Cien días, sin rumbo y sin…Gobierno

Sin llegar a los primeros cien días del mandato, que un 35% de crédulos bogotanos le otorgaron al ex m. Gustavo Petro, este nos ha otorgado muchos sin sabores, que no dejan un trago amargo a todos los que habitamos en esta maltratada ciudad, sin distingo de clase, credo o raza, el malestar es generalizado y casi epidérmico. En el interior de la administración hay anarquía, desazón, improvisación, cambio de rumbo permanente que hizo metástasis con la renuncia de su antiguo compañero de aventura insurgente, el hoy equilibrado y experimentado gestor administrativo, Antonio Navarro, quien se presumía podría controlar la intemperancia e inestabilidad emocional del alcalde Petro. Todo hizo crisis y parece que los secretarios del despacho, directores y gerentes de institutos y funcionarios en general se han convertido en Repúblicas independientes sin norte, ni rumbo.

La movilidad no existe “A pesar de la visita a Medellin” infraestructura en obras no se ven. La salud en estado agónico. Educación sin rumbo, seguridad al garete, recreación, cultura y deporte, solo enunciados, con la noticia de un concierto extranjero en el estadio del campin. Todo nos lleva a concluir que el equipo de Petro, no existe y el propio alcalde, no está preparado para ser un buen administrador.

Una cosa bien distinta, es hacer un debate de oposición en el marco del congreso y otra ser un gerente de una gran empresa, como lo es el manejo de la Capital de la Republica. El caribeño no se ha aclimatado a la altura de dos mil seiscientos metros. Ojala aproveche los días santos, para reflexionar y poner en orden la cabeza. Convendría hacer las paces con el Santos gobernante y construir un equipo que sienta y le duela  la Antigua Atenas suramericana. Sin ser Peñalosa, santo de mi devoción, sería necio, no reconocerle su conocimiento sobre el complejo manejo de esta urbe, pedir consejo, no es apostatar el criterio ideológico personal de Petro, pero si apostarle a enderezar el maltrecho camino, que estamos soportando, por su arrogancia y mal carácter.

P.D

Por fin termino el calvario de los militares y policías que enterraron un tercio de sus vidas en cautiverio. Gracias Piedad, gracias amigos del Brasil. Gracias a todos los que aportaron su granito de arena para el buen suceso de esa gesta humanitaria vamos por los que quedan en la selva, son también nuestros hermanos.

Sobre Hugo Artunduaga

A esta edad no hay hoja de vida, solo queda un recordatorio.

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