacido en Puerto Rico, el obispo Benito Fonseca, plantador de iglesias y pastor de la congregación Maranatha, en Virginia Beach, Virginia; y el  pastor Víctor Nieves, de padres puertorriqueños y nacido en Nueva York. Este último, trabaja por el mundo en misiones y en Orfanatos, a nivel mundial, atendiendo a miles de huérfanos en Brasil y África. Ha realizado viajes misioneros en varios países de África, en la India y en las islas Polinesias, también  ha trabajado en misiones en Paraguay, Brasil, Perú, Colombia y Ecuador.

Pero lo que pasa en Cuba es algo que debemos mirar de una manera diferente con la esperanza de que el evangelio logre lo que nadie ha logrado hasta este momento: un cambio de gobierno

 

Sobre Rodolfo Rodriguez

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