Ahora el Mineirazo

Alemania borró a Brasil

 Por: Rufino Acosta Rodríguez

Hecatombe en el Mineirao de Belo Horizonte. Alemania pasó por encima de Brasil como un auténtico vendaval,  volvió trizas su sistema defensivo y lo mandó a jugar por el tercer puesto de un Mundial que había programado para borrar la vergüenza del Maracanazo de hace 64 años.  El marcador de 7-1 es un escándalo y desnuda las miserias futbolísticas del país de los pentacampeones, humillado y sometido por un rival inmensamente superior,  que acudió al estilo desechado por su víctima de toque de primera,  precisión y eficacia.  Nada de choque. Nada de tanque. Finura en el manejo del balón, oleadas ofensivas irresistibles. En solo tres minutos se acabó lo poco de dignidad que le quedaba al dueño de casa. Vio pasar la ráfaga y no supo cómo ni cuándo se le vino el terror encima.  Pánico total. La goleada  agrega un nuevo estigma a la historia de Brasil, que ya bastante tenía con cargar la cruz que le impuso Uruguay en 1950. Una soberbia demostración de juego práctico, elegante y letal hizo palidecer los pocos arrestos de la selección canaria. Felipao, el técnico, quiso ir contra la leyenda , pensó en la fuerza y no en el talento, y recibió el más duro castigo, una reprimenda de tanto impacto que lo manda a posición de retiro. Brasil fue una caricatura. No pudo montar una barrera defensiva, fue incapaz de organizar su medio campo y en el ataque dio pena. Alemania entre tanto se divertía y hacia daño, implacable y ejecutor. Apenas iban 28 minutos de juego cuando la diferencia era abismal, casi absurda para un juego de esta naturaleza, entre selecciones de la elite, de la realeza del fútbol internacional. Los germanos aguantaron un poco del retozo brasileño, se tomaron confianza y abrieron fuego para no dejar títere con cabeza. Thomas Müller inició la tarea depredadora, la lapidación de Brasil, a los 11 minutos tras un tiro de esquina cobrado por Kroos. Su remate dentro del área dejó impávido a Julio César, el sacrificado del día, y a la inerme y catastrófica línea defensiva de Brasil.  Después vendría la mortal seguidilla entre los 23 y los 28 minutos, con los goles de Miroslav Klose, quien de pasó dejó atrás la marca de Ronaldo Nazario al sumar 16 en 23 juegos y cuatro mundiales; Toni Kroos, en dos ocasiones,  y Sami Khedira.  Los despachos noticiosos rebotaban con lo increíble, el derrumbe del eterno candidato en su propio terruño, a manos de una Alemania colosal, magnífica, imperial y contundente. Cinco-cero ya era para poner a llorar a los brasileños. Las tribunas del Mineirao empezaban a vaciarse, porque la torcida no parecía  tener suficiente capacidad de aguante para este festival alemán. El festival de la vergüenza.  En el segundo tiempo, sin afanes y a pesar de algún ímpetu reivindicatorio de la verde amarela que fue neutralizado por el imponente arquero Manuel Neur,  André Schuerrle, relevista,  tendría a su cargo el remate de faena con los dos últimos goles. Oscar, en un arranque de típico amor propio, lograría el llamado tanto del honor, que en esta oportunidad quizás no alcance tal categoría.  Alemania pudo haber elevado su enorme producción pero Mesut Ozil se engolosinó y perdió una opción legítima de anotar.  Epílogo del drama, 7-1, y Alemania avanza hacia su octava final mundialista y va por el cuarto título de su caudal de logros.  Bajo el comando inteligente y renovador de Joachim Low, se lleva oreja y rabo, como dirían en toros, porque esta vapuleada a Brasil no tiene antecedentes, lo supera en el acumulado global con 223 anotaciones (contra 221 de su antagonista) y Miroslav Klose desplaza a El Fenómeno como máximo artillero del torneo mayor de la FIFA.  Un botón extraordinario a la serie de hechos notables de este Mundial 2014 que se inauguró con el principio del final para el reinado de España y siguió con el desplome delos otros cinco monarcas. Ahora se espera el desenlace entre Argentina y Holanda este miércoles en Sao Paulo,  para saber cuál será el contendor alemán el domingo 13 de julio en el Maracaná. Abrumado como nunca antes por una estrepitosa caída, Brasil se quedó con las ganas de volver al mítico escenario y apenas podrá jugar por el consuelo del tercer puesto el sábado en Brasilia. Despedida cruel para Felipao. Sus métodos se estrellaron contra la pared y dejaron metido a su nación en el foso de los leones.  Alguien tendrá que salir al rescate del jogo bonito, el de esa alegría que parece haber perdido Brasil.

Sobre Rufino Acosta

Periodista y abogado. Se inició en el programa Deporte al Día, de La Voz de Santa Marta, en 1960. Trabajó con El Informador de la capital del Magdalena entre 1961 y 1964. Fue corresponsal de El Espectador en 1964 y desde 1965 hizo parte de la redacción deportiva en Bogotá, hasta su retiro en 1998. Estudió Derecho en el Externado de Colombia (1965-1969). Afiliado al CPB y Acord Bogotá.

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