Carlos Gardel: hijo de incesto

A propósito de la impresionante  imitación de  Sebastián Bolívar  como Carlos Gardel  en “Yo me llamo”, consideramos oportuno,  reproducir esta crónica escrita por nuestro director en el 2008, después de un recorrido que hiciera entre Uruguay y Argentina, precisamente, tratando de encontrar las verdaderas raíces del zorzal criollo

Carlos Gardel. (Imagen: Biografías y vidas-VBM).

Uno de los grandes misterios del Río de la Plata y  varios kilómetros más allá de sus orillas,  es el nacimiento del  Carlos Gardel,  el más grande mito de la música  en nuestro continente, seguramente 

Después de más de cien años, la guerra por su natalicio, -guerra entre comillas-, entre Uruguay y Argentina, pareciera estar llegando a su fin, con enorme ventaja para los primeros, ya que recientes investigaciones confirman, de manera precisa, que el Zorzal Criollo nació en ese país. Pero los argentinos, sobre todo los bonaerenses, no dan su brazo a torcer  y a la pregunta: ¿Dónde nació Gardel?, con una sonrisa pícara y sin pensarlo dos veces responden, ¡en Francia! Como quien dice, en cualquier lugar menos en Uruguay.

Los uruguayos por su parte están felices con los resultados de los investigadores y desde ya, sin importarles que el gran Carlitos  haya nacido en medio del más grande incesto y escándalo político, empiezan a levantar museos, textos y conmemoraciones en honor de su ilustre coterráneo, sobre todo en Tacuarembó, su ciudad natal.

Carlos Gardel, el silencio de Tacuarembó

La verdad empezó a salir a la luz pública, a raíz de investigaciones, muy serias, realizadas desde años atrás por el reconocido periodista del diario El País Erasmo Silva Cabrera, conocido como Avlis. Sobre este trabajo cuenta Avlis, que cuando llegó a Tacuarembó para confirmar sus sospechas, los jóvenes no podían hablar porque para ellos la historia de Gardel estaba vedada, y los ancianos lo rechazaban o cambiaban de acera para evitar sus preguntas.

María Selva Ortiz, una investigadora oriunda de Tacuarembó, y autora del libro Carlos Gardel, El silencio de Tacuarembó, en el que cuenta la historia del nacimiento de ídolo, afirma que cuando quiso investigar sobre los rumores de sus mayores, recibía como respuesta una especie de: “Hay cosas que por vergüenza es mejor callar”. A Silva Cabrera y a Selva Ortiz, se han unido investigadores como Horacio Vázquez, Susana Cabrera, Lisandro de la Torre, y otros más, que, en distintas épocas y circunstancias, han confirmado las  sospechas que desde un comienzo tuvo Avlis.

Para darle marco a estas verdades descubiertas,  debemos remontarnos a épocas del siglo XVIII, cuando se sucedieron en Uruguay una serie de dictaduras como la del general Máximo Santos que no dudaba en aplastar a sus opositores mediante muertes y torturas atroces, pero tampoco en hacerles grandes favores a sus aliados y amigos.

Carlos Félix Escayola Medina., padre de Gardel. (Imagen: Fundación Internacional Carlos Gardel-VBM). 

Uno de los beneficiados de su protección fue don Carlos Félix Escayola Medina, futuro padre de Carlos Gardel, quien de manera arbitraria y por voluntad del dictador, llegó a mandamás, amo y señor de Tacuarembó, ostentando, además, el título de coronel del ejército, sin tener mérito militar alguno.

Todo este poder le dio al coronel Escayola la oportunidad no solo de acumular una gran fortuna sino de hacer cuanto le daba en gana incluyendo la  conquista, por las buenas o por las malas, de las mujeres bonitas de la comarca. No en vano sus biógrafos le adjudican más de 50 hijos naturales.

Un mismo hombre para una mamá y tres hijas

Escayola era un déspota con algunas cualidades, que entre otras cosas, lo convertían, por momentos, en un hombre encantador. Era alto, bien plantado, con unos ojos negros grandes y vivaces. Cabello oscuro y profundo y dotes artísticas muy propias, pues interpretaba bien varios instrumentos entre ellos la guitarra. En las fiestas de sus haciendas además de cantar, improvisaba chascarrillos alegres y geniales.

Muy cerca de una de sus propiedades vivía el matrimonio de Juan Oliva y Juana Sghirla  padres de  cinco hijos, dos varones y tres mujeres, hermosas y apetecibles como Juana, quien además de una gran belleza, tenía una ambición desmedida y por eso no dudo en entablar una relación amorosa con el coronel, y es aquí donde empieza la historia.

En la medida en que las hijas fueron creciendo, -a expensas de Juana, mujer carismática y de gran  personalidad e interesada en mantener de su lado al coronel-, empezaron a ir al lecho de este, para terminar, las tres, siendo sus esposas. La primera fue Clara Oliva quien después de ser amante de Escayola, se casó con él a la edad de 21 años. De este matrimonio nacen dos hijas: Amabilia y Clara. Tres años después, en 1871, muere Clara Oliva y el viudo coronel, se casa con la siguiente hermana, Blanca con quien tiene seis hijos: Carlos, María, Héctor, Oscar, Blanca  y Washington.

Núcleo familiar donde al lado del Coronel Escayola está su hijo Carlos Segundo (a) «El pato» nacido de su tercer matrimonio con María Leila Oliva y hermano entero de Gardel, según confió a sus íntimos. (2) Carlos Escayola Medina, Jefe Político de Tacuarembó durante la dictadura del Gral. Máximo Santos, protagonizó una vida de características muy singulares, no siendo la menor, que fuera el padre de Gardel. (Imagen: Centro de Fotografía de Montevideo-VBM).

Hasta ese momento, todo indica que las relaciones con su suegra Juana no habían terminado y seguían teniendo encuentros sexuales a hurtadillas. Para 1886, el coronel nuevamente queda viudo de Blanca, y en 1889, contrae matrimonio con María Leila,  quien ya había dado a luz a Gardel.

En aras de aclarar la historia hay que decir que María Leila había nacido en 1869, un año después de que Escayola contrajera matrimonio con su hermana Clara. El padrino de bautismo de María Leila fue el coronel Carlos Escayola, y las malas lenguas, sin poder probar esto, dicen que si el coronel mantenía relaciones con Juana su suegra, es posible que fuera el padre de su propia esposa María Leila. Esto  sería  posible, y tendría como resultado que Carlos Gardel es hijo de un incesto, pues María Leila, en vida de su hermana Blanca, visitaba al coronel en su lecho.

Embarazo escondido

María Leila con el coronel tuvo cinco hijos que fueron: Julio César, Juan Carlos, Celia, María Leila (bautizada igual que su madre) y Carlos Segundo. Para este momento Carlos Gardel había sido apartado del círculo familiar, sobre todo para ocultar la vergüenza de que María Leila a la edad de 14 años hubiera quedado embarazada.

Gardel y su madre Bertha Gardes, 1904. (Imagen: Fundacion Internacional Carlos Gardel-VBM). 

Este embarazo inesperado de María Leila, a tan temprana edad,hace que la joven madre, sin razón alguna, sea sacada del círculo social de Tacuarembó y llevada a la estancia de Santa Blanca de propiedad de su amante y futuro esposo Carlos Félix Escayola.  Allí, como lo afirma la historiadora gardeliana, Susana Cabrera, nace Carlos Gardel, siendo asistido el alumbramiento, en  condiciones poco éticas, por la partera Constantina Rodríguez de Olivera.

Este hijo, dadas las circunstancias, se convirtió en un problema muy serio para el coronel. Primero porque él pertenecía al ejército uruguayo y además, porque era considerado como muy cercano al círculo del Gobierno Central y había que cuidar las apariencias. Además la madre era su propia cuñada y ahijada de bautismo y sospechada hija, situación que igualmente resultaba imperdonable para la poderosa iglesia católica. Segundo,  porque el coronel pertenecía a la Logia Masona, organización muy cuidadosa en cuanto a aspectos éticos y morales. En este punto, el historiador Horacio Vázquez, considera que “Tacuarembó calló primero por miedo al coronel, luego por vergüenza, y después por vergüenza de haber tenido miedo”.

Carlos se convierte en Gardel

Como había que esconder al pequeño y regresar a la joven madre a la ciudad, pues ya todos preguntaban intrigados por ella, el niño es entregado primero a los cuidados de una lugareña llamada Manuela Casco, quien lo cuidó con cariño. Como el secreto no estaba a buen recaudo con ella, el coronel conoce en un bar de Tacuarembó a Bertha Gardes, una francesa que allí trabaja, a quien después de convertir en su amante, le confía el cuidado de su hijo. 

A este respecto, años después, la hija mayor del coronel Amabilia, hablando de la nacionalidad francesa de Gardel, y mostrando enfado por la situación presentada en su familia afirmó: “¿De dónde sacaron eso del Gardel francés, si fui yo misma quien le arregló a Escayola el problema de su hijo para que se lo llevara la francesa?”

Carlos Gardel con Francisca Franchini, foto tomada alrededor de 1894 por Banincasa Hnos. (Imagen- archivo VBM).

En este punto, surge la tesis de la nacionalidad francesa de Gardel, y es donde la historia queda como para alquilar balcón, porque pereciera tan mítica como la vida del cantante, pero los testimonios que existen, de alguna manera la atan a la realidad.

Bertha Gardes no era ninguna mansa paloma, y de aventura en aventura queda embarazada, y resuelve viajar a Francia para tener a su hijo, dejando a Carlitos -que para entonces contaba con diez años-, al cuidado de la señora Anais Meaux. El responsable del embarazo de Bertha pudo ser Romualdo López, un tipógrafo de El Heraldo de Tacuarembó, de propiedad de Clelio Oliva, hermano de María Leila, y cuñado del coronel Escayola.

En Toulouse, en el mes de diciembre de 1890, nace Charles Roumald Gardes, en el hospital de La Grave; y tres años después, a bordo del barco Don Pedro, Bertha regresa al Río de la Plata y viene a Buenos Aires, ciudad a donde Anais se ha trasladado a vivir con el pequeño Carlos.

En favor de la objetividad y de darle equilibrio a la historia, hay que decir que de la existencia de los dos Carlos Gardel, no se tiene ninguna idea, muchos menos de que Gardes tuviera dos hijos. Sin embargo la estadía de Gardel en Uruguay cuando frisaba los diez años, al lado de Anais, es comprobada por el artista que, años después, quiso visitar la escuela donde estudió y que estaba ubicada en el Barrio Sur de esa ciudad, presumiblemente en la calle Soriano entre Julio Herrera y Río Blanco.

Confirmando toda esta historia de su nacimiento, hay algunos hechos y testimonios  del mismo Carlos que dejan pocas dudas sobre la historia de Tacuarembó. La primera se produce el 8 de octubre de 1920, cuando el artista se presenta en el consulado uruguayo de Buenos Aires, y ante testigos, tal y como consta en el expediente 10052, afirma  haber nacido en la R. O. del Uruguay, departamento de Tacuarembó, y que su madre se llamaba María (María Leila) y su padre Carlos (Carlos Escayola), ambos uruguayos ya fallecidos.

El primero de octubre de 1933, reporteado por el periódico TRIBUNA POPULAR dice textualmente: “Nací en Tacuarembó, lo que por sabido es ocioso aclarar” Ese mismo año, el 4 de octubre, ante el diario IMPARCIAL, repite ser nacido en Tacuarembó y tener 46 años. Pocos días después, el 25 de octubre de ese 1933, acosado por el TELEGRAFO sobre su lugar de nacimiento, responde… “Ya que insiste, uruguayo y nacido en Tacuarembó”.

Pero finalmente es el mismo artista quien lega su nacimiento, “uruguayo de nacimiento y argentino de corazón”. Con esto, y diga lo que diga cada quien, sencillamente se define como un ciudadano nacido en el territorio del gran Río de la Plata. Nos queda esperar la respuesta que en cualquier momento den los franceses, donde también adoran al Morocho del Abasto.-

Sobre Gilberto Castillo

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